Día Mundial contra la Trata

Las seis medidas que reclaman las asociaciones en la lucha contra la trata

Hace ahora tres años la Asamblea General de las Naciones Unidas marcaba en su agenda el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas, lacra que afecta, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, a 21 millones de personas que están siendo víctimas de trabajos forzosos. Concretamente, 11,4 millones de mujeres y niñas, frente a 9,5 millones de hombres y niños.

El último informe al respecto elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), advierte de que las "cifras oficiales sólo constituyen la parte visible del fenómeno", mientras que "las cifras reales sean mucho más elevadas". El documento denuncia además el aumento de la impunidad ante este fenómeno, y lo avala con datos: sólo cuatro de cada diez países comunicaron –entre 2010 y 2012– el registro de diez o más fallos condenatorios por año, y casi el 15% no había registrado ninguno en absoluto.

En España, la información más reciente publicada por el Ministerio del Interior respecto al año 2015 [consultar documento aquí] evidencia la disparidad de las cifras. A lo largo del pasado año las autoridades efectuaron 3.007 inspecciones administrativas y detectaron a 13.879 personas en situación de riesgo. Las detenciones por trata de seres humanos fueron de 152, y el número de detenidos por explotación sexual fue de 319. Respecto a las víctimas, fueron identificadas 133 por trata de seres humanos, y 650 por explotación sexual, sumados a los 22 menores que fueron registrados como tal.

En relación a la trata con fines de explotación laboral, fueron detectadas 10.835 personas en situación de riesgo. Un total de 79 fueron detenidos por trata en este ámbito, y 267 por explotación laboral, mientras que las víctimas atendidas fueron 134 por trata y 676 por explotación.

Ante este panorama, infoLibre ha consultado con diversas expertas cuáles son las demandas actuales de las organizaciones especializadas en la lucha contra la trata de personas.

1: Ley Integral contra la tratA

La abogada Gema Fernández, miembro de la organización Women's Link Worlwide, que busca perseguir delitos de trata desde una perspectiva legal, repasa en conversación con este diario los pasos en España hasta la legislación vigente. "Lo primero que se hizo fue modificar la Ley de Extranjería en el 2009", de modo que la trata era entendida como un problema que afectaba "únicamente a extranjeros extracomunitarios", recalca la experta. Tras las demandas de las asociaciones, continúa, "se añadió una salvedad a la ley, de modo que se aplicara también a los ciudadanos de la Unión Europea".

Fernández reconoce que la evolución desde entonces "ha sido significativa". A su juicio, "se ha ido avanzando, pero sigue habiendo grandes lagunas, retos y cuestiones problemáticas". Con ella coincide Rocío Mora, coordinadora de Apramp, asociación que trabaja para prestar asistencia integral a las víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Mora considera que, respecto a la trata con fines de explotación sexual, "se han producido muchísimos avances, pero hay que seguir avanzando".

Para ello, las expertas consultadas señalan a un cambio fundamental. Consideran que un Plan integral, como el existente hoy día, no es suficiente, sino que es necesaria una Ley integral que contemple esta lacra. "Es primordial una Ley que perdure en el tiempo, que no sea sólo un objetivo de partido político, sino un mandato que tratara de aplicar las medidas necesarias" sin fecha de caducidad, sostiene Mora. El plan desarrollado por el Gobierno de Mariano Rajoy cuenta con una serie de herramientas en la lucha contra la explotación, pero se trata de una acción finita: estará vigente sólo hasta el 2018.

Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, coincide con la tesis de sus compañeras, que asume como la "posición defendida por la mayor parte de las asociaciones. La experta añade, además, la pretensión de "una nueva legislación europea en la que se perfecciones la lucha" contra la explotación de personas.

2: Contemplar todo tipo de explotación

El informe mundial de la Unodc incide en la mayor frecuencia con la que se detectan otras formas de explotación, además de la sexual. Menciona la trata con fines de trabajo forzoso, "una amplia categoría que incluye, por ejemplo, los sectores de fabricación, limpieza, construcción, restauración, trabajo doméstico y producción textil, que ha aumentado de manera incesante en los últimos años".

Gema Fernández y Rocío Mora van más allá. Ambas expertas recuerdan otros tipos de explotación, como la mendicidad forzosa o el tráfico de órganos. "Nos preocupa un poco el foco exclusivo en la explotación sexual", observa Fernández, quien entiende que el resultado es la "segmentación de la realidad de la trata, poniendo parches aquí y allá en lugar de abordarla de manera integral y holística". Mora señala igualmente la necesidad de que la Ley "aborde e implique un enfoque integral de todas las formas".

Este foco tendría, además, que incluir a todas las víctimas, "mayores, menores, extranjeras, europeas, españolas...", continúa Fernández, que no resta importancia a la protección de género, pero que a su vez rechaza "los parches a la protección de las víctimas".

3: Equipos multidisciplinares para la identificación

Gema Fernández incide en la importancia del trabajo y la formación para identificar a las víctimas. "Sí que existe más o menos un consenso en sus derechos, pero la cuestión de a quién se considera víctima de trata, que es como la puerta de acceso a todos esos derechos, no está tan clara", relata la abogada.

Denuncia la "disparidad" en cuanto a la fase de identificación, y recalca que "se está identificando al 10% de las víctimas". El motivo, señala, "que es competencia exclusiva de la Policía Nacional". Fernández apunta Italia como ejemplo de buena praxis, "donde existe un equipo multidisciplinar compuesto por una abogada, miembros de organizaciones no gubernamentales, una psicóloga... y están mucho más preparados", remacha.

En España "las autoridades pueden colaborar con las asociaciones, nos pueden escuchar, pero es tan sólo una opción y no siempre ocurre", remata. Rocío Mora coincide con su compañera al demandar un "enfoque multidisciplinar y proactivo" en cuanto a la identificación de las víctimas.

4: Mayor incidencia en la infancia

El documento elaborado por la Unodc aborda asimismo el aumento de la trata de niños a nivel mundial. "En todo el mundo, los niños representan actualmente casi una tercera parte de las víctimas de trata detectadas", señala, de las cuales dos de cada tres son niñas. 

Para Rocío Mora, las medidas destinadas a las menores "tienen que seguir unas pautas muy contundentes". En esta línea, considera que "los niños y niñas víctimas de trata no pueden ser considerados como menores no acompañados, sino como víctimas de trata, y como tal deben tener una serie de recursos centrados en ellos, porque son especialmente vulnerables y eso es algo a tener muy en cuenta". 

La experta destaca que, "cuando se pone el foco en un menor, ese bien superior del menor tiene que ser una medida que se tome de inmediato y que sea duradera". Es necesaria, en este contexto, una asistenta que englobe todas las etapas, "desde que son detectados hasta que son reinsertados".

Existe, además, otra problemática en cuanto a las jóvenes adolescentes. "Se las identifica como mayores de edad cuando realmente son menores a las que les corresponde una protección reforzada", señala Gema Fernández. Por otro lado, "los bebés o niños de corta edad hijos de víctimas" también suponen una particularidad que requiere de actuaciones rotundas, porque a día de hoy "las autoridades están fallando en identificar y ver el problema", considera Fernández. "Los niños son usados para extorsionar a las madres, y a veces los sistemas de protección llevan a medidas que no son garantistas, como la retirada de los menores por parte de los Servicio Sociales", lamenta la letrada.

5: Incremento de la protección

En cuanto a la fase de protección de las víctimas y a las medidas enfocadas a garantizarla, las expertas también sugieren una serie de mejoras. "Es fundamental el apoyo de personas que hayan pasado por esa misma situación y que les cuenten el proceso y las acompañen en él, de forma que la víctima vea qué alternativas tiene a su lado", entiende Rocío Mora.

La coordinadora de Apramp denuncia que "si sólo s persigue el delito y no se da asistencia integral, la víctima no va a colaborar", de modo que se encuentra en una situación de vulnerabilidad, porque "no sabe qué realidad es la que le espera y no va a seguir ningún proceso de ayuda". 

Por ello, reclama la experta, es imprescindible una protección integral que englobe "planes sanitarios, jurídicos y sociales desde el primer momento, antes de tener en cuenta si va a colaborar o no", zanja.

6: Cambio de perspectiva y concienciación

Para que las demandas abanderadas por las asociaciones sean realizables, no obstante, es imprescindible un cambio de perspectiva por parte de las autoridades y de la sociedad civil. Gema Fernández critica que "a la hora deanalizar la legislación y la práctica, vemos que el enfoque aplica una visión sesgada, porque les interesa la persecución del delito". El marco habitual es, según la abogada, que las víctimas "sean vistas como migrantes en situación irregular que deben ser deportadas".

Y en este sentido, sucede que "el asilo para las víctimas de trata es prácticamente inexistente", continúa. "No se les concede el estatuto de refugiada a prácticamente ninguna porque la trata se entiende como un delito pero no como una forma de persecución".

El cambio de perspectiva vendrá, consideran las expertas, con una mayor participación de las organizaciones en todas las fases, de forma que exista además una coordinación con toda la sociedad civil. Rocío Mora apuesta por "visibilizar una realidad que no todo el mundo entiende: si el ciudadano ve claro qué indicadores le marcan que una mujer está siendo esclavizada, se pondrá en contacto con organizaciones especializadas, porque no es un problema, es un delito internacional reconocido y aquella persona que mira hacia otro lado es cómplice de un delito".

Para Mora, el mensaje fundamental que urge propagar este 30 de julio es claro: "Una mujer no puede ser esclava sexual, en pleno siglo XXI no tiene que existir la esclavitud".

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