Vilda niega las coacciones y dice que habló con el hermano de Hermoso para "normalizar la situación"

El exseleccionador del equipo femenino de fútbol Jorge Vilda durante su declaración en el juicio por el beso no consentido de Rubiales, este miércoles.

El exentrenador de la selección femenina de fútbol Jorge Vilda ha admitido que debió hablar con Jenni Hermoso del beso de Luis Rubiales y ha explicado que no lo hizo porque no quería "importunarla", motivo por el que decidió motu proprio hablar con su hermano para recuperar la "normalidad" ante la relevancia mediática que estaba adquiriendo lo sucedido, según recoge EFE.

Vilda ha declarado este miércoles en la Audiencia Nacional como acusado por un delito de coacciones a Hermoso en el juicio en el que el expresidente de la Federación está también acusado de agresión sexual por el beso a Hermoso tras la final del Mundial de 2023, y ha recordado que desde que se produjo este hecho no ha vuelto a hablar con la jugadora.

A este respecto él mismo ha recordado que, según ella ha declarado en el juicio, se ha sentido "dolida" por esa falta de comunicación con él, al que conocía desde hace 17 años, momento en el que ha lamentado que a "nadie se le encendió una luz de alarma de que algo había pasado allí fuera de lo que estaban publicando los medios".

En su declaración, Vilda ha dejado a Rubiales al margen de la decisión de hablar en el avión con el hermano de la jugadora, Rafael Hermoso, y al ser preguntado por la fiscal Marta Durántez si fue el expresidente de la Federación quien le mandó hablar con él para convencerla de grabar un vídeo junto a Rubiales para quitarle hierro al beso, ha respondido con un rotundo "en ningún caso".

Vilda ha negado tajantemente que advirtiera al hermano de la jugadora de las consecuencias negativas que podría tener para su futuro profesional si no salía en un vídeo con Luis Rubiales, desmarcándose de esta forma del delito de coacciones por el que le acusa la Fiscalía. Porque, según él, fue a hablar con el hermano de la jugadora en el avión de vuelta a España por iniciativa propia al ver la "bola mediática" que se estaba creando en torno al beso, que restaba relevancia al éxito de la Selección.

Lo hizo, ha recalcado, "por Jenni, por lo que podía repercutir toda esta presión mediática en Jenni", y porque creyó que todo aquello iba a "tener un impacto negativo" en las jugadoras y pensó en la manera de poder "normalizar la situación, pensando en el futuro y en la celebración y en mi Selección". Ha manifestado que el hermano de Jenni Hermoso tildó el beso de Rubiales de "anecdótico y algo sin importancia" y ha negado que le dijese que su hermana no quería saber nada. "Eso es falso".

Vilda ha afirmado que presenció el beso que Rubiales dio a la jugadora durante la entrega de medallas, pero ha opinado que "nadie le dio la mayor importancia", y ha negado que percibiese incomodidad en Jenni: "Hasta entonces lo que yo había percibido es alegría, celebración, jolgorio".

Más tarde, ha reconocido, sí que la vio con "cierta cara de preocupación" mirando el móvil en el avión, pero pensó que era porque no le gustaba lo que estaba leyendo en los medios sobre lo sucedido. Sin embargo, ha asegurado que no la vio llorar ni fue consciente de que se estuviese sintiendo presionada, y que tampoco vio a Rubiales, sentado delante de él, hablar con ella en el avión.

Sí que ha admitido que en el avión "la gente de prensa estaba muy activa", y que el equipo de confianza del entonces presidente, como su jefe de gabinete o el jefe de comunicación de la Federación, tuvieron conversaciones "en torno al impacto mediático que estaba teniendo el beso" con el objetivo de "buscar un consenso", pero sin hablar de "nada específico".

El exdirectivo de la federación que viajó a Ibiza: "Era admirador, amigo, esclavo y siervo"

Por su parte, el exdirector de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, ha parafraseado al personaje Fernando Galindo, que interpretó el actor José Luis Lopez Vázquez en la película Atraco a las 3, al describir su labor en el viaje a Ibiza con el que se obsequió a las jugadoras: "Era su admirador, amigo, esclavo y siervo". "Que querían biquinis, biquinis. Que querían ostras en la cena, más ostras", ha relatado este acusado .

Rivera, que ha rechazado responder a la fiscal Marta Durántez y al resto de las acusaciones, entre ellos el abogado de Hermoso, con el argumento de que ya les contestó "en instrucción", ha negado en todo momento haber presionado a la jugadora para que se pusiera en contacto con otro de los acusados, el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, que también ha declarado en esta jornada como acusado de coacciones.

Rivera ha lamentado "estar aquí" por algo "tan inocuo" como haberle pasado su móvil a Hermoso, en el microbus que les trasladó desde el aeropuerto de Ibiza al hotel en el que se alojaron las jugadoras, cuando el exdirector de Integridad Miguel García Caba trataba de localizarla en el marco del expediente que se puso en marcha y ella tenía su teléfono apagado.

Ha explicado que él se limitó a dejarle el móvil para irse después a su sitio, por lo que no escuchó de lo que hablaron. Ella después le devolvió el teléfono y García Caba le comentó que la jugadora tenía que estar disponible por la tarde para hacer "un zoom" sin que le trasladara nada más.

En este punto ha incidido, a preguntas de su abogado, que si Hermoso hubiese tenido su móvil, García Caba no le hubiese llamado a él, y que si le ofreció a la jugadora, ya durante la comida en el hotel, cargarle el móvil fue para no tener que preocuparse más si no conseguían localizarla.

En Ibiza, según ha relatado, sus funciones "eran todas", no solo las "consustanciales a director de marketing" sino que incluso hacía de director de seguridad porque llevaba una maleta metálica con el trofeo, que custodió la Guardia Civil en su casa en la isla.

El juez a Rivera: "No se traiga el rollo preparado"

Durante su declaración ha hecho, en al menos dos ocasiones, uso de la frase "pruebas y datos matan relatos" cuando ha tratado de hacer un relato pormenorizado de su estancia en Ibiza, de tal manera que el juez le ha frenado tras obviar sus palabras para que callara. "No se traiga un rollo preparado. ¡Escuche!", le ha espetado el juez, ante lo que Rivera ha dejado de hablar y el juez le ha advertido: "Lo contrario, le puede causar un perjuicio muy serio".

Rivera ha expuesto también que fue la amiga de Hermoso, Ana Ecube, la que le pidió contactar con ella si necesitaba algo de la jugadora porque necesitaba descansar, y ha asegurado que desde que le entregó su móvil en el microbus no volvió a hablar con ella, en contra de lo declarado por Ecube que aseguró que, en el hotel al que acudieron a ver la puesta de sol, el exdirector de marketing se les acercó varias veces a la hamaca en las que descansaban.

En ese lugar ha asegurado que llamó a Ecube en dos ocasiones a lo lejos para que avisara a Hermoso de que Luque estaba llegando a dicho hotel y que no había recibido respuesta a sus mensajes a Jenni. Cuando éste finalmente llegó, Rivera volvió a llamar a Ecube y ésta le dijo que iría ella a hablar con él.

Ha negado también haber percibido incomodidad o enfado por parte de Hermoso hacía él, y a este respecto ha señalado que se comunicó siempre con ella por mensajes en el móvil: "Ahí están los tonos de los WhastApp. Hablan por sí solos".

Luque niega presiones y admite que sus mensajes fueron "desafortunados"

También el exdirector de la Selección masculina Albert Luque ha negado haber presionado a Hermoso o a Ecube para que restasen importancia al beso. A preguntas de su abogado, tras rechazar declarar a las acusaciones, Luque ha subrayado que Hermoso era su "amiga" fuera del ámbito de la Federación y que, en virtud de esa relación, le había hecho muchos favores.

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Según su versión, él estaba en Ibiza de vacaciones y le escribió un mensaje consciente de que la situación era "cada vez más grande" y "todo se estaba magnificando". Al ver que no le llegaba y estar en la isla, decidió ir a verla. "Voy a verla, a interesarme por mi amiga con todo lo que está pasando", ha indicado.

Al llegar al hotel, vio que Hermoso le había escrito rechazando hablar con él, por lo que, ha dicho, la respetó y llamó al hermano de la futbolista, a Rubén Rivera y éste le dijo que una amiga de la jugadora quería hablar con él porque consideraba que se merecía una explicación. Luque ha admitido que le sentó mal que la jugadora no quisiese verle porque la ha ayudado en muchas cosas como "conseguir entrar en discotecas", y ha dicho que, tras ver un comunicado en nombre de la jugadora, sintió que estaba "en medio" entre dos amigos: Jenni Hermoso y Luis Rubiales.

También ha manifestado que se arrepiente de algunas de las respuestas que dio a la amiga Hermoso por WhatsApp, que ha calificado como "desafortunadas, y lo ha justificado, en que es una "persona de sangre caliente". 

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