Izquierda Unida se lanza ya al debate sobre el euro. A degüello. A discutir si realmente merece la pena seguir o no en la moneda única, si puede acarrear más ventajas o inconvenientes. No apuesta directamente por la salida, y reconoce que no hay un consenso unánime en el seno de la federación sobre qué hacer. Pero tiene claro que no vale el modelo actual de euro: "Sobre su inviabilidad futura estamos de acuerdo todos".
La ejecutiva federal discutió el pasado lunes, 13 de mayo, un documento preparatorio sobre la convención monográfica sobre Europa que IU celebrará el próximo 22 de junio. Un texto coordinado por el Área de Economía y por el número dos de Cayo Lara, el diputado José Luis Centella, de apenas 16 folios y al que ha tenido acceso infoLibre. El borrador pasará antes, el 25 de mayo, el filtro del Consejo Político Federal, el máximo órgano de dirección. En la propuesta se insiste, si cabe con más fuerza, en las tesis que la formación ha defendido siempre respecto a Europa –no al proyecto "neoliberal", no a los tratados europeos, no al "golpe de Estado" perpetrado por la troika, no a los recortes, no a la arquitectura de los países del centro frente a los de la periferia–, pero destaca sobremanera que, por primera vez, IU decida abrir un melón complicado, el del euro. Esa es la gran novedad, como reconocían a este diario varios dirigentes.
Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz, ya puso sobre la mesa el pasado septiembre que hacía falta entrar al trapo, que no tenía sentido permanecer en la moneda única si esta servía como "excusa para la demolición del Estado del bienestar". En aquel momento, sin embargo, el debate no estaba asentado en IU, y las posiciones no eran convergentes. Han pasado los meses y la discusión sí que está mucho más madura, aunque aún no hay un consenso total. El documento, de hecho, refleja la diversidad de criterios.
El texto parte de la denuncia de que "no había condiciones para implantar una moneda única entre países tan desiguales económicamente sin ir acompañada de una política fiscal común y de una integración social". Una afirmación que engarza con la denuncia histórica que IU ha hecho del Tratado de Maastricht, el rechazo a la Constitución Europea "que consagraba el neoliberalismo" y los "déficits democráticos" de la UE, que sólo han servido "para aumentar los beneficios del capital".
Esa idea es la que amalgama a toda la federación, de ahí que el borrador haga hincapié en que se ponga el foco "en lo que une", en la "necesidad de defender los instrumentos de soberanía popular y de control democrático, hoy puestos en peligro", más que en las divergencias. Se llama así a primar los elementos de cohesión más que las diferencias entre los que defienden la "salida inmediata y unilateral del euro" y volver a la peseta y aquellos que hablan de "refundación de la UE". "Es preferible dejar de lado el debate exclusivo de la moneda y apostar en su lugar por un debate más amplio sobre cómo acumular fuerzas para conseguir una ruptura con la arquitectura europea del proyecto neoliberal", aconsejan los ponentes.
Efectos "impredecibles" de la salida del euro
Para incidir en que el debate no es de negros o blancos, el documento señala pros y contras de la salida del euro. Ventajas: estímulo de las exportaciones gracias a la devaluación de la moneda, ganancia de la competitividad, empujón a la demanda interna. En definitiva, devaluación de la moneda como alternativa a la devaluación de los salarios que hoy existe. Desventajas: tendría un enorme "coste social" –la ciudadanía se vería empobrecida automáticamente– y habría que seguir financiando los déficits comerciales y públicos (con condiciones peores), las importaciones, más caras, llevarían a una mayor inflación, y la elevada dependencia energética de España haría que se redujeran los efectos benéficos de la devaluación.
En suma, indican los redactores, los efectos de una salida del euro "son impredecibles" y, lo que juzgan peor, no se garantiza que se vaya a detener "el proyecto neoliberal". Razón por la que subrayan que el problema "no es de índole exclusivamente monetaria".
¿Qué solución de compromiso se adopta, por tanto? IU quiere abrir el debate, sí, sin cortapisas, pero prefiere no cerrarlo por el momento hasta consensuar la posición con sus homólogos del Partido de la Izquierda Europea (PIE): "Consideramos prematuro tomar desde IU, en solitario, una decisión cerrada sobre el presente del euro, porque sobre su inviabilidad futura estamos de acuerdo todos, y plantear la necesidad de que el congreso del PIE [que será en diciembre, y en Madrid] tome una postura colectiva que sirva para toda la izquierda europea que nos permita plantear una propuesta concreta en el programa electoral de las próximas elecciones europeas".
Otra importante novedad del texto es la apuesta por una alianza de los países del sur. Así, esgrime la cúpula de IU que ante la "improbabilidad" de que cambie la correlación de fuerzas en Europa y se escore hacia la izquierda alternativa, o ante la posibilidad de una "hipotética implosión en la UE", hay que pensar en "alternativas de integración regional distintas a las actuales". Por ello, la federación cree necesario comenzar a articular "proyectos políticos transfronterizos que garanticen relaciones comerciales justas y solidarias", alianzas que pueden servir "para fortalecer la oposición al proyecto neoliberal". Como explicaban gráficamente varios dirigentes del equipo de Lara, se está pensando en la puesta en marcha de un contrapoder frente a Berlín, parangonable al ALBA latinoamericano, la organización que agrupa, entre otros, a Venezuela, Cuba, Ecuador y Nicaragua.
"Proceso constituyente" en la UE
El texto coordinado por Centella, y en el que también ha participado el eurodiputado Willy Meyer, secretario de Política Internacional de IU, hace un repaso a los daños infligidos por el proyecto neoliberal y a su obsesión por la "contrarrevolución" en el Viejo Continente, asestando golpes de gracia a las conquistas sociales y económicas consolidadas tras la II Guerra Mundial. España, por su parte, alega el borrador, ha visto cómo las características singulares de su economía quedaron "condicionadas" por su modelo de inserción en la UE, que llevó a una progresiva desindustrialización y a una apuesta por la construcción y el turismo. Los planes de ajuste actuales, por su parte, empujan a las economías del sur a un "cambio de modelo de crecimiento económico que requiere a su vez un cambio de modelo de sociedad", hasta el punto de conducirla a una enorme y lesiva depresión. Por la vía de los hechos, la UE ha generado dos modelos de crecimiento "simbióticos" entre los opulentos países del sur, que basan su expansión en las exportaciones, y los Estados de la periferia, que se apoyan en la demanda interna y el endeudamiento privado. Centro frente a sur.
Tras culpar a los "responsables políticos" de la crisis –"conservadores, socialdemócratas y liberales"–, la federación pasa a describir sus alternativas, que actúan como programa de mínimos de cara a las elecciones europeas de 2014, unos comicios en los que IU quiere marcar un hito. La formación de Lara plantea, de cara a su convención sobre Europa, un "proceso constituyente" en la UE para construir una "Europa social y ecológicamente sostenible"; resistencia contra los planes de ajuste; lucha por el pleno empleo; apuesta por la intervención "pública y democrática" de la economía europea; implantación de una fiscalidad "altamente progresiva"; combate a los paraísos fiscales; consecución de una Europa "al servicio de la paz y la defensa de los derechos humanos"; la "democratización" del Banco Central Europeo (BCE); la "nacionalización y control democrático" del sistema financiero y de las grandes empresas productivas y "auditoría de la deuda pública" y reestructuración (quita) de la misma "que libere del lastre de los intereses del Estado".
Laurent, Tsipras y Mélenchon en España
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Desde la cúpula de IU se afanaban ayer jueves en recalcar a este periódico que el texto es sólo es una orientación, una pauta para el debate, y que se será "permeable", abierto a introducir modificaciones en el Consejo Político del 25 de mayo y en la convención monográfica de junio.
Sobre candidaturas, nada concreto. "Todo todavía está bastante verde", señalan fuentes de la federación. El compromiso es el planteado una y mil veces desde antes de la X Asamblea Federal, del pasado diciembre: construir "con el bloque social y político la alternativa al modelo de Estado, de gobierno y de sociedad". Izquierda Abierta insiste en que el momento excepcional obliga a ahormar un frente amplio de izquierdas en el que se integren los movimientos ciudadanos y a montar primarias. La dirección, sin embargo, entiende que primero hay que consensuar y edificar un programa común, para después negociar las listas.
El programa europeo de IU se completa con los sucesivos actos, en España, de tres grandes figuras de la izquierda europea: Pierre Laurent, presidente del PIE; Alexis Tsipras, líder de Syriza, y Jean-Luc Mélenchon, cabeza del Front de Gauche.
Izquierda Unida se lanza ya al debate sobre el euro. A degüello. A discutir si realmente merece la pena seguir o no en la moneda única, si puede acarrear más ventajas o inconvenientes. No apuesta directamente por la salida, y reconoce que no hay un consenso unánime en el seno de la federación sobre qué hacer. Pero tiene claro que no vale el modelo actual de euro: "Sobre su inviabilidad futura estamos de acuerdo todos".