De la palabra a lo escrito (otra vez). Izquierda Abierta (IAb), que ha hecho de la expresión frente amplio su bandera indiscutible, traslada su propuesta al papel y para un propósito concreto y cercano en el tiempo: las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014. El partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz plasma en un manifiesto, a un año vista de los comicios, su apuesta: una candidatura amplia que incorpore a distintas formaciones de izquierdas y sepa sumar a las plataformas ciudadanas.
Es eso, pero no sólo eso. Porque IAb plantea, como revulsivo, otro elemento: que en la lista para el Parlamento Europeo puedan "integrarse compañeros de otros países, según una lógica de intercambio y cooperación". Que la candidatura sume distintos acentos, distintas nacionalidades. "Daríamos una muestra de compromiso europeo sin matices si hiciéramos visible a través de candidaturas con presencia de nacionales de otros países europeos, esa idea de que estamos todos en el barco de la denuncia del austericidio y del compromiso con otra Europa".
La propuesta figura en Así no: cambiar la Unión Europea para cambiar nuestra vida, el manifiesto de IAb para las próximas europeas, de 20 páginas, al que ha tenido acceso infoLibre y que este viernes visten de largo en el Ateneo de Madrid Llamazares y el coportavoz del partido en Madrid, Pedro Chaves, uno de los grandes colaboradores intelectuales del diputado de IU. A los dos se han sumado en la redacción del texto los dos responsables de Frente Amplio y Relaciones Políticas de la formación, el poeta Luis García Montero –columnista de este diario– y el sociólogo Raúl García. El momento buscado es el lógico: justo cuando IU comienza a discutir cómo afrontar las europeas (no las listas, eso sí), por lo que se deduce su intención de presionar a la dirección federal de Cayo Lara.
El documento comienza retratando la difícil coyuntura europea, en términos convergentes, como no podía ser de otra manera, a como lo hace IU, la federación que cobija a IAb. Ahí está la denuncia del proyecto "neoliberal" de la UE, la convicción de que esta Unión "es un entramado al servicio de los intereses de una élite conómica y política", el señalamiento como culpables de los dos grandes partidos (socialistas y conservadores), el rechazo al enfrentamiento norte-sur, de ricos contra pobres, la condena a la "lógica austericida" o la repulsa por la "clarísima derrota de las tradiciones democráticas". "La voluntad soberana de las comunidades políticas aparece secuestrada por la voracidad sin límites de un sistema económico cuyo único objetivo es salvar a los responsables de este despropósito condenando a la mayoría de la población a la miseria, a la indefensión y a la incertidumbre", alega el texto.
No al "repliegue nacional"
Frente a este panorama, IAb incide, como ha hecho en más ocasiones –y como la propia IU también asume–, en que las europeas de 2014 son tanto "un reto como una oportunidad para cambiar las cosas". El partido defiende entonces que la política de "frentes amplios de izquierda es un camino clave para el cambio" y que una candidatura unitaria "obtendría un resultado electoral y representativo mucho mayor que si el voto antineoliberal se divide". La confección de esta lista ciudadana, escriben los autores, debe hacerse de forma "plural, participativa y democrática", por primarias y de modo "urgente". "Sólo desde la unidad de la ciudadanía crítica es posible vencer al miedo, superar el derrotismo y ganar el futuro", justifican. Lo que no es razonable, creen, es el "repliegue nacional", el que cada fuerza se guarezca en su madriguera.
IAb expone que si uno escucha a la calle y se mezcla con distintos grupos (sindicatos, partidos, movimientos, asociaciones), comprueba que hay "ideas comunes y repetidas en cada esquina, aunque expresadas con diferentes fórmulas" y distintos lenguajes. ¿Qué ideas? La "decadencia" del sistema, la preocupación por la corrupción, la quiebra de la democracia, la degradación ecológica, el hastío por las políticas de "recortes, austeridad y ataque a los derechos y servicios públicos que llevan al suicidio social", y la consciencia de que la protesta "es insuficiente" porque no hay "una unidad de acción clara". Las soluciones, a juicio del partido, pasan por las antítesis de estos sentimientos de frustración: poner por delante que otra democracia y otra economía son "posibles", que hay que transitar hacia la "rebelión" y que hay que conferirle una "expresión política y electoral" que acabe "con la eterna fragmentación del voto de la izquierda realmente crítica con el sistema y alternativa".
Así las cosas, los escenarios de cara a 2014, aduce IAb, "sólo pueden ser dos". O se continúa "con la misma dinámica de siempre" y que los ciudadanos tengan que elegir entre IU (y aliados, seguramente los que integran Izquierda Plural), un bloque en torno a Espacio Plural y otro en torno a Equo y Compromís. O bien se conforma una "candidatura mucho más amplia" donde estén "todas esas fuerzas y a la que se sumen muchas otras y no sólo de tipo político", sino también plataformas ciudadanas, sindicatos, asociaciones culturales... Y ahí se incardina la tesis de que, para reforzar esa pluralidad, convendría sumar en las listas a extranjeros.
Un programa de mínimos para 2014
IAb razona que si se opta por la primera opción, los resultados el año que viene seguramente serían mejores que los de 2009 por la clara tendencia de subida de las izquierdas que apuntan las encuestas, "pero no se conseguirá el sorpasso al PP ni al PSOE por parte de ninguna de ellas en solitario". "Es decir, que la voz que el Estado español mandará a Europa seguirá siendo mayoritariamente bipartidista y prosistema", mientras que la abstención, una de las grandes protagonistas en los comicios europeos, será "el único refugio de la mayoría de la población". Sin embargo, los gasparistas están convencidos de que una candidatura amplia e "ilusionante", los resultados serían mejores ("2+2=5"), como ocurrió en Francia con el Front de Gauche, en Grecia con Syriza o en Portugal con el Bloco de Esquerda. "Podría suponer un hito fundamental, un antes y un después", un grito de la sociedad civil crítica contra "la austeridad y los recortes".
Para lo último, Llamazares y Muñoz dejan el itinerario, uno de los aspectos claros con los que la mayoría de IU no está nada de acuerdo. Mientras que la federación quiere primero el diálogo sobre las alternativas y, para más adelante, las negociaciones para las listas, IAb plantea que hay que negociar a la vez la confección de las candidaturas (en un proceso "democrático, participativo, con primarias" y "acogedor") y el programa de mínimos, donde previsiblemente serán mayores las coincidencias que las discrepancias. El partido sugiere algunos puntos: denuncia del memorando de entendimiento (MoU) de la UE a España, "debate y referéndum sobre el euro" –un paso más allá de lo que dice el equipo de Lara–, "refundación constitucional de la UE", cambio de modelo productivo, defensa de los derechos sociales, medidas urgentes para la creación de empleo y de lucha contra la exclusión, ecología política y potenciación de la democracia europea.
"En nuestras manos está quererlo, creerlo y hacerlo". Último alegato del manifiesto. Y una demostración también de que el camino, en caso de andarse, no será sencillo, porque por ahora la confluencia no está ni mucho menos al alcance de la mano.
De la palabra a lo escrito (otra vez). Izquierda Abierta (IAb), que ha hecho de la expresión frente amplio su bandera indiscutible, traslada su propuesta al papel y para un propósito concreto y cercano en el tiempo: las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014. El partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz plasma en un manifiesto, a un año vista de los comicios, su apuesta: una candidatura amplia que incorpore a distintas formaciones de izquierdas y sepa sumar a las plataformas ciudadanas.