Los nombres de un sector en alza
Fondos, expolíticos, lobistas y mucho dinero público: quién es quién en la edad de oro del negocio de la defensa
El sector de la defensa vive un momento dulce que promete endulzarse aún más. El Ministerio de Defensa, pieza clave para el negocio, prevé que este 2024 el gasto militar alcance el 1,3% del PIB, en ascenso pero aún en la parte baja de los países de la OTAN, lo cual da un gran margen de incremento hasta acercarse al objetivo marcado para 2029: un 2%. "El inusitado ciclo de incremento de la inversión militar que se ha abierto tras años de recortes, el clima bélico internacional y el incremento de las iniciativas europeas para una defensa coordinada y una industria fuerte que la apoye nos sitúan en un contexto sin precedentes en las últimas décadas", recoge el informe sectorial de 2024 Spain Defence & Security Industry, de la editorial especializada IDS. En el mismo informe, María Amparo Valcarce, secretaria de Estado de Defensa, sostiene que "la industria de defensa española se encuentra en condiciones de consolidar su protagonismo en Europa".
Varios factores alientan la percepción de que vienen años de fuerte inversión pública en defensa y seguridad, y por tanto de ingresos en abundancia para el sector privado. La OTAN y Estados Unidos presionan para aumentar el gasto y el Gobierno se muestra receptivo a esos mensajes. Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez observa con alerta el panorama global, especial pero no únicamente por Rusia. "A veces tengo la percepción de que no somos conscientes del enorme peligro que hay. Y no sólo en Ucrania; también en Gaza y en el Sahel, donde soy muy pesimista", ha declarado Margarita Robles, ministra de Defensa, en una reciente entrevista en La Vanguardia. A su juicio, no cabe engañarse: "La amenaza es total y absoluta e incluye la posibilidad de "agresiones nucleares". A esto hay que sumar la subida de la alerta por terrorismo yihadista en Europa, también en España, por el ataque israelí a Gaza.
Más de la mitad de los 38 dirigentes de compañías con negocio en España entrevistados para el informe Spain Defence & Security Industry afrontan el futuro con "mucho optimismo". Otro motivo de este optimismo es que el sector goza del máximo respaldo institucional. Un gesto significativo: el presidente del Gobierno recibió en La Moncloa en marzo a los principales responsables del empresariado de defensa/seguridad, subrayando su papel "clave" no sólo en Ucrania, sino en todo un mapa geopolítico "muy complejo".
El discurso gubernamental vincula al pujante sector defensa con el empleo de calidad, la innovación y la modernidad. Lejos queda la oscura imagen de meros vendedores de armas. Jordi Calvo, coordinador del Centre Delàs d'Estudis per la Pau, cree que se trata de un negocio que está recogiendo los frutos de años de tarea de lobby, que "ha sabido generar necesidades y vender la idea de que son imprescindibles en cada vez más áreas, no sólo en lo estrictamente militar". Ahora, con la inestabilidad creciente, se presenta el "mejor contexto posible", por lo que un negocio que se acerca en España los 8.000 millones de euros al año podría –apunta Calvo– más que duplicarse.
¿Quién es quién en este multimillonario negocio que apunta alto? Los límites del sector no resultan fáciles de delimitar. No todas las compañías se dedican en exclusiva a seguridad/defensa. El citado informe de IDS dibuja un panorama de más de 25.000 empleos en cerca de 400 empresas con actividad relevante de seguridad/defensa en España. De los 36 ejecutivos entrevistados que ponen rostros, 34 son hombres. El esquema de la propiedad se podría resumir así: gran protagonismo de los Estados –no sólo España– y de los fondos de inversión. También hay una veta política, concretamente de expolíticos con pasado en el PP. Y no de segunda fila.
Capital público de España, Alemania, Francia, Noruega, Finlandia
Primero, los Estados. El dominador con diferencia del sector en España es Airbus, grupo del que cuelgan tres filiales, Airbus Defence, Airbus Military y Airbus Helicopters España, que son primera, segunda y sexta en ventas en España, según el informe Spain Defence & Security Industry. Entre las tres suman más de la mitad de la tarta nacional.
Los principales accionistas de la empresa matriz, Airbus SE, son los Estados francés (10,86%), alemán (10,84%) y español (4,09%), según recoge el informe de Airbus de cierre de 2023, firmado en febrero de este año.
Después va Navantia, 100% propiedad de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI). Es decir, 100% pública. Esto no será la regla, sino la excepción. Lo normal será que en los accionariados de los grandes titanes se mezclen capital público y privado, especialmente fondos.
La tercera compañía por volumen de ventas –si consideramos a las tres filiales de Airbus como una sola– es Indra Sistemas, cotizada en el IBEX 35. En su accionariado, actualizado en marzo de 2024, manda la SEPI, es decir, el Estado español, aunque sin mayoría (28%). Como se verá luego, la acompañan privados privados de diversa índole, desde fondos internacionales a firmas nacionales en ascenso.
También hay fuerte presencia pública en Hisdesat, 16ª en ventas en España. El 43% es de Hispasat, que a su vez pertenece en casi un 90% a Redeia mientras lo restante se lo reparten entre la SEPI y el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial del Ministerio de Ciencia. En cuanto a Redeia, el principal accionista vuelve a ser la SEPI: 20% al cierre de 2023. La presidenta de Redeia es la exministra del PSOE Beatriz Corredor. Además del 43% de Hispasat, en Hisdesat está la pública Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España, conocida como Isdefe (30%), y aparecen dos pesos pesados que ya conocemos: Airbus Defence & Space (15%) e Indra (7%).
El dinero público es también fuerte en Nammo Palencia, que cierra el top 20. ¿Dinero público del Estado español? No. A pesar del nombre, no es el Estado español. La firma originalmente española, que arranca su trayectoria en los años 20 del siglo pasado, es propiedad de Nammo, un grupo que es titularidad en un 50% del Ministerio de Comercio e Industria de Noruega y en otro 50% de Patria Oyj, donde el 50,1% es del Estado finlandés y el 49,9% de la firma noruega Kongsberg Defence & Aerospace.
Un nombre sobresaliente del sector defensa a escala europea es Thales, si bien en España aún no ha alcanzado el grado de penetración que los analistas prevén. En el informe Spain Defence & Security Industry aparece en el número 23 en ventas. Pero es una marca crucial y cabe esperar un protagonismo creciente. Thales España, filial española del grupo, participa en las empresas Thales Alenia Space y SAES. La matriz es Thales, cuyo accionista principal, con más del 35% de los derechos de voto, es el Estado francés. De nuevo –como se detallará más adelante– hay relevantes socios privados.
Blackrock, Vanguard, Fidelity...
Los otros grandes protagonistas del sector son los fondos de inversión. En rigor, no son fondos, son gestoras de activos que administran multitud de fondos. Pero se los suele conocer como "fondos de inversión". La mayor gestora del mundo es la estadounidense Blackrock, presidida por Larry Fink, con abundante presencia en el IBEX 35. Y con una profunda penetración en el sector defensa, donde administra el fondo iShares US Aerospace & Defense. Blackrock posee el 3,35% de las acciones y 4,01% de los derechos de voto en Airbus SE, la empresa matriz del grupo. A su lado, The Goldman Sachs Group tiene el 3,28%. Estos dos colosos financieros comparten espacio –por debajo– con los Estados alemán, francés y español en el gran titán del sector defensa.
Blackrock sirve para seguir el hilo de la presencia de fondos en este sector. La megagestora con sede en Nueva York tiene un 5,3% de las acciones de la multinacional estadounidense General Dynamics, según un informe corporativo del mes pasado. La división europea es propietaria de Santa Bárbara Sistemas, con sede en Madrid y quinta en la clasificación de ventas en España, de nuevo con la referencia del Spain Defence & Security Industry. Por encima de Blackrock en Santa Bárbara están los fondos Longview (10,2%) y Vanguard (7,9%), según los referidos datos de la compañía de marzo de 2024.
Expal es la séptima de la clasificación. ¿Quién está detrás? El grupo de defensa Rheinmetall, el mayor de Alemania, en cuyo accionariado aparece de nuevo Blackrock, que tiene un 5,5% de los derechos de voto, según el cuadro de titularidades de la compañía, en constante variación y consultado por infoLibre el viernes. La gestora de Fink se coloca por detrás del 10,97% de Société Générale y por delante del 4,45% de The Goldman Sachs y el 2,99% de Fidelity.
Blackrock también está en DSV Global, propietaria de Servicios Logísticos Integrados (SLI), otra firma en el top 20 de ventas en España. En este caso, el porcentaje de la gestora alcanza el 7,8%, en un catálogo de accionistas que hace sitio a más capitales con base en Estados Unidos, así como otros en Suiza y Kuwait, según el informe de cierre de 2023. Blackrock figura además en Thales, aunque con un porcentaje menos relevante, un 1,67%.
¿Más fondos? En Indra se alistan, por debajo de la SEPI, Amber Capital y Fidelity. También una firma, Escribano, que se erige en representante de otro importante núcleo del sector: las empresas españolas que presumen de sello familiar. Europavia, 15ª en ventas en España, pertenece al grupo ADIT, con sede en París, cuyo accionariado está compuesto principalmente por Parquest Capital, BPI France Investissement y Amundi Private Equity Fund.
Hay gigantes que, aun lejos de tener la defensa como actividad principal, aparecen en el listado de mayores vendedoras en España, como Cepsa (11) o Telefónica Soluciones (32), con accionistas destacados como los fondos Mubadala, de Emiratos Árabes (en Cepsa), y Public Investment Fund, de Arabia Saudí (en Telefónica). Una particularidad: tanto Mubadala como Public Investment Fund son fondos soberanos, es decir, estatales. No son de Emiratos y Arabia, son propiamente Emiratos y Arabia.
Dos exministros, un ex secretario de Estado, un antiguo líder del PP
En el negocio de la seguridad y la defensa también hay espacio para los expolíticos. Sobresalen cuatro nombres. El primero es Eduardo Serra, ministro de Defensa entre 1996 y 2000, con José María Aznar (PP). Serra figura como presidente de NTT Data EMEAL, división en Europa, Oriente Medio, África y América Latina de la multinacional japonesa NTT Data, de la que dependen firmas contratistas con el Ministerio de Defensa.
También fue ministro de Defensa Pedro Morenés (2011-2016), en su caso con Mariano Rajoy, igualmente del PP. Morenés es presidente del consejo de administración de la multinacional española Amper, otra empresa contratista con el Ministerio de Defensa. Antes de ser ministro, Morenés fue consejero de otra importante compañía española de defensa, Instalaza, que demandó al Estado en 2011 para exigir una compensación por la prohibición de las bombas de racismo, aunque el Supremo rechazó sus pretensiones.
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Quedan dos nombres con pedigrí PP. Uno es Ricardo Martí Fluxá, principal referente del lobby armamentístico nacional en calidad de presidente de la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae). Fluxá fue jefe de Protocolo con Juan Carlos I (1993-1996) y secretario de Estado con Jaime Mayor Oreja como ministro del Interior (1996-2000). Tras salir de la política, fue presidente de 2000 a 2017 de ITP Aero, empresa contratista del Ministerio de Defensa y que actualmente figura como la octava en ventas del sector en España. ITP Aero, que se presenta como "líder mundial de propulsión aeronáutica", fue vendida por Rolls-Royce al fondo estadounidense Bain Capital en 2022. Actualmente su capital se reparte así: 84,5% de Bain, 9,5% de Indra y 6% del Gobierno vasco.
La galaxia lobista ofrece otra prueba de que huele a grandes oportunidades para el negocio de la seguridad/defensa. Compañías como Llorente & Cuenca y Acento, dedicadas a defender los intereses de sus clientes ante las administraciones, han incorporado a sendos militares a su cuadro de asesores.
Cierra el cuarteto político Pablo Casado, presidente del PP entre 2018 y 2022, que de momento no tiene el empaque en el sector de los otros tres pero busca un hueco como conseguidor de inversiones para el fondo de capital riesgo Hyperion, dedicado a la defensa, la seguridad y la inteligencia artificial. Lo acompañan en la empresa, según el folleto presentado ante la CNMV, Joaquín Ortiz, que fue miembro del gabinete de Pedro Morenés cuando era ministro; José Antonio Bartrina, un empresario del sector de seguridad y defensa que fue director general del lobby de las armas Tedae antes que Martí-Fluxá; y una figura de relumbrón, Ricardo María Gómez-Acebo Botín Sanz de Sautuola, sobrino de Ana Botín, presidenta del Santander. Casado figura como experto en "relaciones internacionales y geoestrategia"; Gómez Acebo se presenta como especialista en "finanzas e inversión".