Suspenso a las becas educativas: el 60% de los hogares más vulnerables no recibe ninguna
¿Llegan las becas educativas a los hogares que más las necesitan? Sí, pero no a todos. Así lo ha revelado un estudio de EsadeEcPol publicado este martes. Según el informe —que lleva por título Radiografía del gasto de las familias en material escolar y las becas que ayudan a compensarlo y ha sido elaborado a partir de los datos de la Encuesta del Gasto de Educación de los Hogares (EGEH) y la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), ambas elaboradas por el Insituto Nacional de Estadística (INE) y publicadas con escasa frecuencia—, tan sólo cuatro de cada diez del 20% de hogares con menos recursos recibe alguna beca. Dicho de otro modo: seis de cada diez familias con menos recursos no tiene ningún tipo de ayuda educativa. Un 60%. Del lado contrario, del 20% de familias con mayor capacidad económica, el 13% recibe alguna.
El problema no acaba ahí. La progresividad de las becas tampoco está funcionando adecuadamente. Según los investigadores de Esade y autores del estudio, Lucía Cobreros y Ángel Martínez, el efecto reductor del gasto que tienen las becas es más alto entre las familias de poder adquisitivo medio, que ahorran unos 40 euros, que medio-bajo, donde la cifra ya desciende hasta los 25 euros. Lo más acuciante, no obstante, es que entre las de menor poder, el efecto reductor es prácticamente de 0 euros.
Además, en algunas comunidades autónomas, el alumnado de la escuela concertada percibe becas en la misma proporción que el de la pública, donde se concentra hasta el 50% de alumnado con entornos desfavorables para la educación, según los datos que recogió un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Pasa en Navarra, donde el 52% de alumnos de la pública y el 47,1% de la concertada reciben ayudas, y en Madrid, donde los beneficiarios de ayudas en las primeras son el 55,7% y en las segundas el 44,3%.
Ausencia de información, problemas de acceso y escasa financiación
¿Por qué ocurre esto? Cobreros identifica varias causas. En primer lugar, critica la "escasa y escueta" información sobre becas, puesto que muchas ayudas no se contabilizan como tal, lo que podría falsear los datos. Lo afirma también el informe. "Parte de los sistemas de financiación pública que ayudan a subsanar los gastos de las familias, como de gratuidad de los préstamos de libros de texto y material didáctico, no siempre tienen carácter de beca o ayuda, de forma que se recogen en estadísticas diferenciadas y no permiten capturar, en un solo indicador homogéneo y preciso, el porcentaje de alumnado que recibe alguna ayuda por comunidad y etapa educativa", señalan los investigadores.
En segundo lugar, Cobreros apunta en conversación con infoLibre a un problema de acceso a las ayudas. "Pensamos que esto puede deberse a la falta de información sobre cómo acceder", explica. No es una crítica nueva. La Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales ha advertido en no pocas ocasiones que el Ingreso Mínimo Vital (IMV) tampoco llega a quienes más lo necesitan. La última vez fue en mayo, cuando la organización denunció que el 80% de la población bajo el umbral de la pobreza no era beneficiaria de la ayuda.
La principal razón, han argumentado en varias ocasiones, es la excesiva burocracia, los complejos requisitos a los que está sujeta y la brecha digital que impide a muchas personas completar con éxito las solicitudes. En este sentido, un estudio en Francia realizado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), el Instituto IMDEA Networks, y Orange Innovation y recogido por Newtral reveló que los ciudadanos que sufren desigualdad local usan el teléfono móvil para conectarse a las redes sociales en mayor medida que aquellas personas con educación superior, que destacan en el uso de Internet para leer noticias.
En tercer lugar, Cobreros culpa a la financiación. "Hay un problema de recursos. Aunque han aumentado, en España invertimos menos en becas que en otros países de nuestro entorno", critica. El último informe de la OCDE Education at a glance del año 2023 señaló que España, en todos los niveles educativos, gasta 10.348 euros al año por estudiante a tiempo completo, mientras que el promedio de la organización es de 11.766 euros.
Esto ocurre a la vez que, continúa el estudio, los hogares con menor capacidad económica gastan, en proporción, mucho más en material escolar que quienes se encuentran en el lado opuesto del tablero. Así, mientras que para las familias más pobres estas compras suponen un 2,7% de su gasto total anual, para los que tienen mayor capacidad económica ese porcentaje disminuye hasta el 1%. "Dado que el gasto en material escolar se produce en periodos muy cortos de tiempo, normalmente en el mes inmediatamente anterior al comienzo del curso escolar, estos gastos pueden llegar a representar, especialmente entre los hogares con menos capacidad económica, un porcentaje mucho mayor en términos mensuales durante los primeros meses del curso", destaca el informe.
Este curso, la subida continua y sostenida del IPC ha provocado además que el gasto de la vuelta al cole se incremente hasta convertirse en "la más cara de los últimos lustros", algo a lo que los investigadores tampoco dan demasiada importancia porque, también desde hace años, el ascenso de los precios es la tónica habitual. En cualquier caso, según ha calculado EsadeEcPol, "tres de las cuatro categorías relacionadas con bienes educativos han subido de precios". Concretamente, los productos de papelería lo han hecho un 12%, los libros de texto un 7,7% y las prendas de vestir un 5,5%.
Así, el informe cifra en 100 euros el gasto de las familias en el primer ciclo de Educación Infantil y en 210 el del segundo ciclo, unas cifras que aumentan hasta los 328 euros en Primaria, hasta los 398 en ESO y hasta los 474 en Bachillerato, la etapa postobligatoria en la que hay mayor financiación pública, apunta Cobreros, que lo explica por el mayor precio de los materiales por el alto uso de recursos informáticos.
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Para solucionar el problema y garantizar que las becas llegan a quienes más las necesitan, desde EsadeEcPol apuestan por expandir el sistema de becas, pero reorientándolo "prioritariamente hacia los tramos más bajos de renta, donde aún no se ha alcanzado el 50% de cobertura". Apuestan, además, por que los umbrales y las cuantías máximas para que sean concedidas se equiparen a todo el Estado, permitiendo no obstante que las autonomías las eleven.
Es lo que se hizo, precisamente, con el Ingreso Mínimo Vital, la ayuda que los investigadores autores del informe creen que debe servir de condición automática para percibir la beca. Es decir, que todas aquellas familias beneficiarias del IMV con hijos se incluyan, automáticamente, en el listado de perceptores de ayudas educativas. Así, explican, "se agilizan procesos, se eliminan trabas administrativas y se evita que las familias tengan que realizar más solicitudes". En esta línea, además, apuestan por convertir a los centros educativos en centros de información para detallar a las familias las ayudas disponibles y cómo acceder a ellas.
Por último, solicitan que se estudie el número de hogares que podrían recibir una beca y no la solicitan, además de sus características. Sólo así se podrá, dicen, dimensionar el problema.