El debate de Presupuestos es uno de los hitos más importantes del parlamentarismo. Un ritual, un cruce, un rifirrafe de máximo nivel. Y este miércoles ahondó más esa brecha entre el Gobierno y el Partido Popular, en un duelo con tintes ya preelectorales y que deja dos retratos de país: la España negra que quiere construir el Partido Popular en su relato y el intento del Gobierno por afrontar la incertidumbre con unos Presupuestos expansivos de "justicia social".
Y es que el panorama económico será determinante de cara al inminente ciclo electoral al que se enfrenta España en 2023. Con el fantasma de la recesión sobrevolando tras los comentarios de la Airef, la altísima inflación que baja lentamente, la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y la incógnita de lo que durará la guerra con sus consecuencias, la situación de los bolsillos de los ciudadanos hará decantar principalmente la papeleta en la urna.
Esto se vio desde el primer minuto en la primera jornada del debate de las enmiendas a la totalidad de las cuentas del Gobierno. Con un duelo sobre la mesa: María Jesús Montero vs. Cuca Gamarra. Dos piezas fundamentales en sus partidos, reeditando los cara a cara en el Senado de Pedro Sánchez contra Alberto Núñez Feijóo. Dos políticas también que intentan llevar la economía al nivel de los ciudadanos, no se trataba de un Pedro Solbes contra Manuel Pizarro.
La contradicción del PP: el Presupuesto de Madrid
Montero es ya una experimentada en este tipo de debates. Le gustan, es su gran momento, maneja las cifras, defiende con pasión su proyecto, no se amilana. Es una ministra de Hacienda con un alto componente político, no es una tecnócrata de Excel. Y, además, este año se subió con un cargo más: vicesecretaria general del PSOE. Lo que marcó también su argumentación, desplegando el sello de unos Presupuestos diseñados para la clase media y trabajadora, con impuestos para grandes fortunas, energéticas y entidades financieras. Sí, es una cuestión ideológica también.
En frente, una Cuca Gamarra tratando de tumbar las cuentas, cosa que no pasará en este trámite, ya que la coalición de Gobierno ha armado la mayoría suficiente para seguir adelante con el proyecto de ley. La portavoz del PP desplegó el manual de la España negra con la que quieren ganar las elecciones, dando por hecho que vencerán en los comicios. Con poco manejo de datos, algo que le afeó la titular de Hacienda.
Esta España es la que dibujó la portavoz popular: “Ustedes hipotecan el futuro de los españoles, mientras recaudan más que nunca para gastar más que nunca”. Le llegó a reprochar los sueldos que se cobran en el Gobierno, a lo que Montero le contestó directamente: cobran más Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida que Pedro Sánchez De hecho, la socialista utilizó ejemplos de Galicia, Madrid y Andalucía en sus Presupuestos para desmontar algunas de las afirmaciones de la secretaria general del PP.
El debate tuvo más tinte político que numérico. Gamarra tiró más de críticas habituales de los populares como que María Jesús Montero fue consejera de la Junta de Andalucía y le despreció a la cara las previsiones. La sevillana no se echó para atrás, rememorando que el PP es un partido condenado por corrupción. Y que sigue todavía en la sede de Génova 13, apostilló.
Gamarra evitó emular ya a Liz Truss como había hecho el PP hasta ahora con esas peticiones de bajadas masivas de impuestos y sacó hasta a Alfonso Guerra para intentar dañar a Montero, por la polémica de la invitación al acto del 40 aniversario de la victoria de Felipe González en 1982, en Sevilla. Por supuesto, con otro clásico: “Lo único que quiere el Ejecutivo es recaudar”.
"Ustedes hablan de Zapatero, que todavía queda un poco más para acá, pero Alfonso Guerra... que ni recuerdo cuando fue vicepresidente del Gobierno. Imagínate, para tener que salir en una dúplica sacando a paseo al señor Guerra, un dirigente de mi partido del que todos nos sentimos tremendamente orgullosos", le devolvió la ministra.
Montero quiso poner en evidencia y contra las cuerdas por sus contradicciones a Gamarra. Ante los ataques del PP de aumento de gasto del Gobierno en las cuentas, la ministra de Hacienda le contrarrestó con el dato de que la Comunidad de Madrid, oremus del liberalismo popular, lo ha subido un 11,7% en los presupuestos, en tanto que el incremento del Gobierno central no llega al 2%.
La ministra de Hacienda quiso, además, retratar al PP recordándole que llamó “timo ibérico” a la excepción energética para España y Portugal que ahora defiende Bruselas para todo el continente y le reprochó el volantazo en el relato sobre los impuestos después del desplome de la libra y la dimisión de Liz Truss.
El camino de los presupuestos
La brecha se ahondó más todavía entre el PSOE y el PP, en un momento en el que en privado intentan negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que está en su fase final pero en el momento más complejo. Con la conclusión de que el Partido Popular no va a dar tregua al Gobierno en este momento económico y que tira del que caiga España de Montoro, en tanto que los socialistas quieren imprimir un discurso muy político de las cuentas para las clases medias y trabajadoras frente a la élite que, en su opinión, representa el Partido Popular. Para los socialistas, Montero ganó de lleno este debate, ya que retrató en un minuto a Gamarra.
Los Presupuestos pasan esta semana este vital trámite sin problemas, especialmente por no presentar enmiendas a la totalidad por parte de ERC, PNV y Bildu. Pero quedará a partir de la semana que viene la gran negociación con el fin de sacar las cuentas para estar en vigor el 1 de enero del año que viene. Y ahí se mira especialmente a Esquerra, con reivindicaciones como la ley de vivienda y otras condiciones como la reforma del delito de sedición.
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Quedan meses difíciles en lo económico y fuentes de La Moncloa recuerdan que las previsiones económicas atraviesan un momento de gran incertidumbre. “Lo importante es que hasta hoy la economía española sigue creando empleo, creciendo y la inflación está bajando”, indican.
Según defiende, el plan del Gobierno para combatir la crisis originada por la invasión de Ucrania “está funcionando” y “los precios siguen estando altos, pero España es el país de la UE que más ha reducido su inflación en el último mes”.
“Nos guiamos por la prudencia. Así lo demuestra que hayamos elaborado las cuentas con un margen de maniobra para responder a nuevos escenarios y necesidades. Este Gobierno ha demostrado su credibilidad a la hora de hacer previsiones como muestra que los dos Presupuestos que ha aprobado han cumplido con la previsión de ingresos, un hito que no ocurría desde 2010”, argumentan desde el entorno de Sánchez.
El debate de Presupuestos es uno de los hitos más importantes del parlamentarismo. Un ritual, un cruce, un rifirrafe de máximo nivel. Y este miércoles ahondó más esa brecha entre el Gobierno y el Partido Popular, en un duelo con tintes ya preelectorales y que deja dos retratos de país: la España negra que quiere construir el Partido Popular en su relato y el intento del Gobierno por afrontar la incertidumbre con unos Presupuestos expansivos de "justicia social".