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Ocho formas pacíficas de protestar

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Los pedales de una bicicleta, unas castañuelas, un pañuelo islámico, unas zapatillas de correr, una canción o una carcajada... Todo vale si se trata de expresar el descontento, de protestar ante la injusticia con creatividad, imaginación e inteligencia. Y de hacerlo, sobre todo, sin violencia. Son muchos los ejemplos. De las mujeres saudíes que se rebelaron al volante contra la ley que les prohíbe conducir, a las risas de los ciudadanos portugueses que interrumpieron el acto de un ministro, los hombres que se pusieron hiyab para manifestar su solidaridad con "las mujeres que viven oprimidas" o los torsos desnudos de las activistas que denuncian el machismo, la homofobia o la misoginia religiosa.

Aunque muy diferentes, todas estas acciones tienen en su vistosidad un denominador común. E Internet, y especialmente las redes sociales, son su mejor altavoz.

1. Topless contra el machismo y la homofobia

Las protestas por el juicio de las integrantes de Pussy Riot, condenadas a dos años de cárcel por "gamberrismo motivado por odio religioso", dieron a conocer internacionalmente a Femen (Фемен). Se trata de un grupo feminista ucraniano nacido en 2008 y especializado en protagonizar acciones con el torso desnudo y pintado con frases contundentes para denunciar el machismo, la homofobia, la prostitución y la misoginia religiosa. Desde entonces aparecen de forma periódica y ya tienen grupos de activistas en varias ciudades. En agosto de 2012, activistas de Femen dirigidas por Inna Shevchenko destrozaron una cruz conmemorativa de las víctimas católicas de Stalin. También estuvieron presentes en un acto de Putin y Merkel, en el colegio electoral en el que votó Berlusconi en las últimas elecciones italianas o en la Eurocopa de 2012. Recientemente se han movilizado para denunciar la situación de la tunecina Amina Tyler, que tras colgar en Facebook una foto en topless, fue amenazada por los islamistas radicales y secuestrada por su familia.

2. 1.800 horas corriendo por la educación pública

Durante dos meses y medio estudiantes chilenos, también padres, ancianos y niños mantuvieron una carrera ininterrumpida por el perímetro del Palacio de la Moneda, sede del presidente de la república para defender la educación pública. La movilización duró de mayo a julio de 2011 y según los convocantes participaron 4.000 personas. La idea era correr la misma cantidad de horas que los millones de dólares (1.800) que le costaba al Estado costear los estudios de los 300.000 alumnos más vulnerables del país. El ministro de Educación chileno, Harald Beyer, fue destituido el pasado 18 de abril por no haber fiscalizado el lucro en las universidades privadas y por infracciones al principio de honradez, como llevaban denunciando los estudiantes dos años.  

3. Risas y música contra los recortes

"De todas las maneras que se puede interrumpir una sesión, ésta es sin duda la de mejor gusto". Es lo único que acertó a decir el presidente luso Pedro Passos Coelho después de que una treintena de ciudadanos participantes del movimiento Que se lixe a troika (Que le den a la troika) interrumpieran uno de sus discursos en el Parlamento portugués. Lo hicieron entonando la canción Grándola Vila Morena, la composición de José Afonso que sirvió de detonante de la Revolución de Abril de 1974, con la que se puso fin a una dictadura de más de medio siglo, y que desde entonces es un símbolo de la libertad y la democracia en ese país. Este movimiento, que con poco más de seis meses de actividad sacó a la calle a más de un millón de portugueses el pasado marzo, utiliza de forma habitual este tipo de intervenciones. A mediados de mayo interrumpieron con carcajadas un acto del ministro de Economía, Vítor Gaspar.

4. Bulerías contra el sector financiero

Médicos, enfermeros y personal sanitario, la mayoría de los casos en Madrid, han hecho varios flashmobs para denunciar la privatización del sector, las consecuencias de los recortes o los despidos de interinos. Docentes, padres y alumnos han hecho lo mismo para protestar contra los tijeretazos en educación. E incluso algunos profesores universitarios han sacado sus aulas a la calle. Grupos de yayoflautas –como se llaman a sí mismos los veteranos del movimiento de los indignados– han ocupado autobuses para denunciar la subida del transporte y afectados por las hipotecas o las preferentes se han colado en oficinas bancarias para exigir soluciones. Otros grupos, como el sevillano Flo6x8 apuestan por la desobediencia civil de acción directa. Su especialidad es colarse en oficinas bancarias, sacar las castañuelas y arrancarse por bulerías para denunciar las tropelías del sector financiero. Cuando la copla acaba se marchan como si nada.

5. Señalar públicamente la represión

El escrache es una forma de protesta social que surge en Argentina y Chile y que en los últimos meses ha entrado de lleno en la agenda política y mediática como consecuencia de las movilizaciones de los afectados por las hipotecas. Su objetivo es señalar de forma pública a un político considerado responsable de un problema concreto. Originariamente se utilizaba como estrategia de presión durante los regímenes dictatoriales de Pinochet y Videla. Pequeños grupos de varias decenas de personas se acercaban a la vivienda o lugar de trabajo de ciudadanos implicados con desapariciones, crímenes, corrupción..., actos que servían como una forma de denuncia a la impunidad de quienes cometían algún tipo de delito no reconocido.

6. Al volante por los derechos de las mujeres

Manal Al-Sharif, 34 años, es la impulsora de una campaña contra la prohibición de conducir impuesta a las mujeres que en ese país. El eje de la movilización era precisamente ponerse al volante de forma coordinada. Todas el mismo día y a la misma hora en diferentes puntos del país. Decenas de mujeres siguieron sus pasos y colgaron los vídeos en las redes sociales. Según Amnistía Internacional, algunas de ellas fueron detenidas y obligadas a comprometerse por escrito a no reincidir y al menos una mujer fue juzgada y condenada a 10 latigazos. En Arabia Saudí, las mujeres no pueden viajar, realizar trabajos remunerados ni estudios superiores, ni casarse sin la autorización de un tutor varón.

7. Hombres con hiyab por las mujeres oprimidas

Detenidas en Túnez tres activistas de Femen que protestaban en ‘topless’

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La bloguera egipcia Aliaa Magda Elmahdy, conocida por publicar fotos de sí misma desnuda como señal de protesta contra la represión sexual de las mujeres en su país, inició el pasado noviembre una campaña para llamar a los hombres a cubrirse la cara con hiyab, el pañuelo islámico. La idea era manifestar su solidaridad con "las mujeres que viven oprimidas". La página fue suprimida poco después de que difundiera las imágenes.

8. Una "masa crítica" a pedales

Defender el uso de la bicicleta como medio alternativo y mostrar las virtudes de su uso frente a la contaminación ambiental y acústica del tráfico motorizado. Ese es el objetivo de los ciclistas urbanos que, de forma periódica, sacan juntos sus bicicletas a la calle en las grandes ciudades. El origen de estas caravanas sobre dos ruedas tiene su origen en San Francisco y desde 1992 se ha extendido a 350 ciudades en todo el mundo. En Madrid, una ciudad más hostil para los velocípedos que otras capitales europeas y españolas, los participantes en la Bicicrítica se reúnen todos los últimos jueves de cada mes para recorrer juntos el centro de la ciudad.

Los pedales de una bicicleta, unas castañuelas, un pañuelo islámico, unas zapatillas de correr, una canción o una carcajada... Todo vale si se trata de expresar el descontento, de protestar ante la injusticia con creatividad, imaginación e inteligencia. Y de hacerlo, sobre todo, sin violencia. Son muchos los ejemplos. De las mujeres saudíes que se rebelaron al volante contra la ley que les prohíbe conducir, a las risas de los ciudadanos portugueses que interrumpieron el acto de un ministro, los hombres que se pusieron hiyab para manifestar su solidaridad con "las mujeres que viven oprimidas" o los torsos desnudos de las activistas que denuncian el machismo, la homofobia o la misoginia religiosa.

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