10N | Elecciones Generales
Los vídeos de la campaña del 10N: más de lo mismo, algún guiño cinematográfico y las provocaciones de la ultraderecha
Antes de que Aristóteles escribiera su Retórica, los griegos Tisias y Córax elaboraron un manual de técnicas de persuasión para ayudar a recuperar sus tierras a quienes las habían perdido durante la tiranía de Hielón y Gelón, en Siracusa. Ya en el siglo XX, Edward Bernays revolucionó el mundo de las relaciones públicas y la propaganda cuando atrajo a actores y actrices de Hollywood a la Casa Blanca para mejorar la imagen pública del presidente estadounidense Calvin Coolidge.
Desde entonces, la comunicación política se ha sofisticado y profesionalizado hasta el punto de que las formaciones políticas destinan muchos de sus recursos a intentar convencer a un electorado cada vez más indeciso y desencantado. Con el 10N a la vuelta de la esquina, los partidos han lanzado una serie de spots con los que esperan afianzar su núcleo duro de votantes y seducir a quienes todavía no tengan claro qué van a hacer el próximo domingo. Así son los vídeos electorales de los principales partidos políticos para la campaña de estos comicios generales, los cuartos en cuatro años:
PSOE
Los socialistas arrancaron la campaña afirmando que iban a "romper el muro del bloqueo" y durante las últimas semanas han centrado sus esfuerzos en presentarse ante el electorado como la única fuerza con un proyecto a largo plazo capaz de formar "un Gobierno progresista, fuerte, estable".
En el primer spot lanzado por el PSOE, Pedro Sánchez aparece como protagonista absoluto delante de una pantalla en la que se van proyectando imágenes de la ciudadanía. "Todo esto es por ellos", asegura el presidente en funciones.
El vídeo contiene referencias al conflicto catalán y a la extrema derecha como amenazas para España, mientras Sánchez apuesta por seguir avanzando en materia de políticas sociales. El líder socialista se vale del llamado "argumento del despilfarro", es decir, la premisa de no echar por la borda lo conseguido en la legislatura anterior. "Ahora sí", culmina Sánchez.
El último spot lanzado forma parte de una serie de vídeos en las que el protagonismo recae sobre una ciudadanía que tiene nombre y en quien se personalizan las principales reivindicaciones del PSOE para el 10N.
Pese a que el barómetro más reciente del CIS sitúa al PSOE en una horquilla de entre 133 y 150 diputados, el resto de las encuestas predicen un ligero descenso de los socialistas [ver aquí una comparativa] y todo apunta a que el bloque de izquierdas no contará con los apoyos suficientes para sacar adelante una investidura sin la abstención de las fuerzas nacionalistas o de, al menos, una parte de la derecha.
Partido Popular
El PP afronta la campaña revigorizado tras los malos resultados del 28A, los peores de su historia, cuando sólo obtuvo 66 escaños. El 10N se plantea como una segunda oportunidad para Pablo Casado, a quien la mayoría de las encuestas da cerca de 100 diputados.
El primer vídeo de los conservadores llama a la unidad, en consonancia con su lema de campaña, #PorLoQueNosUne, y con una de las ideas que más han defendido en las últimas semanas: la derrota de Pedro Sánchez pasa necesariamente por poner fin a la fragmentación del voto de "centro-derecha", que en abril se repartió entre el Partido Popular, Ciudadanos y Vox y que ahora la formación de Casado busca volver a aglutinar.
Así, el spot esboza un retrato de la geografía y la psique españolas en un intento de ensalzar el sentimiento de pertenencia a la patria y de resaltar que es más lo que une a los españoles que lo que los separa: "Dejemos atrás nuestras diferencias, que no son tantas ni tan importantes. Hagámoslo por 47.000.000 de razones", proclama el vídeo.
De este modo, los conservadores apuestan en esta campaña por proyectar el concepto de eutaxia o de "buen orden": frente a una sociedad entendida como un grupo de organizaciones con intereses opuestos, el candidato –en este caso, Pablo Casado– debe saber gobernar para todos –o, al menos, que lo parezca–. Se trata de un concepto que, en España, ha tratado de encarnar sobre todo Albert Rivera, cuando, en su salto a la política nacional, se lanzó a la conquista del centro del tablero.
En su segundo vídeo de campaña, los conservadores insisten en la misma idea y contraponen lo que no une a los españoles frente a lo que sí lo hace: por un lado, el paro, la crisis, el bloqueo, el independentismo y el pasado, con una mención a la reciente exhumación de Franco; por el otro, el empleo, el crecimiento, la libertad y España en abstracto, todo ello asociado a imágenes en las que aparece Casado como garante de esos valores.
Ciudadanos
Todas las encuestas anticipan un resultado negativo para el partido que dirige Albert Rivera, que podría perder hasta el 70% de sus escaños. Ante este escenario, la formación naranja ha desplegado toda su artillería para consumar una "remontada" poco probable: Albert Rivera aparecía hace unos días en redes con Lucas, un cachorro adorable que trataba de humanizar a un líder en horas bajas, y en el debate a cinco esgrimía listas y adoquines.
En sus dos spots de campaña, cuyo lema es #EspañaEnMarcha, los naranjas lo apuestan todo al plano emocional: como ya hicieran el 28A, su primer vídeo pone en el centro a varios niños que, hartos de que sus padres se quejen de la corrupción y de tener que pagar la cuota de autónomos, animan a sus progenitores a acudir a las urnas el 10N.
En el segundo anuncio electoral, es Albert Rivera quien roba todos los focos: el líder catalán se muestra cercano y aparece arropado por sus simpatizantes mientras entra en la Plaza Sant Jaume de Barcelona, rodeado de banderas de Cataluña, España y Europa, en un intento de presentarse como adalid del constitucionalismo.
Rivera entona el "Sí se puede" tradicional de Podemos mientras una música épica se esfuerza en hacer olvidar que algunos sondeos le dan prácticamente el mismo número de escaños que ERC. "Vota lo que sientes. Vota lo que eres", pide el número uno de Ciudadanos por Madrid.
Unidas Podemos
El cantautor Ismael Serrano pone voz al spot Ganar el siguiente 'round', que hace hincapié en que "la victoria se vende cara". Según el propio partido, el vídeo se construye sobre "los conceptos de perseverancia, integridad, compromiso y humildad" y es "una oda a los que se caen, se levantan, no bajan los brazos y pelean". El vídeo cuenta con guión y dirección creativa de Felipe Vara del Rey y dirección de producción de Carmela Martínez Oliart.
Este es el tercer spot de campaña de Unidas Podemos: en el primero subvirtieron la frase de Pedro Sánchez en la que señalaba que no dormiría tranquilo con miembros de Podemos en el Consejo de Ministros, mientras que, en el segundo, la formación liderada por Pablo Iglesias se valía de un mundo distópico "no tan lejano" para llamar a la ciudadanía a movilizarse y a "cambiar el futuro".
Sin embargo, la estrategia electoral de Unidas Podemos se ve mejor reflejada en la serie de vídeos cortos que lanzó el pasado miércoles bajo la consigna "A ver si voy a ser de Podemos". A través de mensajes que podrían calificarse de "sentido común", encarnados por distintos perfiles demográficos, y que, por lo tanto, apelan a muchas sensibilidades dentro del espectro político progresista, la formación morada trata de arañar el máximo número de votos posibles al PSOE.
Es destacable, además, la ausencia de Pablo Iglesias –y de cualquier figura política de Unidas Podemos– en los spots, mucho más presente en ocasiones anteriores. Este aspecto es reseñable porque hay quienes sostienen que el líder de Podemos practica un hiperliderazgo exacerbado. Su paso a un segundo plano puede responder, asimismo, a la necesidad de la formación morada de conformar un relato en el que Iglesias no pueda ser señalado como responsable del bloqueo político por "querer sillones" y haber participado en una "lucha de egos".
Las encuestas sitúan a Podemos por debajo de los 42 diputados que obtuvo el 28A; ahora se haría con cerca de diez escaños menos y, aunque podría mantenerse como tercera fuerza en porcentaje de voto, su bajo rendimiento en las zonas rurales lo convertiría en cuarta fuerza en número de escaños, por detrás de Vox.
Vox
Esta campaña, TVE ha frenado la emisión de uno de los spots principales de Vox en horario de máxima protección infantil "por su extremada violencia". El anuncio muestra imágenes fuertes y vincula de manera clara la llegada de personas migrantes con las agresiones a mujeres y homosexuales. Pese a defender la derogación de la Ley de Violencia de Género y la supresión de los programas de educación en diversidad de género, entre otras medidas, Santiago Abascal exige en el vídeo que los demás líderes políticos "abandonen el disfraz de falsa caridad" y "protejan a los españoles".
El spot construye un "nosotros", los españoles, con unos valores compartidos y un enemigo común, que Vox identifica con la inmigración. Es una de las líneas estratégicas que el partido de extrema derecha más ha explotado esta campaña, como en el acto xenófobo que Rocío Monasterio, presidenta de Vox Madrid, protagonizó al personarse junto al líder del partido en Andalucía, Francisco Serrano [ver aquí el dosier sobre la investigación a la que le somete la Fiscalía], en un centro de menores extranjeros no acompañados en Sevilla.
El segundo spot de la formación prosigue en la línea de la construcción de un "nosotros" que supere y trascienda lo que el vídeo llama "una España llena de estereotipos". En un bar, hacen acto de presencia diferentes figuras: "el currante madrugador", "el heavy", "el hípster", "la autónoma" y "el negro"; mediante pequeños detalles, se descubre que todos son votantes de Vox. Así, el partido apela a la unidad más allá de las diferencias aparentes y lanza el mensaje de que su electorado no responde a un solo perfil socioeconómico, sino que se compone de "gente normal".
Las perspectivas de Vox para el 10N son positivas: una mayoría de estudios demoscópicos lo sitúan como tercera fuerza en el Congreso de los Diputados por encima de los 40 escaños. Su crecimiento, vinculado al recrudecimiento del conflicto catalán, se relaciona directamente con el descalabro de Ciudadanos y el estancamiento de las expectativas de Pablo Casado en las últimas semanas.
Más País
La plataforma que lidera Íñigo Errejón concurre por primera vez a unas elecciones generales y aprovecha esa condición de partido novato para presentarse dentro de unos de los dos grandes marcos de las campañas políticas propias las democracias de mercado: el marco del cambio. El partido irrumpió en la carrera hacia el 10N con un primer vídeo en el que pedían "mano izquierda" para avanzar, abogaban por el entendimiento y ya se postulaban como la única alternativa a la situación de bloqueo político, el eje, o "idea fuerza", en el que han basado su campaña, cuyo lema es "Desbloquear. Avanzar. Más País".
Más País presentó su spot oficial y definitivo el pasado 5 de noviembre bajo el título Es hora de la política útilEs hora de la política útil, donde la formación vuelve a mostrarse como alternativa al bloqueo y llama a "llegar a acuerdos" y "poner los intereses del país antes que los intereses de los partidos".
En el vídeo, locutado por el propio Errejón, se rechazan, de nuevo, el bloqueo, el fanatismo, la precariedad, la inacción frente al cambio climático y el machismo, entre otros. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias aparecen como los culpables de la falta de acuerdos y de la consiguiente repetición electoral. "Los mismos que no han sabido entenderse no nos van a sacar del bloqueo", señala Errejón.
La encuesta más favorable para la formación del exdirigente de Unidas Podemos le otorga hasta seis diputados, pero otros sondeos le auguran un solo escaño. De cualquier modo, Más País no podrá, previsiblemente, formar grupo propio en el Congreso.
CUP
La CUP se estrena en unos comicios de ámbito nacional y puede reforzar al bloque independentista en el Parlament: las últimas encuestas dan entre 4 y 5 diputados a la candidatura que encabeza Mireia Vehí. Y su estreno en unas elecciones generales ha venido acompañado de unos polémicos vídeos.
Desde el partido han presentado su irrupción en la Cámara baja como un terremoto: insisten en que serán "ingobernables", y así lo han querido transmitir en sus dos spots de campaña. La plataforma soberanista lanzó un primer anuncio electoral protagonizado por dos de sus exdirigentes: David Fernández, ataviado con una camiseta del Rayo Vallecano, y Julià de Jòdar simulan ser dos venededores ambulantes que esperan en un estadio vacío y preparan sus mercancías: "cacahuetes trifachito", "carquiñoles del 78", "merengada borbónica caducada" y "borregos nazis", entre otros productos.
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El segundo spot es coherente con la línea temática iniciada por el primero y transcurre en los vestuarios de un estadio, minutos antes del arranque del partido. Los candidatos de la CUP son un equipo visitante acechado por las dudas que termina convencido de "salir a por todas" porque entre el público se encuentra una muchedumbre que grita "Las calles serán siempre nuestras". Este vídeo recibió algunas críticas en redes por "clasista" y "etnicista", porque el único que hablaba en castellano era el trabajador, un bedel interpretado por el actor Sergi López.
La CUP ha apostado por proyectar un concepto transgresor y rupturista durante toda la campaña: el pasado 5 de noviembre difundió un vídeo de sus candidatos visitando el Congreso, al que accedieron invitados por los diputados de EH Bildu. Una vez dentro del hemiciclo, los políticos independentistas pegaron algunos de sus carteles electorales en el estrado. "Hemos venido a hacer todo esto ingobernable", sentenciaron.