El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha indicado a la Audiencia Nacional (AN) que no está en las "condiciones físicas y psíquicas que le permitan prestar la atención necesaria para que pueda participar en su propia defensa" y, mucho menos, capacitado para "seguir visualmente de forma continuada" y por videoconferencia el juicio por tres piezas separadas de Tándem por las que se enfrenta a 83 años de cárcel.
En un escrito de este mismo lunes, al que ha tenido acceso Europa Press, la defensa de Villarejo ha aportado un certificado médico actualizado este domingo en el que se "aprecia alteración del equilibrio y marcha y de coordinación del lenguaje". Además, añade el documento, el comisario jubilado tiene secuelas que le provocan "falta de concentración, atención y memoria".
Su abogado, Antonio José García Cabrera, ha presentado este nuevo escrito ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional después de que el tribunal que le juzga emitiese una providencia en la que instaba al médico forense de la Audiencia a valorar si Villarejo estaba "en condiciones de captar sin mayor problema los escasos tramites venideros, incluso por videoconferencia desde su propio domicilio."
Villarejo fue ingresado el pasado 26 de junio después de haber sufrido un accidente cerebro-vascular que le provocó la parálisis de un ojo, razón por la cual su defensa solicitó al tribunal de Tándem que suspendiera las sesiones señaladas para julio y las aplazase a septiembre, cuando estaba previsto que concluyera el primer juicio que se celebra por las investigaciones ilegales que habría hecho para clientes privados con su grupo empresarial, CENYT.
"Ni puede físicamente seguir visualmente de forma continuada una videoconferencia por la visión doble que presenta ni está en condiciones físicas y psíquicas que le permitan prestar la atención necesaria para que pueda participar en su propia defensa en las sesiones señaladas además porque evidentemente ello indudablemente constituye una nueva situación de estrés completamente contraindicada tras un accidente cerebro vascular tan reciente", sostiene su letrado.
Una prueba médica relevante
La defensa del comisario jubilado considera "esencial" que el médico forense de la Audiencia Nancional valore las condiciones en las que se encuentra Villarejo "porque hasta el próximo día 6 el acusado no va a poder ser evaluado neurológicamente, practicándose una resonancia magnética craneal prescrita para el día 8 de julio".
Desde su punto de vista, antes de decidir si se reanuda o no el juicio el próximo 11 de julio su abogado considera "necesario poder completar con el reconocimiento médico forense los informes médicos iniciales que por ese motivo son aún incompletos".
Por eso, el abogado de Villarejo critica que la Sala parezca "desconocer el derecho del enjuiciado, con especial intensidad y protección en el proceso penal, a estar personalmente presente en estrados y no a través de videoconferencia, en plenitud de aptitudes psicofísicas para dirigir su propia defensa".
Máxime, añade, "en unos momentos tan importantes para la defensa como son la elevación a definitivas de sus conclusiones defensivas y en el conocimiento exacto de la justificación, vía informe" de las pruebas en las que las acusaciones sustentan su acusación.
La petición del abogado de Villarejo, que solicita un reconocimiento personal del comisario, choca con lo solicitado por los magistrados Ángela Murillo, Carmen Paloma González y Fermín Echarri, que únicamente ordenaron dar traslado de los informes médicos presentados por Villarejo al forense de la Audiencia Nancional para que manifestase "si el estado que presenta actualmente el procesado le impide seguir el desarrollo del juicio oral".
A su juicio, el "tono reduccionista que la Sala parece atribuir a "los escasos trámites venideros" y a la participación principal, y no vicaria, que el acusado tiene en la dirección de su propia defensa -y como mayor razón cuando es codefensor como abogado en ejercicio- vulnera el derecho fundamental a la defensa".
"Distancia insalvable" con su cliente
Así las cosas, su representación recuerda que actualmente el comisario "presenta visión doble, párpado del ojo derecho caído, fuertes dolores de cabeza que se irradian a la cuenca del ojo derecho, fotofobia que le impide estar en zonas iluminadas y aturdimiento generalizado".
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El letrado de Villarejo considera que "la distancia insalvable" respecto de su cliente "puede afectar también a las condiciones que deben garantizar la mayor eficacia del derecho de defensa, cuyo contenido esencial en el acto del juicio no debe limitarse a la heteroasistencia defensiva".
Y es que, sostiene, el acusado "no debe convertirse en un convidado de piedra en el plenario cuyo desenlace puede suponerle, nada más ni nada menos, que la pérdida de su libertad". "No ha de ser tratada como un espectador impasible recluido en una zona rigurosamente acotada de intervención, limitada a la última palabra", aduce.
La defensa de Villarejo incide en que, además, en el caso del comisario jubilado coincide "que es su propio codefensor". Así, de no acceder a su petición de aplazamiento "se le podría en un inaceptable riesgo adicional para su salud y porque, en este momento, no presenta las condiciones psicofísicas adecuadas para poder ejercer en plenitud su derecho a la defensa".
El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha indicado a la Audiencia Nacional (AN) que no está en las "condiciones físicas y psíquicas que le permitan prestar la atención necesaria para que pueda participar en su propia defensa" y, mucho menos, capacitado para "seguir visualmente de forma continuada" y por videoconferencia el juicio por tres piezas separadas de Tándem por las que se enfrenta a 83 años de cárcel.