Pedro Sánchez da la batalla de la reforma constitucional por perdida hasta las generales

El PSOE continuará insistiendo con su reforma constitucional, seguirá "tratando de convencer" al presidente del Gobierno de que "la mejor manera de defender" la Carta Magna de 1978 es "renovarla" y no petrificarla, pero es plenamente consciente de que no se abrirá ese melón en el año escaso que queda de legislatura por el inmovilismo del Ejecutivo. 

"Rajoy no hace nada, está en el bloqueo y durará hasta las elecciones generales. Hay que verlo en clave electoral". Fue la constatación que deslizó Pedro Sánchez en un conversación informal con los periodistas en el Congreso, donde este sábado se celebró el 36 aniversario de la Constitución. Era, a fin de cuentas, la forma de reconocer que la batalla está perdida hasta los siguientes comicios, dentro de un año, aunque el PSOE no tire la toalla. El modo de expresar que con Rajoy no hay nada que hacer ya. "Lo que se ha visto es que el presidente ha hecho del bloqueo político su proyecto para final de legislatura. Está más con el sombrero de presidente del partido que con el sombrero de presidente del Gobierno", lamentó. Y abundó: "De Rajoy no espero esperanza. Le veo instalado en el bloqueo". 

El secretario general registró hace dos días su propuesta para crear en el Congreso una subcomisión encargada de abrir el debate de la reforma constitucional. Con el objetivo de comenzar la discusión, de recomponer "los consensos rotos", tal y como explicó. Antes de llevar la iniciativa a la Cámara baja telefoneó a Rajoy para prevenirle, y este ya le dio un no por respuesta. Tumbó el escrito de inmediato, y después un portavoz autorizado, el secretario general del Grupo Popular, José Antonio Bermúdez de Castro, se encargó de remacharlo: "No es oportuno ni necesario". 

Que el presidente frenara la propuesta socialista al segundo molestó a Sánchez. Fue, dijo a los informadores, una "sorpresa desagradable" la actitud de "desprecio" a la oferta de diálogo, sin tan siquiera "leer" el papel. Casi más expresivo fue su número dos, César Luena, también en un corrillo con periodistas: "Rajoy, que es más lento que el caballo del malo para todo, para una vez que reacciona, reacciona pronto y mal". El partido, pese a haber lanzado la idea a mediados de noviembre, en la reunión del Consejo de Política Federal en Zaragoza, la había retrasado precisamente para intentar convencer al PP y "quemar todos los cartuchos". 

Los socialistas, sin embargo, sienten que hay una "demanda mayoritaria", que el Gobierno no podrá "frenar la pulsión" de cambio que subyace en la sociedad española, que al final la reforma constitucional "se abrirá paso" porque está "en sintonía" con lo que quieren "la mayor parte" de los españoles. 

Ronda de contactos

Pese al portazo de Rajoy, el PSOE seguirá con sus planes. El portavoz del grupo en el Congreso, Antonio Hernando, comenzará la semana próxima la ronda de contactos con los demás partidos, con la pretensión de ir sumando apoyos. Sánchez calculó que la propuesta de crear una subcomisión podría encontrar acogida en CiU –que ya calificó el paso de "positivo"–, PNV e IU, pese a sus diferencias. Una vez que la Mesa de la Cámara tramite el martes la iniciativa, la enviará a la Comisión Constitucional para que la discuta y la vote, aunque esto sucederá ya en el próximo periodo de sesiones, a partir de febrero, y ahí será donde el PP la frene. 

Sánchez sostuvo que lo único que pretende su partido es abrir la discusión, "anticipar los trabajos", escuchando a expertos y recibiendo opiniones de las comunidades autónomas. El secretario general volvió a responder a las críticas que le lanzan constantemente Rajoy y el PP de falta de concreción. El detalle está, dijo, en la Declaración de Granada aprobada el año pasado, donde se dibuja el Estado federal con el que sueñan los socialistas. A ello se suman propuestas como la de corregir el artículo 135 de la Constitución, ya tachado de "error". 

El líder del PSOE insistió en que la remodelación de la Carta Magna no es "un fin en sí mismo", sino un medio para renovar el acuerdo de 1978, para recuperar los "consensos" destruidos, como el alejamiento de los nacionalistas y de IU. "Al final, al PSOE le toca hacer lo que hizo en la Transición, que es liderar un pacto constitucional", auguró. 

La cuestión de la reforma constitucional prendió en el ambiente de la celebración del 36º aniversario de la Ley Fundamental. Rajoy lo mentó a la entrada en el Congreso, para dejar claro (otra vez) que no abrirá un melón global y para ofrecerse sólo a tocar temas "muy concretos", como fue el artículo 135, en el verano de 2011, cuando los mercados acecharon a España y José Luis Rodríguez Zapatero impulsó la introducción de la regla de oro de la estabilidad presupuestaria en el texto, con un procedimiento exprés muy criticado. El PSOE de Sánchez ha rectificado, actitud que el presidente reprobó: "No es de recibo". 

Posada ofrece diálogo a Cataluña en el marco de las Cortes

Pero también citó el cambio de la Carta Magna Jesús Posada, el presidente de la Cámara baja, durante su discurso en el Salón de Pasos Perdidos. Aunque advirtió de que el ordenamiento jurídico "no se debe petrificar" y la dinámica social exige adaptarse "de forma permanente", subrayó que la Constitución ha de ser "de todos y para todos", un "marco de coincidencias, no de discrepancias", por lo que no cabe un uso "partidista", "interesado" u "oportunista". Y si se quiere revisar –ahí estaba el mensaje envenenado para el PSOE–, es "obligado" formular "reflexiones", como respetar los procedimientos que prevé el propio texto de 1978 y saber "cuál es el objetivo" que se persigue. "Hay que ser prudente y saber cuál es la finalidad común". Posada también le lanzó un recado al Gobierno acerca del desafío soberanista: "Es necesario más diálogo, más debate. Y es aquí, en las Cortes Generales, donde están representadas todas las formaciones políticas de Cataluña y del resto de España, donde se debe hablar, debatir y escuchar hasta la extenuación para llegar a acuerdos y consensos". 

Malestar con Posada

El discurso de Posada fue muy comentado por los socialistas que se distribuían por el palacio del Congreso. No gustó. Causó una "desagradable sorpresa". "Un hombre como él, que mantiene la neutralidad, en un día como hoy ha sucumbido a las tensiones de Génova", opinó el secretario de Organización, César Luena. A su juicio, el presidente de la Cámara se metió "en un pequeño jardín" al hablar de la reforma constitucional, aunque también pudo darse por aludido Rajoy al incidir en que el marco jurídico no puede "petrificarse".

"Desde su posición de arbitraje, no debería decir ni una cosa ni otra". Tampoco gustó que bendijera la supuesta recuperación económica, que trajera a la Cámara "la guía de campaña" del PP. En resumen, según Luena, un discurso "desacertado, con tintes electoralistas". Posada, sin embargo, defendió ante los periodistas la ecuanimidad de su discurso, y observó que incluso algunos parlamentarios socialistas le aplaudieron. 

El secretario general del PSOE también hizo alusión a otras cuestiones. Por ejemplo, Cataluña. Comentó que le "molestó" que Rajoy no le informara de su intención de impugnar la consulta alternativa de Artur Mas, la que finalmente se celebró. Se quejó de que el presidente no le corresponde con la "lealtad" que él le ha dispensado, especialmente en una cuestión tan central como la respuesta a la tensión soberanista. Con Rajoy, sin embargo, se lleva "bien", aunque "desde la distancia ideológica". 

Sánchez también censuró la decisión del Gobierno de facultar a Interior a pinchar teléfonos sin autorización judicial en casos de especial gravedad, cambio introducido en el anteproyecto de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim). Una medida que convierte a España, dijo, "en una suerte de Gran HermanoGran Hermano". Es "otra vuelta de tuerca más" en el retroceso de derechos y libertades impulsado por el Ejecutivo de Rajoy. Es decir, sigue a la intención de cambiar la Ley del Aborto o la Ley de Seguridad Ciudadana. Medidas que generan "mucha desconfianza" en los ciudadanos. 

Reprodujo la crítica en otra cuestión judicial: las "presiones" del Ejecutivo para "apartar" al juez Pablo Ruz de la instrucción del caso Gürtel y de los papeles de Bárcenas. Por eso el secretario general no se cree que el PP alardee de que actúa contra la corrupción. La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial la propuesta de acuerdo para que el magistrado permanezca al menos hasta marzo en su juzgado de la Audiencia Nacional, y después podría prorrogar las actuales comisiones de servicio. 

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Ni nacionalistas, ni IU, y sólo cuatro presidentes

La recepción en el Congreso del Día de la Constitución se convirtió, otro año más, en una celebración prácticamente bipartidista. No acudieron los nacionalistas. Ni CiU, ni PNV, ni ERC, ni Amaiur, ni BNG, ni Geroa Bai... E IU actuó como en aniversarios anteriores: sus representantes –Cayo Lara y José Luis Centella esta vez– se plantaron en el patio de la Cámara baja para denunciar el "incumplimiento" de la Carta Magna que los dos grandes honran. Actúan con "hipocresía", dijo el coordinador federal, quienes luego "la violan un día sí y otro también". "Incumplir la Constitución significa generar violencia, y reformarla en beneficio de unos pocos significa crear dramas sociales en el país", sancionó. 

Falta también de la mayoría de los presidentes autonómicos. Sólo acudieron cuatro: el gallego Alberto Núñez Feijóo, el valenciano Alberto Fabra, la aragonesa Luisa Fernanda Rudi y el murciano Alberto Garre. No se acercó a la Cámara baja ninguno de los barones del PSOE, más allá del expresident catalán y hoy portavoz de la Entesa en el Senado, José Montilla. El año pasado se apuntaron a la fiesta cinco jefes de Gobierno regionales. La Constitución pierde números (al menos en su fiesta mayor).