Moreno presume de centrismo en una Andalucía "sosegada" sin renunciar a seguir pactando con Vox

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El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno (PP), aprovechó el 28F, Día de Andalucía, para reivindicar su centrismo y moderación, en línea con Alberto Núñez Feijóo, y para presentar su Gobierno como ejemplo de estabilidad y sosiego, todo ello sin renunciar a posibles pactos con Vox. ¿Incluso pactos de gobierno? Eso sería un "salto", afirmó sin descartarlo, pero expresando sus dudas de que Vox esté realmente dispuesto a asumir el "pragmatismo" que exige gobernar.

Al margen de los actos oficiales, Macarena Olona le dio respuesta. Entre propuestas como la disolución de CCOO y UGT y la declaración del 2 de enero como Día de Andalucía por la Toma de Granada en 1492, declaró: "Nuestro tiempo ha llegado".

Juan Manuel Moreno con Alejandro Sanz

Puede que el 28F sea como se repite una y otra vez "el día grande de Andalucía". Lo seguro es que es un día enorme para su gobierno y para su presidente, que –antes con el PSOE y ahora con el PP– se dan durante la jornada su mayor baño de gloria del año. Al carrusel de entrevistas a los miembros del Gobierno brindando la oportunidad de exaltar las maravillas de Andalucía se suma la entrega de las medallas de la comunidad y los títulos de hijo predilecto, llenos de discursos emotivos, rostros populares, vídeos institucionales, homenajes, guiños, selfis, aplausos y lágrimas... Y todo ello con el presidente en el centro de la escena, entregando distinciones en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.

Este año Moreno distinguió a dos hijos predilectos, el compositor Manuel Alejandro y el músico Alejandro Sanz, que cerró el acto cantando el Himno de Andalucía justo tras el discurso del presidente en el sevillano Teatro de la Maestranza. La ocasión soñada para cualquier político. En la entrega de medallas, un total de veinte, el Gobierno andaluz se permitió además un puñado de guiños con reconocimientos al Ejército del Aire, la Federación Andaluza de Caza y el torero Espartaco, entre otros. Está claro que Moreno mira de reojo la ofensiva de Vox en estos terrenos.

A pesar de estar diseñada para ser una jornada irreprochable, el presidente cosechó alguna crítica de la oposición por los galardones. Por ejemplo, por dar la medalla a Miguel Delibes de Castro, presidente del Consejo de Participación de Doñana desde 2013, después de aprobar la tramitación de una ley que abre la puerta a explotar aún más los menguados recursos hídricos del parque. O por haber entregado, desde que es presidente, siete títulos de hijo predilecto y ni uno de hija predilecta.

Pero ni siquiera estas críticas alteraron el guión básico de una mañana concebida para el lucimiento del presidente y en la que es el Gobierno autonómico el que marca la agenda de principio a fin. Y el guión, repetido por consejeros de PP y Cs, estaba claro. Frente a las crisis políticas en Madrid, frente a las rupturas de coaliciones en Madrid, Castilla y León y Murcia, Andalucía encarna los valores de la estabilidad y la calma. "Reivindicamos la Andalucía sosegada que escucha y conversa, que abraza e integra, en un mundo alterado por el enfrentamiento, la polarización y la confusión", dijo Moreno, que se presenta como un líder centrista, moderado y dialogante.

Año electoral

Moreno, en su discurso, eligió un mensaje cargado de optimismo. "Podemos ser líderes, merecemos ser líderes", afirmó el presidente, que quiere que Andalucía sea la primera en "progreso, bienestar y empleo". Es un mensaje que suena familiar, casi tradicional ya. En los discursos del gobierno autonómico, Andalucía lleva a punto de alcanzar a las regiones ricas desde los 90, aunque los datos se empeñen en enfriar el entusiasmo. Pero el actual Gobierno de PP y Cs va más allá y a menudo se refiere a Andalucía como la "locomotora" de España. Con más motivo lo hace este año, que al fin y al cabo es año electoral.

La cita electoral y su fecha sobrevolaron toda la jornada. Obviamente Moreno no tocó ese tema en su discurso, pero sí en sendas entrevistas, en las cadenas Ser y Cope. Tanto el presidente como sus consejeros de PP y Cs reiteran que su objetivo es acabar la legislatura. Los amagos de adelanto, como el de enero, quedan lejos. Moreno ya tuvo su "momento de oro" para convocar elecciones en otoño, recalcan desde su entorno. Entonces estaba disparado en las encuestas, con Cs mejor que ahora, el PSOE sin haber celebrado su congreso y Génova apoyando ese adelanto. Si no lo hizo entonces, menos sentido tiene hacerlo ahora. Así lo expresó en una entrevista el propio Moreno: "La verdad es que el momento no parece el más indicado. El contexto político y social ahora mismo no es razonable [para convocar]".

No se refería sólo a la crisis en el PP, sino también a la necesidad de "arrinconar" la pandemia, utilizar los fondos europeos y amortiguar el impacto económico de la "maldita guerra" de Ucrania. ¿Supone esto una garantía absoluta de que no haya elecciones en junio? No, pero esta posibilidad parece más lejana tras la decepción del PP en Castilla y León y la crisis del partido. Además, el calendario no da mucho margen. El congreso del PP será los días 2 y 3 de abril, precisamente en Sevilla. Cualquier anuncio electoral sería posterior. En julio y agosto no puede haber elecciones por ley. Como tienen que pasar 54 días como mínimo entre la convocatoria y las urnas, Moreno tendría que convocar como muy tarde a a primeros de mayo para que fueran a finales de junio. El mes más probable es octubre, según el entorno del presidente. Ese mes o noviembre son las fechas que manejan PSOE y UP. Pero nadie da nada por seguro.

"Guerra interna" y "solución" Feijóo

El presidente admitió que la "guerra interna" ha supuesto una bajada del PP de hasta 5 puntos según algunos trackings, pero aseguró que el partido ha sabido "encauzar" la situación gracias a Alberto Núñez Feijóo. Moreno da por hecho que su homólogo gallego se presentará para liderar el partido. Lo cubrió de halagos. Afirmó que es "un buen gestor, un hombre maduro, sensato, capaz", la "figura más emblemática" del PP, un "revulsivo" para derrotar a Pedro Sánchez y en resumen la "solución" para el partido tras una "ruptura con las bases sociales". "Estoy convencido de que va dar el paso. Alberto es consciente de que España lo necesita", afirmó.

Moreno sitúa a Feijóo como su gran referente. La principal diferencia entre el gallego y el andaluz es que el primero ha logrado cuatro mayorías absolutas, mientras el segundo nunca ha sido el más votado y es presidente con 26 diputados, cuando la mitad más uno en la cámara andaluza son 55. Es decir, le faltaron 29 para llegar, lo que logró gracias a Cs (21) y Vox (12).

Si las encuestas van bien encaminadas, su socio de Gobierno podría derrumbarse, mientras crecería con fuerza su aliado parlamentario de extrema derecha, con el que ha aprobado tres presupuestos. Moreno no tiene garantizado un panorama no ya como el de Feijóo en Galicia, sino como el de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, en el que ha podido evitar la entrada de Vox en el Gobierno. ¿Y si se ve en la situación de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León? ¿Pactaría con Vox? Su respuesta es que se trata de un "futurible". Afirma está lejos de Vox en temas como "violencia machista" y "modelo de Estado", por lo que hay asuntos que habría que "encapsular".

"¿Que puede haber acuerdos puntuales? Ya los ha habido, siempre los va a haber, porque es un actor legítimo", dijo, defendiendo como "positivos" sus pactos con Vox en presupuestos, economía, impuestos... A su juicio, gobernar con Vox supondría "un salto", porque exigiría una "corresponsabilidad". Moreno expresó dudas de que Vox esté en la posición "pragmática, ponderada, equilibrada y generosa" que exige gobernar. No obstante, no lo descartó.

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El partido de Santiago Abascal no exhibe la menor duda de querer gobernar. A 1.300 metros del Teatro de la Maestranza, la dirigente nacional Macrena Olona respondió a Moreno con un acto público en el Muelle de Nueva York. Si la posición oficial de Vox es que la próxima legislatura se sentarán en los "sillones verdes", en referencia a los bancos del Gobierno en el Parlamento, Olona lo reafirmó: "Nuestro tiempo ha llegado". No se conforma con la "vicepresidencia", dijo. Quiere la "presidencia" de la Junta.

Junto a un autobús con las caras de Chaves y Griñán y la frase "devolved lo robado", Olona cargó contra la España de las autonomías, defendió que el Día de Andalucía es el 2 de enero, día de la Toma de Granada por los cristianos, y centró su ataque en CCOO y UGT, “cueva de víboras y reptiles", "auténticos vendeobreros”, "organizaciones criminales que tendrían que ser disueltas”.

La secretaria general del grupo de Vox en el Congreso, que sigue sin aclarar si será la candidata o no, acusó a Moreno de haber compadreado con los sindicatos y con la izquierda y de haber defraudado las esperanzas de cambio. “Cuando nos prometieron un cambio con el Gobierno de PP y CS que iba a poner fin a esos 40 años de corrupción roja, lo que hemos encontrado es que perro no muerde a perro”, dijo. Para que haya cambio, sostiene Vox, tiene que gobernar Vox.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno (PP), aprovechó el 28F, Día de Andalucía, para reivindicar su centrismo y moderación, en línea con Alberto Núñez Feijóo, y para presentar su Gobierno como ejemplo de estabilidad y sosiego, todo ello sin renunciar a posibles pactos con Vox. ¿Incluso pactos de gobierno? Eso sería un "salto", afirmó sin descartarlo, pero expresando sus dudas de que Vox esté realmente dispuesto a asumir el "pragmatismo" que exige gobernar.

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