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Modelo de Estado

El PSOE andaluz defiende que las autonomías actúen como “contrapoder en defensa de la democracia”

Julio Villarrubia, Ximo Puig, Soraya Rodríguez, Amparo Rubiales, Elena Valenciano y Mario Jiménez, ayer miércoles en el hotel Vincci Soho de Madrid.

El PSOE andaluz es el PSOE andaluz. Una federación capital dentro del PSOE, la que atesora más poder y a la que todo el mundo mira, más ahora que corren tiempos convulsos en el partido y donde la estabilidad de Alfredo Pérez Rubalcaba en la secretaría general depende en buena medida de las maniobras de José Antonio Griñán. Y esa enorme influencia se podía tocar ayer miércoles en Madrid, en la presentación del documento Por una reforma federal del Estado autonómico, en el que una de las claves es el fortalecimiento de las comunidades, para que puedan incluso actuar de dique frente a los "ataques" del Gobierno central a las políticas sociales. 

A la amplia delegación andaluza, encabezada por Mario Jiménez (vicesecretario general), Amparo Rubiales (presidenta) y Juan Cornejo (secretario de Organización), se sumaron los rostros de diputados, senadores, varios barones (Ximo Puig, Valencia; Emiliano García-Page, Castilla-La Mancha, y Julio Villarrubia, Castilla y León) e importantes cargos orgánicos de varias federaciones. Y, lógicamente, de la dirección federal, cuya representación recayó en Elena Valenciano, la número dos de Rubalcaba; Soraya Rodríguez y Marcelino Iglesias, los portavoces de Congreso y Senado, o Trinidad Jiménez, secretaria de Política Social. Carme Chacón, como sus compañeros José Zaragoza, Francesc Vallès, Teresa Cunillera o Germán Rodríguez, cumplían la cuota PSC. Todos los estamentos de poder del PSOE estaban allí. 

El PSOE andaluz llevaba a Madrid su propuesta de reforma de la Constitución bajo el brazo. No era nueva, porque como señalaba Carmen Calvo, la vicepresidenta de la fundación Alfonso Perales –el laboratorio que formalmente ha redactado el documento–, ya estaba confeccionada desde el otoño pasado. La había intentado presentar en otras ocasiones en la capital, pero se cruzaron líos internos. Y al final fue ayer, cuando quedan apenas 15 días para el Consejo Territorial, el órgano que tiene que avalar el proyecto de cambio de la Carta Magna en el que se sientan cómodas todas las federaciones (aparte de Ferraz), incluido el PSC. Consejo Territorial que, además, se celebrará en Granada. 

El documento plantea un Estado federal "cooperativo", "pluralista" y social, "construido desde un renovado consenso constitucional", que dote de "legitimidad" al modelo de descentralización. Entre las propuestas, primero, la sustitución del Senado por una Cámara territorial a semejanza del Bundesrat alemán, con miembros elegidos por los territorios (no por las urnas), con competencia legislativa en las leyes previstas en la Constitución que inciden en el Estado autonómico y que sirva como instancia para potenciar las "relaciones de colaboración" entre los diferentes escalones de poder del Estado. En segundo término, la descentralización de la Justicia –línea ya asumida por Ferraz, por cierto–, que implicaría limitar la competencia del Tribunal Supremo a la unificación de doctrina. Además, se plantea la "desconcentración territorial de algunos órganos federales de control y supervisión, de naturaleza jurisdiccional o administrativa" –o sea, situar órganos como el Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo fuera de Madrid–. 

En el punto de "centralidad"

La Constitución, para el PSOE, recogería el listado de competencias propias de las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía), sobre todo en materia lingüística, cultural y educativa, y tendría que dar algún detalle más sobre la financiación autonómica. 

Mario Jiménez subrayó, durante su intervención, en el cierre del acto, que el trabajo de la Alfonso Perales es una "respuesta seria y rigurosa" a los desafíos de hoy. A la "demolición del Estado autonómico que pone en jaque el Estado del bienestar" orquestada por el Gobierno de Mariano Rajoy, a la "nefasta" gestión de la crisis y la "dictadura de la austeridad". Ahora bien, aclaró, el "ataque" llega desde posiciones antagónicas, desde posiciones "neocentralistas" y desde "la ruptura nacionalista". El PSOE se sitúa así, dijo Calvo, en un punto de "centralidad y reflexión" entre los polos opuestos.

El número dos de Griñán, como Calvo, enfatizó el papel de Andalucía como pionera. En 1982, cuando no se quiso resignar al plan trazado por la UCD y reclamó su autonomía en pie de igualdad con las nacionalides históricas, y ahora, cuando abandera una reforma hacia un Estado federal que es "útil" para salir de la crisis y con la que se puede "superar la inestabilidad institucional" que vive España. "Rechazarlo es permanecer ciego, sordo y mudo ante las necesidades del país. La especialidad de Rajoy es callar y aguantar. Ante esto, el PSOE tiene que coger las riendas de la situación e impulsar el necesario debate reformista. Estamos ante un cambio de época". 

"Garantía de los derechos básicos de la ciudadanía"

La Constitución, según sostuvo Jiménez, debe "proteger" las competencias de las CCAA, para que se puedan blindar frente a "visiones destructivas y antisociales" como las que, a su juicio, lidera Rajoy. "Las comunidades pueden y deben convertirse en un contrapoder, en un poder con capacidad de defensa de la democracia, más en un momento como este, en un contexto donde la omnipresencia de la derecha amenaza con convertirse en la omnipotencia". En ese sentido, el número dos del PSOE andaluz puso como ejemplo de resistencia las políticas "propias" de la Junta. 

Carmen Calvo, vicepresidenta de la fundación Alfonso Perales y exministra socialista de Cultura, en la presentación del documento 'Por una reforma federal del Estado autonómico', este 19 de junio en el hotel Vincci Soho de Madrid | INMA MESA

"Hemos de construir un modelo territorial y democrático que garantice los derechos básicos de la ciudadanía como derechos inalienables e inalterables, que no estén sujetos a la situación económica, a la ideología del Gobierno o a las decisiones arbitrarias de entidades o instituciones ajenas a nuestra Constitución. Derechos iguales para todos los españoles, para los territorios y para todas las generaciones. Perseguimos un pacto constitucional que dé lugar a un nuevo modelo de convivencia que reconozca y respete la diversidad y la pluralidad pero que evite cualquier privilegio que dificulte la solidaridad entre territorios y la igualdad de oportunidades entre todos los españoles", concluyó. 

La "realidad asentada" del concierto y del convenio

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Durante el coloquio posterior, emergió uno de los temas ineludibles de la última semana en el serial socialista: la polémica sobre el concierto económico y el convenio navarro. Manuel Medina, uno de los expertos que ha participado en la redacción del documento, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, señaló primero que no era "cierto" aquello que algunos medios publicaron la semana pasada de que Andalucía se alineaba con el PSC y pedía la supresión de los regímenes forales. No, deben mantenerse porque son una "realidad asentada". Lo que debe revisarse es el cupo, la cantidad que Euskadi y Navarra devuelven al Estado por el pago de competencias no transferidas, porque en su definición actual proporciona una "financiación desproporcionadamente superior" que al resto. Por tanto, recomendó, hay que "ajustar" la metodología de cálculo, para que así se camine hacia un sistema "más perfecto, más ajustado a la idea de solidaridad y equilibrio interterritorial". En definitiva, la misma tesis que defiende Ferraz

La andaluza es una pieza fundamental del ensamblaje del nuevo modelo territorial al que aspira el PSOE. Pero sin duda las espadas siguen en alto por el PSC, cuyo encaje es infinitamente más complicado pero que la mayoría quiere hacer de nuevo posible. Los socialistas catalanes, por cierto, también presentaron en Madrid su propuesta, a finales de mayo. Y contó con la presencia de cuadros del partido. Pero nada que ver con lo que se vio ayer, 19 de junio, en el hotel Vincci Soho de la capital. Prueba del poderío que gusta lucir a la federación de Griñán. 

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