LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Un 90% de condenas y un 0,001% de denuncias falsas: 20 años de la ley que puso nombre a la violencia machista

La recomposición de la izquierda

Teresa Rodríguez se aparta del liderazgo andaluz de Podemos por su rechazo al pacto de gobierno con el PSOE

La secretaria general de Podemos Andalucía , Teresa Rodríguez, rodeada de sus compañeros, durante la rueda de prensa en Sevilla.

Teresa Rodríguez no aspirará a renovar su cargo como coordinadora de Podemos Andalucía en la asamblea prevista para mayo. La renuncia, que afecta también a todo su equipo y que Rodríguez detallará este jueves, ha sido adoptada tras un acuerdo con Pablo Iglesias. Es lo que fuentes de Adelante Andalucía llaman una "solución blanda", porque no supone, al menos de momento, una ruptura del espacio de confluencia autonómica entre Podemos e IU. No obstante, sigue ahí el problema de fondo, ya que Rodríguez, del sector anticapitalista y que ha visto frustradas sus aspiraciones de constituir un sujeto político autónomo en Andalucía, considera erróneo el actual rumbo de Unidas Podemos, en especial por su pacto de gobierno con el PSOE. Queda la duda de si más adelante Rodríguez, que según fuentes de Adelante Andalucía no tiene previsto abandonar Podemos al menos "por ahora", formará a medio plazo un nuevo partido político que encauce su deseo de contar con una marca andalucista de izquierdas sin ataduras de Madrid.

Ni Iglesias ni Rodríguez, que anunciaron la ruptura en Twitter, hablaron de nuevo partido ni dijeron que la líder andaluza fuera a salir de Podemos. No obstante, su mensaje parecía de despedida, vinculada directamente al rechazo de la líder andaluza al gobierno de coalición con el PSOE. Son, afirmó Rodríguez, "diferencias políticas de carácter estratégico". "Hay formas de separarse que son violentas y patriarcales y otras son civilizadas, respetuosas", dijo Rodríguez, que afirmó que va a "volcarse" en Adelante Andalucía. Desde luego, no será desde la dirección de Podemos. "Debe dirigir Podemos en Andalucía un nuevo equipo que esté en sintonía con lo que han opinado tanto la dirección como la mayoría de los inscritos", dijo.

Iglesias apuntó que cuando "no hay acuerdo, lo lógico es emprender otro camino". No es un "adiós", dijo, sino un "hasta luego". Hablaban de su relación política política en pasado, aunque no dijeron que Rodríguez fuera a salir de Podemos sino a renunciar a presentarse a la reelección. La fórmula elegida para expresarlo fue que había "estrategias diferentes". Iglesias dijo que "ha sido un orgullo caminar" con los anticapitalistas.

Hay más incógnitas sobre la mesa. Está por ver cómo conviven ahora, en un mismo grupo, Adelante Andalucía, diputados de Podemos críticos con el Gobierno central y de IU alineados con el mismo. La confianza está deteriorada, admiten fuentes de dicho grupo. La tercera incógnita por despejar es quién presentará candidatura a la asamblea para llenar el vacío que deja Rodríguez.

La decisión de Rodríguez se adopta justo cuando los anticapitalistas han agudizado su perfil crítico con la dirección de Iglesias, hasta el punto de plantearse su salida de Podemos, y sacude el proyecto de confluencia del partido morado e IU en Andalucía.

Un "nuevo sujeto político"

Rodríguez, uno de los referentes de Podemos desde su origen, ha ostentado hasta la fecha sin contestación significativa el liderazgo del partido en Andalucía. Su gran afán ha sido a la vez político y orgánico: constituir un proyecto andalucista y de izquierdas, autónomo en su funcionamiento de la dirección estatal del partido morado y jamás supeditado al PSOE. Lo primero no lo ha conseguido. Pablo Iglesias y su círculo nunca han dado vía libre a los planes orgánicos de Rodríguez, puntal de la corriente anticapitalista. La dirección estatal ha embridado las tentativas de Rodríguez de constituir lo que solía llamar un “nuevo sujeto político”, un proyecto para el que siempre ha negado que necesite un partido –aunque hay por si acaso una marca registrada para ello–, pero sí ha reclamado una formación con CIF y censo propio, así como un blindaje contra los bolígrafos de Madrid a la hora de hacer las listas. Ella lo explicó una vez con un símil frutícola: no aspiraba a que Podemos fuera un racimo de uvas, formado por elementos independientes entre sí, pero tampoco quería que fuera una manzana, con una piel recubriendo un interior homogéneo. Su deseo era que Podemos fuera una naranja: misma piel, distintos gajos. No lo ha conseguido. En Adelante Andalucía abundan las voces que creen que prevé formar un partido nuevo.

Rodríguez, que no ha logrado que Podemos Andalucía sea el gajo de una naranja, sí que ha conseguido impulsar un proyecto propio al cuajar –tras muchas dificultades– una alianza estable con IU y dos pequeños partidos andalucistas, bajo el nombre de Adelante Andalucía, que concurrió con esa marca a las autonómicas de diciembre de 2018, obteniendo el 16,45% de los votos y 17 parlamentarios, un resultado lejano al del PSOE (33) pero que es la envidia del resto de Podemos en las autonómicas. De ahí no le han permitido pasar los dirigentes estatales de Podemos.

Rodríguez no ha conseguido, como pretendía, romper desde el sur una cierta inercia centralista de Podemos y dar a su proyecto la entidad y autonomía que tienen, por ejemplo, los comuns en Cataluña. El convencimiento de Rodríguez de que era necesaria esa autonomía y voz propia se ha visto reforzado por la evolución de la coyuntura política, que está dando especial visibilidad a fuerzas de ámbito autonómico y perfil soberanista. Rodríguez y su entorno se han lamentado públicamente de que en el debate de investidura de Pedro Sánchez ningún portavoz hablara en nombre de Andalucía, pese a ser la autonomía más poblada. La formación de un grupo andaluz propio en el Congreso de los diputados ha sido otra de las ambiciones frustradas de Rodríguez.

La relación con el PSOE

En cuanto a mantenerse lo más lejos posible del PSOE, Rodríguez ha sido consistente a lo largo del tiempo. “Gobernar con el PSOE es una trampa mortal”, decía en agosto de 2018 a infoLibre. Como opositora a Susana Díaz, destacó siempre por su beligerancia. Incluso ahora que el PSOE ha pasado a la oposición, sigue teniendo a los socialistas en el punto de mira. La disparidad de criterios sobre la relación a adoptar con el PSOE ha sido fuente de controversias entre la actual generación dominante en IU y los anticapitalistas desde que eran unos chavales. Tanto los comunistas como los troskos –el apelativo que se da en el entorno de IU a los anticapis– son críticos en extremo con el PSOE, pero estos últimos son más inclinados a aplicar la máxima “al enemigo, ni agua”. Rodríguez abomina de los acuerdos de gobierno con el PSOE. Cree que un ejemplo reciente de su inviabilidad es el Gobierno andaluz PSOE-IU de 2012 a 2015, que terminó con una traumática ruptura. Las bases de Podemos en Andalucía apoyaron por abrumadora mayoría el gobierno con Sánchez.

De modo que la formación de un gobierno en España entre PSOE y Unidas Podemos, apoyado disciplinadamente por la dirección de IU en Andalucía pero rechazado por la de Podemos, ha contribuido a subrayar las diferencias políticas existentes, tanto en el seno de Adelante Andalucía como de la dirección de Podemos Andalucía con la dirección estatal. Pero no han sido la única causa. Las tensiones de Rodríguez con Iglesias y su entorno vienen de lejos. Si ha habido momentos de entente cordiale, ha sido porque circunstancialmente ambas partes han identificado al errejonismo como adversario común. Si no, han predominado los rifirrafes por cuestiones políticas u orgánicas, casi siempre con repercusión mediática. Las críticas del sector anticapitalista a Iglesias por el chalé de Galapagar, especialmente ácidas en el caso de José María González Kichi, que recordó que él seguía viviendo en un barrio modesto de Cádiz con Teresa Rodríguez, marcaron un punto de inflexión a peor, coinciden fuentes de Adelante Andalucía que han asistido en primera línea al distanciamiento. Se han ido dando dos fenómenos paralelos. Crecía la desconfianza de Iglesias hacia los anticapis por sus críticas a la línea política de la dirección, al tiempo que crecía la frustración de Rodríguez por las trabas a su proyecto de un Podemos andaluz con mayor autonomía. De fondo, siempre, la disparidad de visión política.

Podemos e IU

Una diputada afín a Iglesias llama a construir un Podemos "democrático" en Andalucía

Una diputada afín a Iglesias llama a construir un Podemos "democrático" en Andalucía

En el ciclo 2016-2018, las tensiones de Rodríguez con Iglesias eran atemperadas por la buena sintonía de aquella con la dirección de IU, liderada entonces por Antonio Maíllo. Este a su vez estaba alineado con Alberto Garzón, que tiene sintonía con Iglesias. El tándem Maíllo-Rodríguez, funcional en el día a día y con equipos capaces de colaborar sin excesivos conflictos, eclipsaba las diferencias políticas de fondo entre los anticapitalistas y la dirección estatal de Podemos. Pero estas diferencias siempre han existido, siendo más o menos llevaderas según el contexto.

El tiempo ha ido dejando claro que IU, también en Andalucía, está en las tesis y en el proyecto de Iglesias, aun a costa de marcar distancias con Rodríguez, cuyo futuro ahora mismo no está claro. La líder andaluza de Podemos ya comprobó que no contaba con IU para que Adelante Andalucía se presentase también como marca a las generales, y no como Unidas Podemos. Aquella batalla la perdió Rodríguez. Dos sucesos recientes han terminado de desestabilizar el barco: una reunión de dirigentes de Podemos para impulsar una posible candidatura alternativa a Rodríguez en Andalucía, desvelada por El Confidencial y que la dirección andaluza consideró una “injerencia”; y la radicalización de la postura crítica de los anticapitalistas, que no descartan autoexcluirse de Vistalegre III o incluso salir de Podemos a medio plazo. Es obvio que la posición de Rodríguez al frente de Podemos Andalucía hubiera sido difícil con los anticapis, su corriente, fuera.

El enrarecimiento de las relaciones afecta ya al grupo Adelante Andalucía, con 11 miembros de Podemos y 6 de IU. A día de hoy, las relaciones en el seno del grupo parlamentario son frías, admiten varios parlamentarios. Toni Valero, coordinador andaluz de IU desde la salida de Maíllo, no habla con frecuencia con Rodríguez. El martes, en declaraciones a los medios, Valero dejó claro que el acuerdo es de IU con Podemos, no con Rodríguez. Es decir, que nadie espere a IU en Andalucía sumándose a nada que no esté bajo el paraguas de Unidas Podemos. Valero incluso advirtió que “Adelante Andalucía”, registrado como partido en el Ministerio del Interior por una militante en la sede de Podemos, pertenece a los partidos de la coalición andaluza. El runrún de que Rodríguez podría en el futuro encabezar un proyecto propio flota en el ambiente.

Más sobre este tema
stats