Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, ha informado este martes en rueda de prensa de que la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) quedará cerrada definitivamente.
Nadal ha señalado como uno de los motivos al "contexto político", en el que todos los grupos políticos salvo el PP han pedido el cierre de la central. "Cualquier central necesita certidumbre para funcionar", ha añadido el ministro, alegando que "no ha habido un debate sosegado".
El ministro de Energía ha criticado al resto de grupos políticos y a los grupos ecologistas porque, según él, "no ha habido interés en hacer un debate con argumentos" y "se ha utilizado a Garoña políticamente".
El Gobierno toma la decisión de cerrar definitivamente la central "viendo el contexto político de clara oposición", y porque "las circunstancias actuales no dan certidumbre para garantizar que funcione con normalidad". Además, la inversión necesaria para ponerla de nuevo en marcha retrasaría su puesta en funcionamiento "dos años", y los propios accionistas se han mostrado reticentes a su reapertura.
No obstante, Nadal ha apostillado que "es una decisión en un caso singular" y que "no es lo que va a ocurrir con el resto del parque nuclear". "El Gobierno se posiciona por el mantenimiento del parque nuclear", ha concluido.
La decisión llega seis meses después de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), emitiera un informe favorable a la continuidad de Garoña. Nadal señaló entonces que el Ministerio se tomaría seis meses para tomar la decisión y escuchar a "todas" las partes.
Nuclenor, empresa titular de Garoña y participada por Iberdrola y Endesa, solicitó en 2014 la renovación de la licencia de explotación de la central —actualmente en cese de operación— hasta marzo de 2031, es decir hasta que el reactor cumpliera 60 años de actividad. Esta sería la primera central nuclear en nuestro país que pasara de los 40 años de actividad, edad a la que se acerca parte del parque nuclear.
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"Para justificar el alargamiento de vida de otras centrales"
Grupos ecologistas se mostraron muy críticos con la posible continuidad de la central. Juantxo López de Uralde, coportavoz de Equo, declaraba que Garoña es una central "obsoleta, peligrosa", y su reapertura sería "muy cara". López criticaba que el Gobierno "está cayendo en el ridículo", y que "defiende la central sólo para justificar el alargamiento de la vida de otras centrales hasta los 60 años".
Greenpeace presentaba alegaciones el pasado 21 de julio contra la reapertura de la central, porque "implica impactos ambientales nunca considerados" y acumula "problemas técnicos y de seguridad que la empresa propietaria no tiene previsto solucionar", según detallaba la asociación en una nota.
Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, ha informado este martes en rueda de prensa de que la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) quedará cerrada definitivamente.