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Whatsapps, llamadas y discreción: así fue la negociación que ha reforzado a Bolaños en el Gobierno

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El martes por la mañana se cerró el pacto. En secreto. Por teléfono. A un lado de la línea estaba el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y en el otro interlocutaba Esteban Gónzález Pons, vicesecretario de Acción Institucional del PP. Esa conversación supuso el fin del bloqueo tras cinco años y medio de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

El pacto llegaba a buen puerto. Tenía a esas horas el visto bueno de Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo. Una de las máximas que se impusieron en el Gobierno y en Génova 13 fue la discreción total. Nada de filtraciones. Sólo los negociadores y sus jefes sabían exactamente lo que se estaba fraguando. Ni barones populares ni ministros conocían las bambalinas.

Los móviles de Bolaños y González Pons eran los únicos testigos de las negociaciones. “Hablaron mucho”, sostienen fuentes conocedoras de las conversaciones. Hubo tanto llamadas entre los dos como mucho intercambio de mensajes vía Whatsapp. Ese envío de ideas y documentos se produjo de manera frenética especialmente durante el fin de semana y en la jornada del lunes. Siempre con “muy buena sintonía”. Todo estaba encarrilado y el martes se produjo por la mañana la llamada final del ok. En esta no hubo tanto frenesí, fue tranquila. Hubo satisfacción en las dos partes. Y el ministro de Justicia tomó un avión hasta Bruselas para firmar entre sonrisas con el popular el documento bajo la atenta mirada de la vicepresidenta de la Comisión Europea Vera Jurová. Nunca perdió la calma el socialista. Incluso cuando los propios suyos no veían ninguna posibilidad, él creyó que se cruzaría el puente hacia el acuerdo.

"Sólo él lo puede conseguir"

Quince horas después Félix Bolaños llegaba al patio del Congreso de los Diputados en Madrid, tocaba sesión de control. Pisaba el asfalto de Floridablanca con una gran sonrisa. Los diputados se acercaban a él diciéndole “enhorabuena”. “Son muy buenos días, no siempre se pueden celebrar buenas noticias”, decía un veterano parlamentario en el pasillo tras pasar a su lado el titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. 

La renovación del Consejo General del Poder Judicial ha vuelto a empoderar a la figura política de Bolaños tanto dentro del Gobierno como en el partido. “Siempre termina resolviendo los problemas”, indican fuentes socialistas. Son recurrentes los comentarios y las noticias de cierta parte de la prensa de que el ministro ha perdido la confianza del presidente, de que no logra materializar los encargos de Sánchez, de que está quemado… Pero, según dirigentes y parlamentarios del PSOE, su figura se consolida aún más. "No hay comparación de cómo está ahora el departamento respecto a Pilar Llop", agrega otra fuente socialista.

En la nueva edición de la coalición Bolaños asumió también la competencia de Justicia, una de las carteras con más peso y dificultades en un Ejecutivo. Desde entonces se ha tenido que enfrentar a los asuntos pilares de la amnistía y los roces con el poder judicial. Además de ser el encargado de negociar con el PP, frentes todos de desgaste. Pero los suyos ponen ahora en valor su trabajo. “Sólo él lo puede conseguir. Tiene los conocimientos, un buen equipo. Y, especialmente, tiene la absoluta confianza del presidente del Gobierno”, resume un alto cargo socialista. El presidente del Gobierno solo comparte decisiones con un círculo muy pequeño de personas y muchas veces de forma parcial. En ese núcleo solo están María Jesús Montero, Santos Cerdán, Óscar López y el propio Bolaños.

Cómo ha interpretado el PSOE el acuerdo

En el PSOE están satisfechos con el acuerdo y sostienen que el PP quiere vender como una victoria el pacto para contentar a la parte más dura. Pero en la dirección socialista sostiene que al final se siguen sus líneas de renovar según el actual sistema y se evitar cualquier reforma de tipo corporativo en la elección de vocales que perpetuase la mayoría conservadora. Fuentes socialistas sostienen: “Es entendible que Feijóo tenga que vender esto a su ecosistema político y mediático. Es algo alambicado decir que has ido por la independencia judicial cuando has tenido bloqueado el Consejo General del Poder Judicial durante cinco años. Pero no pasa nada. Bien está lo que bien acaba”. Lo que descartan en Ferraz y en La Moncloa es que esto pueda suponer el inicio de una gran coalición y creen que volverá a operar la dinámica habitual de mayorías en el Congreso. 

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Pero quieren evitar en el PSOE polemizar directamente con los populares. “Para usted la perra gorda”, como lanzó Pedro Sánchez a Alberto Núñez Feijóo durante la sesión de control del martes. De hecho, en La Moncloa sostienen que el PP va a seguir en la línea dura de oposición. Esto no quita que se vislumbren más pactos. El propio Bolaños tendrá que volver a negociar con los populares la renovación de más órganos, con la vista puesta en el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la Comisión Nacional de Energía y el Consejo de Administración de RTVE.

Bolaños junto a María Jesús Montero se han convertido en el tándem sobre el que descansan los cimientos de la legislatura. Los dos fueron los encargados de negociar la investidura del presidente y ahora tienen en sus manos las materias más sensibles. La agenda catalana está en la órbita del ministro de Justicia, muy pendiente de la aplicación de la ley de amnistía, que es su gran obra jurídica. Y la vicepresidenta primera debe pilotar la reforma de la financiación autonómica que puede dar la llave a Salvador Illa del Palau de la Generalitat y la elaboración de los presupuestos generales del Estado, cuya aprobación a finales de año puede ser el trampolín para aguantar lo que queda de legislatura.

Los focos están puestos en el Ministerio de Justicia en asuntos como la ley de amnistía, la relación con los magistrados y el CGPJ, pero en el departamento también están trabajando en asuntos que no acaparan titulares pero pueden suponer un gran cambio a futuro en este campo: el aumento de un 400% respecto a hace dos años de las becas para preparar las oposiciones para jueces, fiscales, letrados de la administración y abogados del Estado. Uno de los objetivos es democratizar estos estudios que suponen un alto gasto y están copados principalmente por estudiantes con familias con alto poder adquisitivo. Asimismo, en el Ministerio de Justicia trabajan estos días intensamente en otros asuntos como la digitalización de la Justicia. Y también quieren enviar señales sociales como el despliegue de banderas del Orgullo LGTBi en los edificios centrales del departamento en la calle de San Bernardo.

El martes por la mañana se cerró el pacto. En secreto. Por teléfono. A un lado de la línea estaba el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y en el otro interlocutaba Esteban Gónzález Pons, vicesecretario de Acción Institucional del PP. Esa conversación supuso el fin del bloqueo tras cinco años y medio de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

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