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Entrevista

Teresa Rodríguez: "Gobernar con el PSOE es una trampa mortal"

Teresa Rodríguez, el jueves en el Parlamento de Andalucía.

La noche de las europeas de 2014, cuando irrumpió Podemos, Pablo Iglesias y los suyos se dieron la consigna de no celebrar los resultados, sino de lanzar el mensaje de que aquello no era más que el principio y sólo se conformarían con la victoria. El ambiente resultante en la sede del partido era de euforia contenida, de alegría solemne, que contrastaba con la imagen de Teresa Rodríguez riendo sin reservas puño en alto. Rodríguez (Rota, Cádiz, 1981) siempre se ha resistido a someterse a los rituales del tacticismo televisivo. Como líder de Podemos en Andalucía, donde se enfrenta a la mejor implantada federación del PSOE, ha insistido en que el partido no puede depender del favor caprichoso de los platós ni del uso hábil de las consignas, sino de las alianzas sociopolíticas y el despliegue organizativo. Su obsesión ha sido construir algo con base y desde abajo. Ahora cree que empieza a tenerlo con Adelante Andalucía, marca con la que será candidata a la presidencia de la Junta con Antonio Maíllo (IU) a su lado.

Las elecciones de 2015, adelantadas por Susana Díaz con Podemos en fase de construcción, la cogieron a contrapié. Logró 15 escaños, frente a 47 del PSOE. No fue un éxito, tampoco un fracaso. Ha ejercido la oposición con dureza y marcando una distancia sideral con el PSOE. No apoyó la investidura de Díaz. Fue su primer acto de rebeldía ante las voces de su partido que le indicaban la abstención. El primero de muchos. Como puntal de la corriente anticapitalista, Rodríguez ha sido lo más parecido a un verso suelto.

Desde 2016 viene trabajando en un dificultoso proceso de confluencia con IU –también con Equo, Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza– que ahora ha cristalizado en Adelante Andalucía. Rodríguez y Maíllo han sacado adelante esta confluencia con la oposición de la dirección estatal de Podemos, a la que la dirigente gaditana lleva dos años enfrentada en busca de mayor autonomía. No ha logrado la independencia organizativa, al menos no toda. Pero la batalla de la herramienta electoral la ha ganado. El modelo de confluencia establece una relación de tú a tú con IU que desborda el marco previsto por la dirección estatal, que durante el proceso ha acusado a Rodríguez de querer montar un partido nuevo. No ha sido así. Adelante Andalucía es una coalición electoral, sin más.

La dirigente gaditana, pareja del alcalde de Cádiz, José Manuel González Kichi, acaba de anunciar que está embarazada. De camino a su despacho en el grupo de Podemos en el Parlamento recibe gestos de felicitación e interés.

PREGUNTA: Hay continuos indicios de un adelanto de las elecciones autonómicas, previstas en principio para marzo. ¿Están listos?adelanto de las elecciones autonómicas

RESPUESTA: Sí. Para nosotros una campaña no es una sucesión de mítines para salir en las portadas, entre otras cosas porque nunca salimos... Es una oportunidad de acercar el proyecto a la gente. Incluso si no hubiera adelanto, nos vendría bien hacer este proceso de encuentro y debate. Digo debate programático, no sólo de quién va primero o segundo, de la peleíta sobre los cupos. Ahora no convocan [en referencia al PSOE] porque estemos haciendo la confluencia, sino a pesar de eso. Saben lo que supone que presentemos un proyecto nuevo, que hemos construido siendo valientes con la organización a nivel estatal. Hemos tenido la madurez suficiente de emanciparnos de la organización en determinadas decisiones. Esto nos favorece, ellos lo saben.

P: Usted dice que el adelanto está acordado entre PSOE y Cs, porque les conviene a ambos. A Cs, por la crisis catalana. ¿Y al PSOE?

R: Hay un efecto arrastre de Pedro Sánchez, un tipo que no ha hecho grandes cosas pero que es nuevo y da buen perfil a cámara. El PSOE tiene un aparato demoscópico que les dice que hay una buena tendencia. Y no tiene nada que ver con lo que ha hecho Susana Díaz en los últimos meses o años, desde luego.

P: Lo cierto es que, tras su derrota ante Sánchez, Díaz parece haberse recuperado políticamente. ¿Tuvo la oposición su momento y lo dejó pasar?tras su derrota ante Sánchez

R: Mmm, no sé... Yo creo que hubo cierto pudor... En la primera sesión después de su derrota tenía una pregunta sobre Doñana y me parecía fatal hacer leña del árbol caído. Pero Susana Díaz está mucho más débil, sobre todo entre sus bases. Y pasa otra cosa, en la que tengo que insistir: la realidad que llega es la que aparece en los grandes medios, por eso en Andalucía el asunto [de la derrota de Díaz] pasó rápido.

P: Maíllo ha anunciado que elevará a la dirección andaluza de IU la propuesta de que usted sea la candidata de la lista conjunta. ¿Qué dice ante eso?

R: Por una cuestión de formalidad, hay que situar a alguien como candidato. La propuesta que hace Antonio la acepto con honor y sentido de la responsabilidad. Le agradezco su generosidad en todo el proceso. No estamos acostumbrados a gestos de este tipo, que ponen por delante las ideas a las personas. Tanto la campaña como el trabajo para el día siguiente de las elecciones van a ser en conjunto. Antonio va a ser fundamental. Los dos tenemos algo en común: la tranquilidad de tener un lugar al que volver. Nos espera un instituto en el que dar clases. A los dos nos encanta. Eso lo facilita todo.

P: ¿El desafío es acercarse lo máximo a la idea de que hay dos candidatos?

R: Sí. Por eso lo del tándem. Un modelo compartido, sin salvapatrias. Todo se construye en plural. El 15-M y el 8-M fueron movimientos anónimos y muy fuertes.

P: Pero los tiempos apuntan hacia los partidos de autor, basados en líderes fuertes. En Francia Macron, por ejemplo. ¿Por qué esa fe en un liderazgo coral?partidos de autor

P: No es cuestión de fe. Si queremos cambiar la realidad, el protagonismo tiene que ser de la gente. Como resultado del fracaso de los proyectos colectivos, la tendencia es a las operaciones de marketing, pero estos modelos son débiles. Cualquier persona sensata sabe que no se puede confiar ciegamente en una sola persona concreta.

P: En síntesis, ¿cuál es el mensaje central de Adelante Andalucía?

R: Es una alternativa de izquierdas a los cuarenta años del Partido Socialista. La gente no tiene que elegir el castigo al PSOE y el miedo al PP. Hay que salir de esa rueda.

P: Ya le han perdido el miedo a la palabra "izquierda".

R: Ningún portavoz de Podemos dijo nunca que no era izquierdas. Lo que se decía era que en el centro no tenía que estar la identidad, sino el programa. Que no exigiéramos a los votantes ni a los militantes leer a Marx, escuchar a Silvio y tener un póster del Che.

P: ¿Con qué prioridad se van a presentar?

R: Empleo. Ya sé que no es un huevo que se echa a freír, como me dice Susana Díaz. Pero ellos llevan cuarenta años en los fogones. Necesitamos un modelo productivo que apueste por la economía endógena y diversificada. Y una limpieza a fondo de la administración. No sólo por corrupción, sino porque está hecha a la medida de un partido. No es lo mismo administración, gobierno y partido. Aquí se han perdido las fronteras. Eso ha desempoderado a la ciudadanía. Hay en los pueblos una sensación de dependencia. La sensación de que una mejor relación con el PSOE es mejor para tirar para adelante. Y hay otro problema. La segunda generación de militantes y dirigentes del PSOE se ha criado en las sedes, sin luchas vecinales ni sindicales, y se ha profesionalizado con 18 años en Juventudes Socialistas con cargos en la administración, el gobierno o el partido

P: La contradicción a la que se enfrentan los partidos a la izquierda del PSOE es que, si no superan al PSOE, quedan en posición de muleta. Al mismo tiempo el PSOE les acusa de estar dispuestos a aupar al PP. ¿Cómo van a encarar eso?

R: Ni por acción ni por omisión permitimos que gobierne el PP. En muchos ayuntamientos lo hemos evitado: Sevilla, Jerez, Córdoba, Marbella... Y tampoco vamos a entrar en gobiernos con el PSOE. No tenemos prisa por ocupar esa concejalía de servicios sociales que el PSOE te deja como un caramelo envenenado. O esa consejería de vivienda de la Junta. Es una trampa mortal. No vamos entrar en gobiernos con el socioliberalismo del PSOE. Vamos a negociar cada presupuesto para ganar victorias para la gente y presentarnos como una alternativa confiable, que es el reto que tenemos por delante.

P: ¿Y una alianza de legislatura? Lo que ha hecho Cs, por ejemplo.

R: Tampoco. Ciudadanos no ha planteado medidas, ni leyes. Dio un cheque en blanco que ha roto cuando cree que le viene bien. Con nosotros habría que negociar cada ley.

P: ¿También ahora en España sería una trampa gobernar con Pedro Sánchez?

Hemos hecho lo que toca, evitar un gobierno del PP con la moción de censura. Y ahora ser una oposición exigente e influyente. Tenemos que lograr victorias para la gente guardando la independencia con respecto al proyecto social liberal del PSOE.

P: Tras más de tres años de legislatura, el PSOE sigue fuerte en las encuestas en Andalucía. No parece que se haya debilitado su posición.

R: No se ha debilitado con respecto a los peores resultados de su historia. El PSOE está en su suelo. Podría irse al subsuelo, pero de momento está en su suelo y no despega. No ha sido capaz de generar ilusiones nuevas. Claro, lo que pasa es que tiene un suelo muy duro, muy firme, entre otras cosas porque tiene buena organización en los pueblos.

P: Esa implantación ha sido uno de sus propósitos. ¿Ha avanzado Podemos?

R: Articulamos el plan 81 para tener capacidad de acción en 81 municipios que suman el 80% de la población. Hemos avanzado. Pero la construcción orgánica requiere de mucho más tiempo que la performance electoral. No se nos puede exigir en tres años la organización del PSOE en más de 130. Pero en ideas, en gente que ve en Podemos un espacio para sus propuestas, sí ofrecemos una alternativa a un PSOE anquilosado.

P: Al inicio de la legislatura usted alertó del riesgo de una burocratización de Podemos una vez entrara en contacto con las instituciones. ¿Ha ocurrido?

R: Todavía no, pero es un riesgo permanente. A ver, esto que cuento ahora no es burocratizarse, pero los primeros días que yo venía al Parlamento ni siquiera saludaba a los diputados del PP. Tenía rabia contra quienes habían causado tanto sufrimiento. Después de tres años, evidentemente ya no me parecen sólo diputados del PP. Son gente que veo y con la que me relaciono bien. Por eso creo que dentro de cuatro años me tengo que ir y que venga alguien con la misma rabia y las mismas ganas de cambiar las cosas. Porque si no el pasteleo es fácil que ocurra.

P: O sea, dentro de cuatro años, se va. Ni cargo orgánico, ni cargo institucional.

R: Seguiré militando como desde que tenía 15 años. Lo otro es súper arriesgado. Es profesionalizarnos. Tenemos dos riesgos: uno es homologarnos; el otro es no ser útiles. Bueno, y hay un tercer riesgo: tener el poder y defraudar las expectativas.

P: En los ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Cádiz ya gobiernan. Ahí ya han visto las dificultades para plasmar los deseos en la práctica. ¿Esa lección forma parte de la conclusión de que es pronto para cogobernar en Andalucía?

R: No. Esa idea viene del aprendizaje del anterior gobierno del PSOE con IU. Y de otros muchos que hemos visto en los ayuntamientos. El PSOE tiene la capacidad, con su aparato de propaganda, de apuntarse los logros y hacerte pagar las contradicciones y recortes... Y además tenemos que defender la idea de que el PSOE no es un partido de cambio. No debemos alimentar esa ilusión. Ha gobernado este país más años que el PP y en los momentos clave, cuando hay que ser valiente, ha sido cobarde.

P: En 2016 la confluencia Unidos Podemos no obtuvo los resultados que esperaba en las generales. ¿Qué se hizo mal? ¿Qué lección saca de aquello?

R: Hay que tener en cuenta el contexto. No sólo depende de los errores que podamos cometer. Veníamos de una investidura fallida, en la que mucha gente esperaba que quitáramos de en medio a Mariano Rajoy. Se generó una cierta frustración.

P: ¿Ahí se equivocó Podemos?Ahí se equivocó Podemos

R: Entonces lo dije. No es "mira qué lista, cualquiera acierta a posteriori". Yo, que no soy sospechosa de ser amiga de pactos con el PSOE, defendí que había que votarle la investidura a Pedro Sánchez. Su partido, con mi presidenta Susana Díaz a la cabeza, le puso las condiciones para que no fuera posible un pacto. Y aun así defendí que había que darle la investidura y pasar a la oposición.

P: En este proceso de confluencia se le ha visto un cuidado especial por cuidar el trato con IU, incluso defendiendo una relación tú a tú frente a la dirección de Podemos. ¿Es parte de las lecciones de 2016?

R: A los votantes y militantes de IU hay que decirles que valoramos su trabajo y su trayectoria. Y que queremos aportar junto a ellos, que han resistido, que han asumido resultados adversos, que han sido coherentes, que a veces han predicado en el desierto... IU en Andalucía tiene mucha implantación. Son ochenta alcaldes, 400 grupos municipales... En aquellas elecciones [2016], pareció que se pudo poner en entredicho, hubo quien tuvo la sensación de que estábamos absorbiendo a IU. Ahora tenemos un proyecto de todos y todas, las decisiones se toman por consenso.

P: En su día dijo que en Andalucía no se podía ganar con la "sucursal de un partido madrileño". Con respecto a la confluencia, la posición de la dirección andaluza se ha impuesto a la estatal. Pero, ¿y en cuanto a la autonomía organizativa?sucursal de un partido madrileño

Ha habido resistencias y hemos avanzado. Hemos conquistado la autonomía financiera y para tomar decisiones sobre pactos de gobierno e investidura. Queremos avanzar más en modelo de organización federal. Por cómo nació, Podemos ha sido una organización muy madrileña y muy centralizada, pero ahora hay arraigo en los territorios. Hemos dado pasos firmes que han servido al resto de organizaciones autonómicas. La confluencia es un paso de gigante, porque estamos construyendo un sujeto propio andaluz, del que Podemos forma parte, pero también otras organizaciones y personas a nivel individual. Como han hecho los catalanes y los gallegos. A nivel de igualdad con las nacionalidades históricas, que es donde tenemos que estar. Y no es por una cuestión del 28-F y el 4-D y el folclorismo en torno a eso, sino porque si gobernamos Andalucía sólo vamos a cambiar la realidad en nuevo modelo de Estado,con soberanía y capacidad de decisión suficiente.

P: ¿Se refiere a reformar el Estatuto y la Constitución?

R: Me refiero a soberanía económica. Cambios estatutarios y constitucionales también, claro. Por ejemplo para descentralizar competencias estratégicas, como la energía.

P: ¿Podemos ha tocado techo?

R: Nooo, qué va.

P: ¿La famosa "ventana de oportunidad" no se ha cerrado?

R: No podemos ser permanentemente víctimas de la dictadura de los estados de ánimo. De la indignación a la ilusión y luego a la depresión. Tenemos que construir un proyecto serio que genere confianza. Y eso depende de dinámicas sociales. Tiene que haber un proceso de removilización para salir del 15-M de la derecha, que es el conflicto catalán. Que haya conflicto social en los sectores más precarizados es un hilo de esperanza. Las kellys, los trabajadores de Deliveroo, incluso los taxistas... A estos sectores debemos servirles como herramienta política.

P: Pero la agenda está marcada por Cataluña.

R: Nos han tirado de las tripas con mucha eficacia. Parece que los precios de la luz o las privatizaciones sanitarias dependen del proceso catalán.

P: Pero es un tema con importancia, que afecta al Estado. ¿Su mensaje es: "No es tan importante, lo importante es la luz?".

R: Es un tema importante en el que tenemos una posición nítida, que expusimos con valentía pese a que se activó un marco de enfrentamiento futbolístico. Planteamos diálogo, negociación, referéndum. Me molesta que nos hagan responsables de lo que pasa en Cataluña. Es como si te traen un paciente que ha pasado por las manos de varios médicos, que lo han toqueteado con negligencias una detrás de otra, y te dicen: "Cúralo". Lo del Estatut son los polvos de donde vienen estos lodos. Imagínate un Estatuto andaluz votado en referéndum al que le quitan la mitad en Madrid. Hay que empezar de nuevo. Salir de la excepcionalidad. No es normal que Junqueras o los Jordis estén en la cárcel, no puede ser. ¡En un país de corruptos, en el que el rey emérito tiene sobre sí la sombra de la corrupción y el Congreso ni lo investiga! Hay que empezar de cero, y no con un acuerdo bilateral con Cataluña, sino reabriendo todo el modelo de Estado, yendo a un modelo donde Andalucía también gane. Hay que buscar un nuevo acuerdo constitucional en el que los andaluces tendremos que demandar, más que mirar a Cataluña, Galicia y Madrid, para salir de nuestra situación de dependencia.

P: ¿A qué reflexión le mueve la marcha de Domènech?marcha de Domènech

Además de su capacidad y de su trayectoria política, es un buen tipo. Creo que tiene que ver con el desapego de la política que hay en muchos cuadros de Podemos. Es bueno que no nos veamos viviendo de la política toda la vida. Que no sea dramático dejarlo.

P: Sobre la permanencia en política, y teniendo en cuenta que su acuerdo con IU es también municipal: ¿Un alcalde de IU que lleve veinte años tiene que salir?

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R: Tendría que haber salido ya. Con todo el cariño a muchos de ellos, que tienen una trayectoria intachable. Pero es una debilidad depender de personalidades que duran veinte años. Eso aparte de valoraciones éticas, que también las hay, porque los cargos públicos deben parecerse a los representados.

P: ¿Este punto está resuelto con IU de cara a las municipales?

R: Lo hemos hablado como marco general. La limitación de mandatos está recogida. Además IU también ha cambiado en este aspecto. Lo han trabajado. Los cargos de la confluencia deben saber que su cargo está limitado y controlado.

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