El juez pide investigar, contra el criterio del fiscal, si Dina Bousselham cometió un delito de falso testimonio
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha pedido a los juzgados de Madrid que investiguen si la exasesora de Podemos Dina Bousselham cometió un presunto delito de falso testimonio cuando declaró como testigo en la pieza del caso Tándem sobre el recorrido que tuvo su tarjeta telefónica desde que le robaron el móvil en 2015 hasta que parte de la información que contenía apareció publicada en la prensa, según informa Europa Press.
En un auto, firmado este mismo jueves y recogido por Europa Press, el magistrado ha admitido la solicitud que presentó el pasado abril la Asociación de Juristas Europeos ProLege, en la que se pedía que se dedujera testimonio de Bousselham y a su pareja, Ricardo Sa Ferreira. Así, ha considerado pertinente remitir el caso a los Juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid.
En 23 folios, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 ha acordado también pedir a los Juzgados de Alcorcón (Madrid) que investiguen si la exasesora de Pablo Iglesias cometió un presunto delito de acusación y denuncia falsa y/o delito de simulación del delito.
El propio magistrado ya puso de relieve las contradicciones apreciadas en las declaración de los testigos Dina Bousselham y Ricardo Antonio de Sa Ferreira en la exposición razonada elevada a la Sala Penal del Tribunal Supremo el 7 de octubre de 2020, cuando pidió que se investigara al exlíder de Podemos Pablo Iglesias.
La Fiscalía, en contra
El juez ha adoptado esta decisión en contra del criterio de la Fiscalía Anticorrupción, que –en un escrito de 5 de julio al que ha tenido acceso Europa Press– indicó que aunque "se evidencian vaguedades y contradicciones" en las versiones de Bousselham y Sa Ferreira "no cabe considerar que con ello se haya alterado de ningún modo el resultado" de la investigación.
Desde el Ministerio Público indicaron, además, que dado que "resulta altamente previsible" que tanto Bousselham como Sa Ferreira tengan que declarar en el juicio oral sobre lo mismo "no se estima procedente por un delito de falso testimonio".
Asimismo, los fiscales César de Rivas y Miguel Serrano consideraron que no resultaba pertinente abrir una nueva pieza separada para investiga si se había cometido o no dicho delito.
Las dudas del juez
García Castellón indicó en 2020 que, aunque no ponía en duda que la publicación de las imágenes pudiera resultar una intromisión ilegítima en el derecho a la intimidad de Bousselham, sí dudaba de la actuación de la defensa de Bousselham.
Aseguró que el equipo jurídico había hecho una "simulación" y un "uso torticero" de la justicia por "haber procedido por la vía penal con un claro objetivo de perjudicar" al medio en el que se publicó la información y "sabiendo que no existía conexidad entre las imágenes publicadas por el digital y los hechos del 1 de noviembre de 2015", cuando tuvo lugar la presunta sustracción.
Al hilo, el juez aseguró que la actuación procesal de los letrados evidenciaba una "incoherencia entre lo que se aparentaba denunciar y lo que realmente se pretendía realizar".
El instructor insistió en que Iglesias, aforado por su entonces condición de diputado, instó a los servicios jurídicos de Podemos a presentar la denuncia por la sustracción de los efectos de Dina y su posterior publicación. A su juicio, sin embargo, la realidad era que el dirigente "no pretendía esclarecer ni un delito de hurto ni un delito de revelación de secretos, sino solo actuar contra el digital".
"El señor Iglesias sabía de antemano que ni había hurto, ni conexión entre la sustracción y la publicación, ni delito de descubrimiento y revelación de secretos, pues había visto el contenido de la tarjeta y la tenía en su poder", señaló el juez, quien insistió en que "por eso probablemente meses después se la devolvió a su propietaria inservible; porque sabía que ella era el origen de la publicación".
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Por estos hechos, García Castellón propuso al Tribunal Supremo que investigara a Iglesias, alegando que "la única explicación posible" era que la tarjeta telefónica resultara dañada mientras estaba en su poder, a donde llegó tras ir de mano en mano.
El magistrado planteó que el entonces líder de Podemos fuera investigado por presuntos delitos de descubrimiento y revelación de secretos, con agravante de género, daños informáticos y acusación o denuncia falsa y/o simulación del delito, pero el Supremo lo rechazó.
En enero, el juez de la Audiencia Nacional decidió no prorrogar la instrucción del denominado caso Dina en la que ya había acordado procesar al comisario jubilado José Manuel Villarejo y a dos periodistas.