Los correos secretos de Blesa
Seis preguntas que no contesta el expresidente Aznar sobre su relación con Einsa
José María Aznar es el primer expresidente del Gobierno español acusado de hacer gestiones en favor de una empresa dedicada a la venta de material bélico. PSOE e Izquierda Unida le han pedido que aclare su relación con Einsa, pero su reacción ante las informaciones desveladas por infoLibre ha sido el silencio, con una única excepción: un breve comunicado de 14 líneas, difundido pocas horas después de que este diario publicase la primera noticia el viernes 29 de noviembre, en el que Aznar afirmaba que no había "concluido" ningún contrato con Einsa y que tampoco había recibido "retribución o comisión alguna por parte de dicha compañía".
Desde entonces infoLibre ha seguido publicando noticias sobre las relaciones entre Aznar y Einsa, entre las que destacan tres: que el expresidente utilizó medios de la fundación FAES en sus gestiones a favor de la empresa de armamento, que implicó en este asunto a un hermano de su yerno Alejandro Agag y que el Gobierno que presidió entre 1996 y 2004 adjudicó contratos a Einsa por más de 13 millones de euros. El expresidente no ha explicado ninguna de estas cuestiones.
Con los hechos que se conocen a día de hoy, existen al menos seis cuestiones que Aznar se niega a aclarar en relación con Einsa. Son las siguientes:
1. ¿Qué gestiones realizó para Einsa?
En su comunicado, Aznar asegura que no "concluyó" ningún contrato con Einsa, pero no niega que realizase gestiones para dicha empresa. Una cuestión, por otra parte, difícil de negar a la vista del contenido de los correos secretos de Miguel Blesa, a parte de los cuales ha tenido acceso este diario. Blesa es un viejo amigo personal de Aznar, que lo colocó como presidente de Caja Madrid tras ganar las elecciones de 1996.
Así, el 16 de octubre de 2008, el presidente de Einsa (Pedro Rodríguez Pla) le envió un correo a Aznar con el siguiente contenido: “Respetado Presidente: De acuerdo con tus deseos, adjunto te remito unos breves comentarios relativos a nuestros movimientos comerciales en Argelia y Libia; como verás casi todo está por hacer”.
Rodríguez Pla añadió en su mensaje una aclaración para el expresidente: “Nuestro personal está a tu entera disposición para visitar esos países, hacer las presentaciones que sean necesarias e incluso para invitar a ejecutivos, adecuadamente elegidos, para que visiten nuestras instalaciones y para que puedan probar nuestros equipos”.
Ese mismo día, Rodríguez Pla envió un email a Blesa para informarle del contacto con el expresidente. El texto hablaba de un Aznar ilusionado con las gestiones: "Nuestro amigo nos ha pedido dos presentaciones adicionales, electrónicas y en papel así como la información adicional que te adjunto, relativa a Libia y Argelia; parece ser que estará en esos países durante la semana que viene; a través de su secretaria creemos verlo muy ilusionado". Efectivamente, el 5 de noviembre de 2008 Aznar fue recibido en Argel por el presidente del país magrebí, Abdelaziz Bouteflika.
2. ¿cobró alguna empresa del entorno de Aznar por sus gestiones para einsa?
Aznar aseguró, en su comunicado, que él no había recibido "retribución alguna" por parte de Einsa. Esa afirmación, de ser cierta, deja abierta dos opciones: que el expresidente realiza gestiones de forma gratuita para empresas que se dedican a vender material bélico o que Aznar no hubiese cobrado directamente como persona física sino a través de alguna empresa de su entorno.
La primera opción no sólo choca con la lógica capitalista –no se conoce a demasiados empresarios liberales que se apliquen a sí mismos el concepto de trabajo gratuito–, sino con otro de los correos encontrados en el ordenador de Blesa y cuya difusión ha intentado evitar el Tribunal Superior de Madrid tras la querella del fiscal Manuel Moix contra el juez Elpidio Silva, que investigaba al banquero. En concreto, se trata de un email enviado por Rodríguez Pla a Blesa el 23 de abril de 2007, informándole de los contactos mantenidos con un cargo de FAES y persona de la máxima confianza de Aznar: Rafael Bardají. En ese correo queda claro que, según Bardají, la opinión de Aznar era esta: "Antes de empezar a trabajar con otros países, debíamos mantener una reunión para definir esos países, la forma de operación y la determinación de las compensaciones correspondientes; podemos también aprovechar esta ocasión para definir las compensaciones de las operaciones en las que no están apoyando en USA". En aquel momento, abril de 2007, Aznar y Bardají sólo habían realizado gestiones para Einsa en Estados Unidos, de ahí la referencia a "trabajar con otros países". Libia y Argelia vendrían más tarde.
En cuanto a la vía para recibir esas "compensaciones", hay otro correo enviado por el presidente de Einsa a Aznar que puede ofrecer alguna pista. Fue enviado el 3 de octubre de 2008 y Rodríguez Pla intentaba disipar las dudas del expresidente del Gobierno sobre la fórmula contractual. “No hay ningún problema en que el contrato sea a una persona física o jurídica; si quieres ser titular del acuerdo como persona física, para nosotros sería un honor”, le decía Rodríguez Pla.
A la luz del comunicado de Aznar, parece que éste rechazó el "honor" de aparecer como persona física. ¿Pero alguna empresa del entorno del expresidente recibió alguna "compensación"? Quienes lo saben, callan.
3. ¿Cree ético hacer gestiones para una empresa a la que su Gobierno adjudicó contratos por 13 millones de euros?
Durante los ocho años que Aznar gobernó en España, entre 1996 y 2004, diferentes ministerios adjudicaron a Einsa contratos por un importe que supera los 12,9 millones de eurosun importe que supera los 12,9 millones de euros. Einsa fue elegida por el Gobierno conservador en más de 60 ocasiones.
La empresa de material bélico realizó durante los dos mandatos del PP un amplio abanico de trabajos, varios de ellos directamente relacionados con el ámbito militar. En al menos cuatro ocasiones, el Ejército del Aire eligió a Einsa para que colaborase en el despliegue de misiles Sidewinder, en su mantenimiento y para que fabricase equipos de apoyo a esas operaciones. Estas adjudicaciones reportaron a la firma ingresos por un importe de 1.254.515 euros. Además, Einsa fue contratada por el procedimiento de urgencia dos años después para suministrar material para el destacamento del Ejército del Aire en Pristina (Kosovo), y se embolsó otros 750.000 euros.
Aunque Einsa tiene una rama de negocio civil y otra militar, la mayor parte de las contrataciones públicas en la época de Aznar fueron para material bélico. De hecho, de las 60 adjudicaciones recibidas, el reparto según el órgano contratante fue el siguiente: 35 contratos de organismos dependientes del Ejército del Aire, 8 de la Armada y 6 del Ministerio de Defensa. Es decir, 49 sobre 60, lo que representa más del 81% del total. Las otras 11 licitaciones fueron para suministrar equipos o realizar tareas de mantenimiento para la Dirección General de Tráfico (en 5 ocasiones), la Policía (5) y la Guardia Civil (1).
Lógicamente, un expresidente no tiene que saber de memoria cuáles han sido las adjudicaciones realizadas por su Gobierno. Pero es de suponer que, si decide trabajar en favor de una empresa, se tomará la molestia de preguntarle a algún colaborador por el historial de la compañía. Y todos los contratos arriba mencionados fueron publicados en el Boletín Oficial del Estado, de forma que los datos son fáciles de obtener a través de una simple búsqueda a través de la página web del BOE. Si además se trata de un expresidente que presume a menudo de "principios y valores", cabe plantearse al menos dos preguntas: ¿incluyen esos principios y valores hacer trabajos para una empresa que se dedica a vender material bélico? ¿Protegen esos principios y valores la realización de gestiones en favor de una compañía a la que su Gobierno adjudicó 60 contratos?
4. ¿Fue su amigo Blesa quien le puso en contacto con Einsa?
La intensa relación epistolar mantenida por el presidente de Einsa con Miguel Blesa deja al descubierto que fue el entonces máximo responsable de Caja Madrid quien hizo a Aznar de puente con Einsa.
El 1 de diciembre de 2006, Rafael Bardají le envió un correo a su jefe en FAES a través de una de sus secretarias, Amalia A. Tras pedir a la secretaria que se lo hiciera llegar a Aznar "superurgentísimo", Bardají le cuenta lo siguiente al expresidente: “Ayer jueves tuvimos dos reuniones en Washington con representantes del grupo Cohen. La primera sirvió para que la gente de Einsa explicara en profundidad tanto su empresa como sus aspiraciones para el contrato que persiguen en la actualidad con LM [Lockheed Martin]”.
Ese correo fue reenviado tres días después –4 de diciembre– por la secretaria de Aznar a Blesa. El texto añadido por la secretaria era escueto: “Por indicación del Presidente D. José María Aznar le envía [sic] esta información confidencial”.
Que Blesa hiciera de introductor de embajadores no tenía nada de extraño, ya que el banquero había sido consejero de Einsa entre marzo de 1991 y enero de 1997. Así que mantenía una vieja amistad tanto con Aznar como con Rodríguez Pla.
Lo que sí resulta más extraño es la puntillosidad con la que Rodríguez Pla informaba a Blesa de la evolución de la empresa. Un grado de detalle propio de quien está reportando a un socio y no de quien informa a un amigo sobre la evolución de sus negocios. infoLibre ha realizado numeros intentos de hablar con Blesa para saber, entre otros asuntos, si forma parte del accionariado de la compañía. Pero el banquero no ha respondido.
En todo caso, que Blesa buscase oportunidades de negocio al expresidente del Gobierno podría interpretarse como una muestra de agradecimiento. No en vano fue Aznar quien poco después de llegar a la Moncloa forzó la elección de Blesa como presidente de Caja Madrid. Un cargo que le proporcionó grandes beneficios económicos, aunque también el descrédito actual, dado su innegable protagonismo en el hundimiento de la entidad. Un papel compartido, por cierto, con otro viejo amigo de Aznar: Rodrigo Rato.
5. ¿Utilizó FAES en sus trabajos para Einsa?
Los correos secretos de Blesa certifican, sin lugar a dudas, que Aznar utilizó parte de su equipo en la fundación FAES para abrir mercado a Einsa en Estados Unidos, Argelia y Libia. En esas gestiones desempeñó un papel destacado uno de los más estrechos colaboradores de Aznar, Rafael Bardají, director de Estudios de Política Internacional de la fundación que preside Aznar y antiguo asesor de Defensa durante los mandatos del PP,
En el correo fechado el 1 de diciembre de 2006, Bardají relata a su jefe una serie de debilidades que observa en la empresa de material bélico. Y en un epígrafe titulado “En relación a nosotros”, le cuenta lo siguiente: “Tal vez ahí podamos jugar algún papel en esta primera fase. En todo caso, nuestra participación y futura relación nunca ha acabado de discutirse. Lo que Einsa ha hecho hasta el momento ha sido cubrir mis gastos de viaje mediante reembolso de los mismos, pero nada más. Convendría que MB [alusión a Miguel Blesa] hablara con ellos para ver qué piensan y qué podemos hacer”. Era finales de 2006 y la relación entre las partes fue evolucionando hasta que, ya en 2008, Einsa le envió un borrador de contrato a Aznar.
De hecho, en otro email enviado por Rodríguez Pla a Blesa el 16 de diciembre de 2008, el primero explica que Aznar ya se había entregado a la tarea de abrir mercado a Einsa en Argelia: "Hablé ayer con el presidente y me confirmó que ya empieza a tener estructura. Su primer colaborador es un hermano de su yerno [...]. Me confirmó que ya está en marcha en Argelia y que lo que acordemos con Agag es como si lo acordásemos con él".
¿Quién montó y quién abonó esa estructura de la que hablaba Aznar? ¿Era una estructura de FAES? ¿Corrió la fundación con los gastos del hermano de Alejandro Agag? Preguntas que permanecen sin respuesta, pero que sin duda tienen un importante interés, sobre todo teniendo en cuenta que más del 50% de los ingresos de FAES proceden de fondos públicos.
6. ¿Debe cumplir Aznar algún código de buen gobierno como presidente de FAES?
Ni FAES ni Aznar han dado explicación alguna sobre la utilización de los medios de una fundación que se alimenta de dinero público para fomentar negocios privados, como ocurrió en el caso de Einsa. Pero es que, además, es imposible saber si dicho comportamiento atenta contra los estatutos de FAES por la sencilla razón de que son... secretos.
Aunque la fundación de Aznar presume de transparencia, lo cierto es que los estatutos no figuran en la página web. infoLibre se dirigió a FAES para pedir una copia, pero un portavoz de la fundación se negó a facilitarla. Ello impide saber si dicha organización se gestiona de acuerdo con algún código de buen gobierno, que por ejemplo impida aceptar dinero de determinadas fuentes o que establezca qué uso hay que dar a los medios de la fundación.
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El informe Transparencia, el mejor eslogan, que analiza las webs de los partidos y fundaciones políticas, destaca precisamente que la mayoría de ellas no publican sus estatutos. "Ninguna de las fundaciones analizadas publica un código de buen gobierno. Esta es una de las áreas más críticas del sector fundacional en general y de las fundaciones políticas en particular", se denuncia en el informe.
En este caso, por tanto, no se trata de una crítica exclusiva a FAES. Esa falta de transparencia, ocultando sus estatutos, es achacable también a otras fundaciones políticas. Claro que no consta que el presidente de ninguna de ellas se dedique a realizar gestiones para abrir nuevos mercados a una empresa de venta de material bélico.