El verde está de moda en la política europea. En las pasadas elecciones comunitarias del 26 de mayo, los partidos verdes de todo el continente sumaron 70 escaños –de un total de 751 que tiene el Parlamento Europeo– y experimentaron un importante crecimiento en países como Francia, Reino Unido o, especialmente, Alemania, donde algunas encuestas ya sitúan a Los Verdes como primera fuerza en intención de voto. Por el contrario, en España ninguna formación verde consiguió representación por sí sola, y Equo, el partido ecologista más potente en nuestro país, ni siquiera se presentó a los comicios por sus diferencias internas.
Tradicionalmente, en España los partidos de corte verde nunca han tenido tanto éxito como en otros países europeos. Pero el crecimiento del discurso ecologista a nivel mundial y su traducción en buenos resultados electorales han llamado la atención de formaciones que, sin ser estrictamente verdes, sí que aspiran a introducir estos postulados en el debate político español. Una de ellas es Unidas Podemos, que en su última campaña dio bastante protagonismo a sus propuestas sobre transición ecológica y que, de hecho, incluye en su coalición a Equo.
En los últimos tiempos, otro de los partidos que ha dado mayor muestra de querer poner lo medioambiental en el centro de su discurso es Más Madrid. La formación, que celebrará su congreso fundacional en los próximos meses, lo ha dejado claro desde sus inicios: "Lo verde y el ecologismo" no pueden ser "un complemento", sino "el eje central" de su propuesta política, en palabras de su líder, Íñigo Errejón, que hace unos meses declaró incluso que no le "importaría" que se le considerara el equivalente a Los Verdes alemanes en España.
La idea sobre la que gira el proyecto de Más Madrid, según explicaba Errejón, es "aprovechar la crisis ecológica y la transición ecológica para hacer justicia social y para democratizar nuestras sociedades". "Si lo tuviera que resumir diría que el neoliberalismo ha hecho que vivamos cada vez en lugares más injustos, más hostiles, más precarios y con más miedo. Nosotros tenemos que volver a hacer de nuestros lugares de vida –pueblos, comunidades, ciudades, países– lugares más justos, más habitables, más sostenibles, más cuidadosos. Es básicamente sustituir el miedo por lugares más habitables", planteaba antes de las elecciones.
Ese discurso, con matices diferentes en cada lugar, ha calado con fuerza en varios países europeos. En las pasadas elecciones para la Eurocámara, Los Verdes alemanes –la formación ecologista con más tradición– consiguieron llegar al 20,7% de los votos y ser segunda fuerza, por delante del socialdemócrata SPD. Su equivalente francés obtuvo en torno a un 13% de los apoyos, y en el Reino Unido el Green Party rozó el 12% de los sufragios y quedó a solo dos puntos de igualar el resultado del Partido Laborista.
Y el crecimiento de los postulados verdes no es exclusivo de Europa. En EEUU, la mediática congresista Alexandria Ocasio-Cortez presenta su propuesta de Green New Deal como una de sus banderas, y tanto ella como su planteamiento es, precisamente, uno de los referentes de Más Madrid. El plan de Ocasio, a diferencia de apuestas verdes más tradicionales como la alemana, pone su énfasis en conseguir objetivos propios de la izquierda, como la redistribución de la riqueza, a través de medidas de carácter medioambiental. Y ese es, precisamente, el enfoque que quiere poner en marcha Errejón: políticas de fondo rojo y piel verde.
"El vinculo entre el neoliberalismo y la destrucción del planeta"
Así lo explicaba el líder de Más Madrid en una entrevista en eldiario.es en mayo. "Nosotros queremos hibridar dos culturas políticas que queremos poner a trabajar juntas. Una convicción fuertemente republicana de que sin igualdad no hay libertad: si tienes miedo a que no te renueven el contrato, a que no haya plaza para tus mayores en la residencia o a que no haya plaza en una escuela infantil y por tanto tus hijos compitan en desigualdad de oportunidades [...] Con, al mismo tiempo, una sensibilidad verde que dice que el mayor reto al que se enfrenta nuestro planeta y nuestras sociedades es que no podemos seguir viviendo como estamos porque estamos consumiendo por encima de la capacidad de recarga del planeta, que tenemos que modificar la manera de producir, de distribuir y de consumir, y de relacionarnos".
Es decir: el objetivo de los ideólogos de Más Madrid no es poner en marcha un partido verde tradicional como puede ser Equo, ni tampoco añadir a un programa clásico de izquierdas un apartado de propuestas medioambientales, aunque sea de calado. La meta es conseguir vincular las propuestas relativas a la redistribución de la riqueza con planteamientos de defensa del medio ambiente, lucha contra el cambio climático y transición ecológica, y proyectar el mensaje de que no habrá justicia social sin una transformación verde, pero tampoco es viable una transformación verde sin justicia social. "El vinculo entre el neoliberalismo y la destrucción del planeta es evidente, y en Europa está teniendo un cariz vertebrador" que Más Madrid quiere trasladar a España, resume el diputado regional Hugo Martínez Abarca.
"La hipótesis con la que trabajamos es que la gente es receptiva a las propuestas verdes, pero siempre y cuando sean justas socialmente". Quien habla es Héctor Tejero, diputado por Más Madrid en la Asamblea regional, activista ecologista y uno de los responsables de esta nueva aura verde que Errejón aspira a que rodee las propuestas programáticas de su partido. Y Martínez Abarca pone como ejemplo de esta conciencia ecológica aplicada a las políticas sociales el de las medidas para solventar la pobreza energética. "Quienes sufren más problemas para calentar su casa en invierno, o para enfriarla en verano, siempre es la gente más humilde", y por ello serían los principales beneficiarios de un plan de rehabilitación de viviendas –una medida que, por ejemplo, también propone Unidas Podemos– que, a su vez, ayude a ahorrar energía y que, además, cree puestos de trabajo.
Trascender el electorado verde tradicional
No obstante, lo cierto es que, hasta ahora, el éxito de los partidos verdes ha estado prácticamente circunscrito a países con economías muy avanzadas y donde el debate público no se centra tanto en cuestiones sociales de carácter esencial. Tejero es consciente de ello. "Es cierto que hay parte de caricaturización" de las formaciones verdes como partidos "hippies" con un discurso diseñado para personas que se pueden preocupar de los asuntos medioambientales porque tienen sus necesidades vitales cubiertas, pero "esa caricaturización tiene parte de razón si se atiende a los datos demográficos", admite el diputado, ya que el electorado clásico de estos partidos ha tenido un perfil "joven, urbano y de clase media".
Pero para Tejero, "eso ya ha empezado a cambiar" porque el discurso ecologista "basado en las condiciones de vida de los de abajo" está empezando a ganar espacio. La clave, explica, es que referentes como Ocasio en EEUU "han entendido que la lucha climática puede ser central para acabar con la desigualdad, y con ese discurso está consiguiendo atraer comunidades obreras que se encontraban desencantadas con el Partido Demócrata". Y el diputado de Más Madrid menciona a otro líder de la izquierda cuando se le pregunta por los referentes ideológicos de su partido: el laborista británico Jeremy Corbyn, que "está utilizando la transición ecológica como palanca para promover políticas clásicas laboristas", también entre sectores que habían abandonado a la formación.
Uno de los grupos sociales a los que apunta este discurso rojiverde es el de los votantes más jóvenes, aquellos que en España se expresan a través de movilizaciones como las del colectivo Juventud por el Clima y a quienes "el 15M ya les suena a algo antiguo", explica Martínez Abarca. En este sentido, el ejemplo alemán –uno de los países europeos donde mayor incidiencia tiene el movimiento ecologista– es ilustrativo de cómo está calando este discurso entre la juventud de ese país: en las pasadas elecciones europeas, Los Verdes fueron de largo el partido más votado por los menores de 30 años.
En España, sostiene Tejero, "no está precisamente por descubrir el electorado joven, urbano y de clase media" que conforma buena parte del espacio de Los Verdes alemanes. Por ello, y aunque el dirigente de Más Madrid admite que los jóvenes "serían los más sensibles a un mensaje verde", la formación no tiene pensado centrar en ellos su mensaje. "El gran reto para conseguir mayorías", razona Tejero, es precisamente romper la barrera de edad y llegar a sectores sociales más mayores y, normalmente, menos concienciados sobre asuntos medioambientales. Esas personas "seguramente sean menos sensibles a un discurso puramente verde de actuar contra el cambio climático", pero a cambio, según la hipótesis en la que se basa Más Madrid, sí lo son "a las ventajas económicas y sociales que tendría una transición ecológica y también a la necesidad de actuar en beneficio de las generaciones futuras".
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Un planteamiento a largo plazo
Pero esa es la batalla a largo plazo. Por ahora, Más Madrid se encuentra centrada en una tarea mucho más prosaica: la de conformar la estructura orgánica de un partido que se presentó a las elecciones como una mera marca electoral y que se encuentra en plena construcción. Y el camino, para sus dirigentes, es a muy largo plazo. El propio Errejón, en su prólogo al libro ¿Qué hacer en caso de incendio?, escrito por Tejero y por el también activista Emilio Santiago, insistía en una de sus ideas clásicas: la de que es tan importante conquistar el poder y aplicar el programa como llevar a cabo cambios culturales que asienten las nuevas ideas como el sentido común de la sociedad.
"Es fundamental construir mayorías transversales que produzcan, acompañen y empujen a los gobiernos a desarrollar el paquete de políticas públicas por la descarbonización de la economía, la eficiencia energética y la apuesta por una agroalimentación sostenible y ecológica. Pero esto no será el fin del partido, sino apenas saltar al terreno de juego", señalaba Errejón en ese prólogo. E iba más allá: "Las victorias electorales deben abrir la puerta para una larga guerra de posiciones, en las que las conquistas institucionales, culturales y de tejido comunitario, vayan haciendo un camino difícilmente reversible hacia una sociedad más justa, más libre y más verde".
El verde está de moda en la política europea. En las pasadas elecciones comunitarias del 26 de mayo, los partidos verdes de todo el continente sumaron 70 escaños –de un total de 751 que tiene el Parlamento Europeo– y experimentaron un importante crecimiento en países como Francia, Reino Unido o, especialmente, Alemania, donde algunas encuestas ya sitúan a Los Verdes como primera fuerza en intención de voto. Por el contrario, en España ninguna formación verde consiguió representación por sí sola, y Equo, el partido ecologista más potente en nuestro país, ni siquiera se presentó a los comicios por sus diferencias internas.