Cambio climático
Greenpeace alerta de los riesgos de no frenar el cambio climático
La organización ecologista Greenpeace ha advertido este martes que localidades costeras tan turísticas como Marbella (Málaga), Benidorm (Alicante), la playa de La Concha (San Sebastián) o La Manga del Mar Menor (Murcia), entre otras, podrían desaparecer en este siglo si no se logra evitar el deshielo del Ártico y frenar el cambio climático.
Así, con motivo de la celebración del Día de la Tierra, Greenpeace ha presentado el informe España: hacia un clima extremo. Riesgos de no frenar el cambio climático y la destrucción del Ártico [ver en PDF], que analiza los posibles efectos extremos en España de la desaparición del Ártico.
En este contexto, la responsable del programa de costas de la ONG, Pilar Marcos, ha explicado que un centímetro de subida del mar equivale a un metro de playa y que, según cálculos basados en las estimaciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, se calcula que si no se toman medidas en el Mediterráneo a final de siglo el nivel del mar habrá subido en torno a medio metro, lo que significa una regresión del litoral de 500 metros adentro.
Por ello, Marcos y el director ejecutivo de Greenpeace, Mario Rodríguez, han reclamado al Gobierno de Mariano Rajoy que se posicione respecto a la postura de España en el Ártico y que no vea en la explotación de este enclave una nueva oportunidad de negocio e inversión. En este sentido, Rodríguez ha denunciado que España ha manifestado sus intereses en el transporte y en la pesca de este enclave.
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Entre los riesgos de efectos extremos que Greenpeace señala en su informe, han citado un aumento de las temperaturas que se traduciría en una disminución del acceso al agua potable con sus efectos en la agricultura; en el aumento de la demanda energética; en el incremento de los incendios; en la subida del nivel del mar y olas enormes o en un incremento de las supertormentas y ciclogénesis como las del pasado invierno.
Además, en España esto provocaría la desaparición de localidades costeras de la Costa del Sol y, en general de toda la costa urbanizada; la aparición de enfermedades infecciosas a causa de la llegada de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla; desaparición de algunas zonas de viñedos; afecciones en el turismo de playa, de interior y de montaña; efectos negativos en los cultivos de viñedo, al cambiar la relación entre el azúcar y los ácidos.
Por ello, el director de Greenpeace ha manifestado que "salvar el Ártico es salvar mucho más", como salvar el clima de España. "No podemos tolerar que un Ártico con deshielo sea esquilmado por las petroleras y la pesca industrial", ha subrayado.