“Queda legislatura para rato”. Esta máxima sale del núcleo duro del presidente del Gobierno el viernes por la tarde en pleno análisis de una semana de infarto y de lleno en la planificación de la agenda de los próximos días. Pedro Sánchez se rearma de cara a un periodo de sesiones muy complicado y con un endiablado panorama parlamentario que hace que cada votación en las Cortes sea un thriller. A veces de Tarantino, a veces de Sorogoyen, a veces de Lanthimos.
En el PSOE la determinación es clara: hay que seguir adelante, se puede gobernar, no hay tentación de ir a elecciones. A pesar de que las derechas y algunos socios de la izquierda clamen en público y en privado que se ha entrado en un callejón sin salida, en La Moncloa y en Ferraz ven perfectamente viable continuar. Un ministro hace esta reflexión: “Este Gobierno nunca lo ha tenido fácil. ¿Alguien se acuerda de la pasada legislatura? Pues a seguir hablando y negociando. ¿Va a terminar Junts con los que quieren meterlos en la cárcel?”.
En el Gobierno son conscientes de que es muy difícil sacar los presupuestos generales. Algunos dirigentes socialistas dan por hecho que es casi imposible. Otros, en cambio, todavía ven margen para sacar las cuentas con los de Carles Puigdemont. Uno de los elementos que puede atraerlos es pactar el traspaso de la competencia de migración o que los posconvergentes consigan arrancar partidas importantes para poder venderlas luego en Cataluña.
El PNV y el PSOE se blindan
Esa zozobra con los de Junts se ha amainado en el caso del PNV, después de los pulsos que se han visto en las últimas semanas, como fue el apoyo de los peneuvistas a la moción del PP sobre Venezuela. Pero la situación se ha reconducido, según fuentes vascas y del socialismo. Desde el PSOE indican: “Tenemos una buena relación histórica, gobernamos juntos en Euskadi, lo que no es impedimento para que en ocasiones no coincidamos ni en el voto ni en el diagnóstico. Pero eso es un día, no afecta a la relación de fondo por nuestra parte”. Los nacionalistas vascos subrayan: “La relación con el PSOE es buena. Estamos en el mismo punto que antes de la votación de Venezuela. Las conversaciones de los presupuestos generales se han reactivado. La comida con Félix Bolaños estaba agendada desde julio, dentro de la normalidad de las conversaciones que mantenemos con el Gobierno”.
En La Moncloa y en Ferraz son conscientes de que tienen todas las de perder el próximo jueves en el primer paso de los presupuestos en el Congreso: la senda de déficit. El PP y Junts no están por la labor, a pesar de que supone una holgura mayor en las cuentas públicas de las autonomías y de los ayuntamientos. Por eso, en el Ejecutivo se afanan por explicar lo que esto significará: “Si el PP tumba la senda de estabilidad, las comunidades perderán 6.814 millones y los ayuntamientos otros 5.148 millones. Implica 12.000 millones menos en 2025 y 2026”. Son datos emitidos por el Gobierno tras la actualización del PIB por parte del Instituto Nacional de Estadística.
En el marco del debate sobre financiación autonómica, Sánchez emprendió este viernes su ronda con los presidentes autonómicos, empezando por Imanol Pradales (Euskadi), Alfonso Rueda (Galicia) y Juanma Moreno (Andalucía). La promesa de presidente es que una reforma del sistema, pendiente desde la época de Mariano Rajoy, conllevará que las autonomías tengan más dinero que entonces. En el Gobierno insisten en que los populares están también divididos de cara a esta cuestión aunque se hicieran la foto de “La Moncloa de Pinypon”.
Moncloa y Ferraz en busca de nuevas ideas
El presidente ha abierto varias vías para darle sentido a la la legislatura: defensa de lo público, plan de regeneración, gestión de los fondos y agenda internacional. El plan se presentó el pasado martes en el Consejo de Ministros, aunque se trató de una hoja de ruta y apenas hay concreciones. Ahora llegan los principales retos como hacer una reforma de la CNMC. Pero como reconocen también en el Ejecutivo hay que volver a atraer a los socios de investidura para sacar las medidas y tratar de convertirlo en un “gran acuerdo de país”. También se busca una mayor implicación de los propios medios y de las asociaciones de periodistas para vehicular el documento en leyes y reglamentos.
Además, el presidente está insistiendo a sus colaboradores, según varias fuentes, en que le pasen “ideas” para refrescar las acciones del Gobierno. En el Palacio de La Moncloa se redoblan las reuniones entre asesores coordinadas por el nuevo director de gabinete, Diego Rubio. Ese mismo mensaje ha trasladado al grupo coordinador del congreso de Sevilla, quiere propuestas novedosas y una mayor actualización de los documentos. La orden no se ha quedado ahí y se ha hecho llegar a las direcciones territoriales.
A pesar de la imagen de dificultad parlamentaria, en el Palacio de La Moncloa también indican que el PP ha tenido una mala semana: Feijóo “se ha quitado la careta con Meloni, se ha visto la cara más lenguaraz del PP diciendo que España participaba en un golpe de Estado, han hablando de franquismo y hasta han rechazado a Teresa Ribera”. Los analistas demoscópicos de Sánchez han cruzado los datos del CIS y en el complejo presidencial se fijan especialmente en una variante: el líder socialista aprueba entre los votantes de todos los partidos, a excepción de PP y Vox, mientras que Feijóo sólo lo hace entre los electores populares.
"Vamos a seguir hablando con Junts"
Ver másSánchez sella el pacto en pensiones con patronal y sindicatos: "Es un acuerdo destinado a perdurar"
En la sala de máquinas de Ferraz hacen este dibujo: “Llevamos poco más de un año de legislatura, y los datos económicos y de empleo son los mejores en más de una década y media. Algunos, como la afiliación a la Seguridad Social, son los mejores de la historia. Nunca hubo tanta gente trabajando en este país. Contra esa España real, y un Gobierno que gobierna, está Feijóo, que solo pretende avinagrar la vida de los españoles. Es el eterno cenizo. Ese cuñado que siempre te dice que la cosa va a ir mal. La España de Feijóo es la de Venezuela, ‘la ETA’, los okupas y el vinagre”.
En los PGE, señalan las fuentes, se reflejará la máxima de “paga más impuestos el que más tiene”. “¿Que tendremos que negociar y dialogar mucho para aprobarlos? Que nos cuenten algo nuevo. Este gobierno lleva en el ADN el diálogo. Hemos presentado además un plan de acción por la democracia que quiere empoderar a los ciudadanos. ¿Por qué Feijóo no quiere que los españoles sepan a quién pertenecen de verdad los medios de comunicación? ¿Y cómo se financian? ¿Será porque la inmensa mayoría de pseudomedios plagados de bulos e insultos llevan publicidad de administraciones públicas gobernadas por el PP?”, indican en Ferraz, donde ahondan: “Vamos a seguir hablando con todos, menos con los ultras de Vox. Vamos a seguir hablando con Junts, y con todo el bloque de la investidura. Queda legislatura para rato”.
Pedro Sánchez acabará esta semana en Gavà (Barcelona) para celebrar la Fiesta de la Rosa de PSC, donde pondrá en valor la apuesta por la pacificación en Cataluña y el fruto de la Presidencia para Salvador Illa. Luego tomará rumbo a Nueva York, donde participará en la asamblea general de la ONU. El flanco internacional también será muy importante en esta legislatura, que pretende apurar hasta 2027. Otro de los motivos que le hacen descartar unas nuevas elecciones es la situación a su izquierda, algo que preocupa mucho. Con un Sumar débil en las encuestas y con Podemos en otro camino, ven muy difícil reeditar la coalición.
“Queda legislatura para rato”. Esta máxima sale del núcleo duro del presidente del Gobierno el viernes por la tarde en pleno análisis de una semana de infarto y de lleno en la planificación de la agenda de los próximos días. Pedro Sánchez se rearma de cara a un periodo de sesiones muy complicado y con un endiablado panorama parlamentario que hace que cada votación en las Cortes sea un thriller. A veces de Tarantino, a veces de Sorogoyen, a veces de Lanthimos.