Elecciones catalanas 27-S
Felipe González pide a los catalanes “que no se dejen arrastrar a una aventura ilegal”
El expresidente del Gobierno Felipe González pidió este domingo a los ciudadanos de Cataluña que "no se dejen arrastrar a una aventura ilegal e irresponsable que pone en peligro la convivencia entre los catalanes y entre estos y los demás españoles".
Así se expresó el exmandatario socialista en un artículo que publica El País, recogido por Europa Press, en el que se refiere a la candidatura de Junts pel Sí en los siguientes términos: "La propuesta que hace esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, sea cual sea el resultado de la falseada contienda electoral, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta”. ¿Cómo es posible que se quiera llevar al pueblo catalán al aislamiento, a una especie de Albania del siglo XXI?".
En opinión de González, "el señor Mas engaña a los independentistas y a los que han creído que el derecho a decidir sobre el espacio público que compartimos como Estado nación se puede fraccionar arbitraria e ilegalmente, o que ese es el camino para negociar con más fuerza. Comete el mismo error que Tsipras en Grecia, pero fuera de la ley y con resultados más graves".
El expresidente declaró que "siempre ha sentido gratitud" por el apoyo mayoritario que recibió de los catalanes para la tarea de Gobierno. Y añadió que con esa "confianza" se ha progresado "durante muchos años, superando la pesada herencia de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo, como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno".
El expresidente del Ejecutivo insistió en que se está "mucho mejor juntos que enfrentados: reconociendo la diversidad como una riqueza compartida y no como un motivo de fractura". "Para mí, España dejaría de serlo sin Cataluña, y Cataluña tampoco sería lo que es separada y aislada", subrayó.
A su juicio, "la idea de 'desconectar' de España, como propone Artur Mas, en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad, tendría unas consecuencias que deben conocer todos". En concreto, González adviritió de que con la independencia "desconectarían de una parte sustancial de la sociedad catalana, fracturándola dramáticamente". "Ya se siente esa fractura en la convivencia, y se empiezan a oír voces de rechazo a los que no tienen 'pedigrí' catalán", remarcó.
Igualmente, González señaló que los catalanes "desconectarían del resto de España, rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos". "En el límite de la locura, empiezan a ofrecer ciudadanía catalana a los aragoneses, valencianos, baleares y franceses del sur", agregó.
"Desconectarían de Europa, aislando a Cataluña en una aventura sin propósito ni ventaja para nadie. ¿Imaginan un Consejo Europeo de 150 o 200 miembros en la ya difícil gobernanza de la Unión? Porque ese sería el resultado de la descomposición de la estructura de los 28 Estados nación que conforman la UE. ¿Imaginan al Estado francés cediendo parte de su territorio para satisfacer este nuevo irredentismo? Nadie serio se prestará a ello en Europa y, menos que nadie, España, que tanto luchó por incorporarse y participar en la construcción europea, tal como es, con su diversidad y, por cierto, con el máximo apoyo de Cataluña", avisó.
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Según apuntó Felipe González, los catalanes también "desconectarían de la dimensión iberoamericana (que tanto valor y trascendencia tiene para todos) y especialmente de Cataluña". "Este vínculo se hace a través de España como Estado nación y de la lengua que compartimos con 500 millones de personas –el castellano–, como saben muy bien los mayores editores en esta lengua, que están en Barcelona", destacó.
"La propuesta que hace esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, sea cual sea el resultado de la falseada contienda electoral, puede ser el comienzo de la verdadera 'vía muerta'", manifestó, al tiempo que dijo que lo necesario son "reformas pactadas" que garanticen los hechos diferenciales sin romper ni la igualdad básica de la ciudadanía ni la soberanía de todos para decidir el futuro común, y no "más liquidacionistas" que propongan "romper la convivencia y las reglas de juego con planteamientos falsamente democráticos".
Finalmente, González se muestró contrario al "inmovilismo del Gobierno de la nación, cerrado al diálogo y a la reforma" y a los recursos "innecesarios" ante el Tribunal Constitucional. "No creo que España se vaya a romper, porque sé que eso no va a ocurrir, sea cual sea el resultado electoral. Creo que el desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. Sé que en el enfrentamiento perderemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas", concluyó.