Inditex, Primark y H&M: las trabajadoras de las tiendas visibilizan sus protestas tras sufrir los efectos de la crisis
Primero fue Inditex, más tarde Primark y hace apenas unas semanas, H&M. Las trabajadoras de tres de las principales tiendas de moda de nuestro país han ido a huelga en los últimos meses. En la multinacional sueca, tras casi medio año de negociaciones y dos jornadas de paros con seguimiento masivo, patronal y sindicatos han llegado a un principio de acuerdo, en el que, además de una subida salarial acorde a la inflación, la empresa se compromete a aumentar los efectivos en tienda, la principal reivindicación de la plantilla.
Ainara Cortés, trabajadora de H&M y delegada de CCOO, explica a infoLibre que las negociaciones no han sido fáciles: “estamos bajo presión, las trabajadoras exigían cambios acordes a los de Zara”. Ellas fueron las primeras en parar en pleno Black Friday. Volvieron a hacerlo en navidades y amenazaron con volver el 7 de enero. Finalmente las protestas se extendieron a todo el país y la multinacional acabó firmando un convenio estatal histórico. Kevin tiene 23 años, lleva desde 2019 trabajando en diferentes tiendas de la empresa y estuvo en aquellas protestas: “creo que conseguimos mucho y que tenemos mejores condiciones que en otros sitios”. infoLibre ha hablado con Inditex que hace una valoración positiva y señala que el acuerdo “supone una mejora generalizada del salario y más oportunidades de desarrollo y crecimiento”.
Primark también ha afrontado protestas en los últimos meses al igual que el grupo Tendam (Cortefiel, Springfield, Fifty). Los paros llaman especialmente la atención porque no son algo habitual en el sector, a pesar de que cada vez tiene más peso en la economía española. El comercio minorista crea el 15% del total de puestos de trabajo en nuestro país y es la rama de actividad que más aporta al PIB en términos de valor bruto añadido.
Las tiendas y grandes almacenes siguen recuperándose de los efectos de la pandemia, de hecho, aún no se han alcanzado los niveles de contratación previos a 2019. A esta situación se suma el encarecimiento de los precios, que ha puesto en evidencia la congelación de los sueldos y el empeoramiento de las condiciones laborales.
Sobrecarga de trabajo y contratos parciales
Entre las pancartas que levantaban las trabajadoras de H&M el pasado 26 de junio frente a su tienda emblema de Gran Vía 32, se podía leer “Rebajas en personal 2x1: el trabajo de 2 lo hace 1” o “queremos vivir, no sobrevivir”. Son lemas que describen muy bien una de las principales quejas del sector: la sobrecarga de trabajo.
Cortés denuncia que hace años que no se cubren ni las bajas, ni las excedencias. “En una tienda donde hay 12 trabajadores, puede haber hasta cinco de baja y los que quedan tienen que asumir todo ese trabajo de más. Es insostenible, la ilusión de la gente es que haya otro ERE para irse”. Esta situación está relacionada con el alto absentismo en H&M (un 30% superior a la media) y que ella achaca en parte a un círculo vicioso “porque la falta de personal genera un estrés que se traduce en bajas psicológicas y físicas”.
La patronal había propuesto reducir el porcentaje de sueldo a percibir durante las bajas a cambio de aumentar el número de efectivos en las tiendas, una línea roja que, dice Ainara, “no estaban dispuestos a aceptar” y que finalmente fue retirada. Desde H&M creen que el preacuerdo firmado con los sindicatos es positivo y no han querido hacer valoraciones sobre el aumento de bajas laborales.
A la falta de personal se suma que las dependientas cada vez asumen más tareas cercanas a las de un mozo de almacén. Atienden de cara al público y cobran, pero también colocan, suben mercancía, preparan envíos o gestionan las ventas online. Kevin llama a esto último “25” y explica que en su tienda hay una persona que se encarga exclusivamente de poner a punto los paquetes para las recogidas . “Da horas y días de trabajo y, además, no es solo que esas ventas no nos cuenten, sino que podemos empezar el día en pérdidas de cientos de euros por las devoluciones online”, añade Ainara.
Otra de las principales reivindicaciones en H&M era aumentar los contratos a tiempo completo. Desde que la empresa firmó un ERE en 2021, que afectó a 300 empleados, prácticamente todos los contratos son parciales. Ainara explica que “lo normal es que sean de 20 horas o de 30 como mucho y con cambios de turnos semanales que no te dejan ni pluriemplearte”. No es algo exclusivo de esta marca de ropa, la parcialidad en el comercio se sitúa casi 10 puntos por encima de la media nacional y apenas se ha corregido en la última década. Según datos del INE de abril de 2023, el 26% de los contratos en este sector son parciales, una cifra que sube al 32% en el caso de las mujeres que, de hecho, ocupan la mayoría de empleos.
En el comercio y, principalmente en la moda, también destaca la alta estacionalidad de los contratos. Kevin está ahora cubriendo una baja de maternidad en Lefties y le han prometido que después pasará a ser indefinido, pero este no es ni su primer, ni segundo contrato. Antes trabajaba para otra marca de la empresa y allí estuvo durante un año y medio enlazando contratos temporales hasta que la tienda echó el cierre. Además, añade que él trabaja 24 horas, aunque en rebajas siempre hace alguna más y que, en estas fechas, es normal que la empresa contrate a gente “para un mes o una semana, y casi siempre son estudiantes que buscan ganar algo”.
Los contratos temporales han ido a la baja desde que entró en vigor la reforma laboral. En el primer trimestre de 2023 suponían un 11% del total del sector, cuatro puntos menos que en la misma fecha de 2022. Los datos son dispares por comunidades autónomas, siendo más altos en los territorios influenciados por el turismo estival, como Cataluña, Madrid o Cantabria. Además, como señalaba Kevin, los datos recogidos por el SEPE sobre paro y contratos en 2022, evidencian una clara discriminación por edad. De entre los demandantes de empleo en tiendas y almacenes, el 46% tenían más de 45 años y solo el 20% menos de 30. Sin embargo, más de la mitad de los contratos se firmaron con personas pertenecientes a esta última franja de edad y solo un 13% corresponden a trabajadores de más de 45 años.
Sueldos más bajos y peor calidad de vida
Nieves es una de las personas que mejor conoce el sector de la moda porque lleva desde los 15 años trabajando en El Corte Inglés. Ahora tiene 65 y, después de 47 años, en octubre se jubila. Para ella el sector ha ido claramente a peor: “cuando yo empecé a trabajar era una buena opción, con mejores sueldos que en otros sitios, pero la vida se ha encarecido y ese sueldo no lo ha acompañado”.
Lo cierto es que, según la última estadística de estructura salarial, el comercio está en el quinto puesto dentro de la lista de sectores con remuneraciones más bajas. Los sueldos rondan los 22.215 euros, un 15% por debajo de la media anual. Algunos de los convenios que hemos conocido este año incluyen subidas retributivas para hacer frente a los efectos de la inflación, sin embargo, nos encontramos ante a un sector con convenios completamente atomizados. “La negociación colectiva está excesivamente fraccionada en el conjunto del Estado, lo que dificulta el diálogo social”, apunta Chema Martínez, secretario general de Servicios en CCOO durante la presentación del informe interno anual sobre el comercio. Hay 45 convenios provinciales y otros 16 de grupo o empresa, además, de ellos, solo 11 estaban actualizados al finalizar 2022.
Nieves también pone el foco en las comisiones, “sin ellas con el suelo apenas te llega y cuando pedí una reducción de jornada, después de ser madre, las perdí porque la única manera de tener un turno de mañana era irme al supermercado”. La conciliación es más complicada para las trabajadoras de tienda desde 2014, cuando se flexibilizaron los horarios de apertura. “Cuando entré no se abría ni a medio día… En la última década se me modificó el contrato que tenía para que también pudiera ir domingos, de apertura a cierre y , por supuesto, sin pagármelos a parte”.
“No es que no queramos trabajar en días festivos, lo que queremos es cobrarlos y que sean opcionales”, apunta Ainara. ANGED, la patronal a la que pertenece El Corte Inglés y otras empresas, como Carrefour o Ikea, destaca que en el último convenio de abril para grandes almacenes “se reduce el número de domingos y se incluye una subida salarial del 17%”. Fuentes internas de la empresa, así como el sindicato FETICO, añaden que se aumentan las libranzas en fin de semana y se incluyen nuevas ayudas a la conciliación.
También en Inditex y Primark, entre otras empresas, han conseguido incrementar su sueldo de manera proporcional para los próximos años y un plus complementario por trabajar fuera de los días laborales. En el caso de la multinacional a la pertenece Zara, fue un logro de las trabajadoras que se equiparan sus complementos a los de la sección de logística. Denunciaban una discriminación salarial que ya no tenía sentido porque realizaban trabajos similares y de igual nivel formativo, pero ellas no percibían las mismas cantidades por hijo o familiar dependiente, pluses de material escolar o por descendiente con celiaquía.
Menos tiendas y más céntricas
Los cambios en el mercado y el auge de las ventas online han impulsado una reorganización de mercado, que pasa por tener menos tiendas abiertas, pero más grandes y céntricas.
Esta es la estrategia que lleva varios años siguiendo Inditex. Desde 2018, ha pasado de tener 7.490 locales en todo el mundo a 5.815 en 2022 (teniendo en cuenta su salida de Rusia) y, a pesar de los cierres, ha logrado obtener beneficios récord. En el caso de H&M, la empresa sueca ha pasado de 150 tiendas en nuestro país a 125, recortando en 1.800 empleados su plantilla durante los últimos seis años.
El Corte Inglés ya ha clausurado varios centros, como el de Méndez Álvaro, en Madrid, que lleva abierto desde 1992 y será demolido próximamente. Uno de los cierres más polémicos fue el de Linares (Jaén), que pone de relieve el problema de estos procesos de reestructuración de las tiendas fuera de las grandes ciudades. C & A también ha anunciado que prescindirá de cinco tiendas en nuestro país y que despedirá a 90 personas.
Muchos de estos cierres vienen acompañados de un compromiso por parte de la empresa a reubicar a los empleados en otras tiendas, el problema es que no siempre hay una cerca. Este fue el caso de las trabajadoras de Kiddy 's Class, la marca de ropa infantil, que fue absorbida por Zara, y que tenía especial presencia fuera de las grandes ciudades. Hay que tener en cuenta que, más de la mitad de las PYMES y grandes empresas se encuentran en cuatro comunidades autónomas: Madrid, Andalucía, Valencia y Cataluña, las que mayor afluencia turística tienen en nuestro país.
Desde CCOO denuncian la existencia de un “dumping entre regiones”, que favorece a los grandes centros urbanos, donde la flexibilización de horarios y Zonas declaradas de Gran Afluencia Turística (ZGAT) es mayor. “Lo que se trataba era de liberalizar y se ha convertido en una fórmula de absoluta desregulación, que está detrás de la precariedad y la parcialidad en el sector”, señala Chema Martínez.
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Desde 2012, los comerciantes tienen total libertad para determinar el horario de apertura y cierre de sus tiendas, a no ser que sus comunidades establezcan máximos. Esta legislación ha dado lugar a dos modelos: por un lado, el madrileño, en el que se puede abrir prácticamente los 365 días del año y donde el 100% de los municipios, incluso los más pequeños y alejados, son considerados turísticos. En el lado opuesto está el País Vasco, donde se abren los diez domingos y festivos obligatorios por ley y sólo dos ciudades son consideradas ZGAT.
Los sindicatos reclaman un acuerdo estatal que ponga fin a la heterogeneidad de salarios y condiciones laborales entre las trabajadoras de un territorio de España y otro, así como de una u otra empresa. ARTE, la nueva patronal, impulsada por Inditex, a raíz de las protestas del sector, y a la que ya pertenecen Mango, Primark o H&M está tratando de crear un convenio nacional del comercio textil, que cuenta con el visto bueno de CCOO y UGT.
"Nosotros compartimos el proyecto de generar un marco estatal en el comercio textil con la nueva patronal ARTE, que se ha conformado en torno a las grandes empresas del comercio textil. Entendemos que es una apuesta por organizar mejor el sector y por mejorar las condiciones de sus trabajadores", concluye Martínez.