ENTREVISTA CON EL EXPRESIDENTE DEL GOBIERNO
Zapatero: "¡No vamos a aceptar más infamias! Son las elecciones más decisivas en veinte años"
“Ese es usted: un presidente más generoso con los verdugos que con las víctimas”. Alberto Núñez Feijóo se refería así al jefe del Ejecutivo en el Senado el 16 de mayo. Esto le removió todo a José Luis Rodríguez Zapatero, viniéndole a la cabeza el momento en el que Mariano Rajoy le acusó a él de traicionar a los muertos en 2005. Y pensó que tenía que implicarse más en la vida mediática y defender la actuación de los socialistas entonces y ahora. Combatir las infamias.
Rodríguez Zapatero se ha convertido durante esta campaña en el invitado sorpresa con sus intervenciones en los medios dando razones y argumentos y desmontando las afirmaciones de la derecha política y mediática. Sus apariciones en la COPE o en TVE se convirtieron en virales, animando al electorado progresista y a su partido.
Ve a Pedro Sánchez con convicción de ganador y hace una férrea defensa de los derechos de las personas LGTBI y de las mujeres. Recuerda como si fuera hoy aquella visita a la UCI para ver a una mujer a la que quemó su marido. La conversación con sus hijas sobre el infierno de aquella madre fue determinante para decidir que su primera ley, si llegaba a La Moncloa, fuera contra la violencia de género. Se emociona al recordarlo y pide a todos los ciudadanos no dar ni un paso atrás.
Su presencia ha llamado la atención en esta campaña. ¿Está sorprendido? ¿Por qué se ha implicado tanto?
En mi piel y en mi conciencia están muy presentes la lucha de las mujeres, que han estado a mi lado y con las que he llorado; por la igualdad y contra la violencia de género, de los colectivos LGTBI, en favor de sus derechos y de su dignidad y de no humillación, y de la cultura por la libertad de expresión. Por eso, es un deber cívico absoluto comparecer, hacer alegatos y explicar lo que se juega España el 23 de julio. Y, por supuesto, combatir tanta infamia y tanto ataque injusto al Gobierno de coalición y, en particular, a Pedro Sánchez, que ha demostrado que es un presidente honesto y limpio. Ese es, quizá, el mandato más importante que recibió. No olvidemos que llegó al Ejecutivo como fruto de una moción de censura por los casos lacerantes y graves de corrupción.
Con la etiqueta de Gobierno ilegítimo…
Hay un desarrollo de limpieza del Gobierno de coalición, lo que es extraordinariamente importante porque una democracia gana confianza ante la ciudadanía si hay un comportamiento adecuado. Además, ha sido un Gobierno de coalición que ha hecho las políticas sociales más avanzadas de toda la democracia: la reforma laboral, la subida del salario mínimo, el ingreso mínimo vital o la mayor inversión en becas. España tiene una imagen ante el mundo de país abierto, moderno y avanzado en derechos. Nuestro Orgullo es el Orgullo del mundo. Ahora sectores minoritarios quitan con impunidad y descaro la bandera LGTBI y dicen que es un trapo. No, es un símbolo que encarna valores. Y debemos hacer que los valores mayoritarios de los españoles estén en las urnas. Es un momento trascendente, quizás las elecciones más decisivas en España en los últimos veinte años.
El Gobierno de coalición ha hecho las políticas sociales más avanzadas de la democracia
¿Siente que la derecha está tratando de desmontar su etapa de Gobierno marcada por los derechos sociales y civiles? ¿Está en juego su propio legado?
Pienso que es al revés. Escuché a Feijóo en una entrevista reivindicar la ley contra la violencia de género, la del aborto y la del matrimonio homosexual…
A posteriori.
Intentan decir que no son tan de derechas como Vox. Pero van juntos muy tranquilos. Muy contentitos les veo. Coinciden en poner en cuestión las elecciones cuando ganan. La señora Ayuso dijo el día antes de los comicios que igual había fraude y sacó mayoría absoluta. No hay un precedente de esto en un líder político en el mundo en democracia. ¡Qué hubiera dicho si hubiera perdido! Necesitamos todavía mucha educación democrática y coraje cívico para combatir estos mensajes intimidatorios que la derecha trata de hacer. Una frase me motivó extraordinariamente para dar más entrevistas y hacer el mayor número de mítines.
¿Cuál?
La que le dijo Feijóo al presidente Sánchez: “Usted es más generoso con los verdugos que con las víctimas del terrorismo”.
No es muy moderada esa frase, ¿no?
No, me recordó a la que me dijo Rajoy de que yo había traicionado a los muertos, cuando estaba terminando con ETA. Afortunadamente, así fue. No vamos a tolerar más infamias que nos pongan en cuestión y nos identifiquen con blanquear el terrorismo cuando hay tantos compañeros del PSOE que perdieron la vida. Bajo nuestro Gobierno terminó la banda terrorista. ETA no existe porque no existe la violencia. No aspiro a que la derecha reconozca que fue bajo mi Ejecutivo, pero sí vamos a dar toda una batalla por que la verdad histórica prevalezca. Lo hago como español y por el bien de la democracia.
Debemos hacer que los valores mayoritarios de los españoles estén en las urnas
¿Qué ha cambiado en estos veinte años? ¿Le atacan más a Pedro Sánchez que usted? ¿Se utilizan los mismos temas, como el terrorismo? ¿Se han vuelto las campañas más cruentas o estamos ante lo de siempre con una versión más actualizada?
Pienso que el ataque es más duro, incisivo e insidioso. El tratamiento al presidente Sánchez ha sido realmente lamentable por injusto. Además, crea un clima de debate democrático que nos costará superar porque prácticamente se le ha dicho y se le ha acusado de todo. Siempre es mucho más difícil defenderse uno mismo y eso me ha motivado a salir. ¿Pero cómo se puede acusar a un presidente del Gobierno con este balance? Por ejemplo, Cataluña está mucho mejor y pacificada. El terrorismo etarra se superó hace doce años y el País Vasco está en una situación más tranquila. ¡Cómo se puede hacer este juicio tan injusto y tan negativo para España! La derecha debería recordar que siempre que ha gobernado hemos tenido una crisis territorial, como el plan Ibarretxe. Y no responsabilizamos a Rajoy de lo que pasó en Cataluña en octubre de 2107, pero pasó. Por lo tanto, la España del diálogo es la España más tranquila y cohesionada.
En su época como presidente del Gobierno tenía unas excelentes relaciones con todos los medios de comunicación. El actual líder del Ejecutivo ha reconocido que a lo mejor ha sido un error no haber ido antes a explicar sus medidas. ¿Cree que ha sido así?
El presidente del Gobierno ha tenido una tarea muy dura. No me quiero imaginar cómo tuvo que ser estar al frente del Ejecutivo durante la pandemia y tener que cerrar un país. Ya se nos ha olvidado por la capacidad del ser humano de imperativo biológico. Él ha comparecido extraordinariamente en el Parlamento. Seguramente en lo último que estaba pensando era en hacer entrevistas, y mucho más si iban a convertirse en duelos. En mi opinión, ha llegado a tiempo y esta vez no nos va faltar ni una semana ni un debate, en relación a la famosa frase de Felipe González en 1996. Pero hemos aprendido en la precampaña todos algo: la comunicación es incesante, continua y tienes que estar siempre respondiendo.
¿Se está pinchando ya esa burbuja antisanchista?
Ya se ha pinchado. Según los datos, la mejora de preferencia y valoración de Sánchez en las dos últimas semanas es muy impresionante en comparación con Feijóo. Cuando ha salido en muchos medios, se ha demostrado que lo que se había dicho de Sánchez no es verdad. Era una burbuja. Se han pinchado en gran medida. Es que se le ha cuestionado todo: si el PSOE presenta un día en el Parlamento una proposición de ley diciendo que España es una gran nación y el PP un gran partido, votarán en contra. Ahora tenemos un debate, aunque debería haber al menos dos.
No vamos a tolerar más infamias que nos identifiquen con blanquear el terrorismo
Usted ganó dos elecciones, ¿dónde cree que se juegan ahora estos comicios? ¿En el voto moderado, en la participación de la izquierda, en las papeletas antiVox?
Lo que da la victoria electoral es la convicción en tu propuesta, en tu proyecto político, en la visión del país y en ganar. Al presidente Sánchez lo veo con una convicción de ganador. Feijóo llegó con las encuestas y todo el clamor derechil, pero no conviene vender la piel del oso antes de cazarla. Suele dar mala suerte. Cada vez que veo que va a llamar a los barones, que va a nombrar a ministros… Esto me recuerda a Aznar de 1993 y a Rajoy en 2004. Hay que tener humildad y esperar a las urnas, digan lo que digan las encuestas.
¿Se le está haciendo larga la campaña a Feijóo?
No ha empezado la campaña [la entrevista se hizo el viernes por la mañana, en las primeras horas de campaña oficial], se le va a hacer larguísima. El problema que tiene la mezcla del PP y Vox es que sus propuestas son todas muy antipáticas y reaccionarias. Es debatir si hay machismo más o menos o si hay negacionismo. Además, con medidas como prohibir obras de teatro.
De Virgina Woolf, de Lope de Vega… ¿Qué le parece?
Son síntomas muy preocupantes, como la retirada de banderas o la censura. Siempre empiezan con excusas y mentiras. Nadie que censura dice obviamente que está censurando. Pero es censura. Por eso, en esta elección debe haber una respuesta democrática, ya no sólo es una cuestión de alternativa de siglas o de colores ideológicos. La ciudadanía es profundamente democrática y quiere preservar las grandes libertades logradas. No pensé nunca que la derecha llegaría a decir las cosas que está diciendo. Un proyecto que se basa en derogar no puede motivar a nadie y no es de futuro, sino de rencores y reaccionario.
Hablaba de la cultura. Viene a la cabeza aquel sector muy movilizado en su época con aquella campaña de Defender la alegría. ¿Lo ve así hoy? ¿Puede haber miedo a significarse políticamente y perder oportunidades laborales?
El sector está movilizado y lo va a estar más. Nada valora más la gente de la cultura que la libertad. Hay algunos que identifican la libertad con el hedonismo y el narcisismo, pero esa es pequeña y pobre. Aquella de “ a mí quién me va decir a qué velocidad tengo que ir y cuántas copas me puedo tomar” es una irresponsabilidad. Pero eso lo hemos vivido. Pasó con la ley de la prohibición del tabaco en los lugares públicos. Tuvo muchas críticas, pero fue una política anticipatoria y de futuro. Hemos logrado salud y me felicitan mucho los neumólogos. Lo mismo pasará con el cambio climático si hoy tomamos medidas inteligentes con los científicos. También sucedió con el carné por puntos.
Sobre libertad, España se situó a la vanguardia con la ley del matrimonio igualitario de su Gobierno. Pero ahora se están retirando banderas LGTBi, el PP y Vox han prometido derogar la ley trans, se eliminan concejalías de igualdad… ¿Pueden dar un paso atrás los derechos del colectivo que creíamos irreversibles?
En los pequeños espacios que la derecha ha conquistado ya se están perdiendo. Desde aquí, tengo que pedir a todos los ciudadanos españoles, mujeres y hombres de bien que han abrazado las libertades y la igualdad, que no consintamos un país donde por ser gay, lesbiana o transexual se vuelva al miedo y a la humillación. Me emociono al pensar que otra vez miles y miles de ciudadanos, que son nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo, van a tener que vivir bajo la presión y el miedo de los discursos homófobos y que dicen que la bandera es un trapo.
Pero es una enseña universal de libertad, igualdad y amor que preside todos los grandes países democráticos. Cuanto más democrático es un país, más ha defendido la bandera arcoíris. Ya sabemos que los países que más persiguen esta libertad son los más reaccionarios y más duros. No debería ser una cuestión de derechas y de izquierdas sino de valores democráticos, de dignidad y de humanismo. Curioso el otro día cuando oía a Abascal decir que no celebra el Orgullo porque es heterosexual. ¡Qué mentalidad! ¡Cuánto le cuesta a algunos evolucionar! Precisamente porque siempre he disfrutado de libertad y nunca nadie me ha perseguido y humillado debo más que nadie hacer que los homosexuales sientan lo que he sentido en mi dignidad, mi derecho y mi libertad. Lo mejor de la condición humana es querer para los demás los derechos y la dignidad que has podido tener.
Tendré una lealtad incombustible al PSOE hasta que me muera
La ley de violencia de género fue impulsada por su Gobierno y consiguió unanimidad en el Congreso de los Diputados. Ahora no existe en el Parlamento ese consenso, ¿están retrocediendo veinte años después los derechos de las mujeres?
Fue un gran avance gracias a la lucha de las organizaciones en defensa de las mujeres y del feminismo. Decidí que fuera la primera ley de mi Gobierno cuando fui a visitar a una víctima en un hospital de Madrid a la que había quemado su marido. Estuve en aquella UCI con sus dos hijas y me contaron el drama que había sido la vida de esa mujer. Yo me dije que, si era presidente del Gobierno, no podía vivir en un país que consintiera eso. Los más obligados somos los hombres porque son los que matan a las mujeres por dominarlas. Llevamos 1208 víctimas desde 2003 y pienso en tantas mujeres que han pasado una vida de sufrimiento. Ha sido la mayor discriminación de la historia. ¿Ahora el debate es si es violencia intrafamiliar? Es que esto se superó precisamente con esa ley.
¿Por qué esa falta de unanimidad? ¿El PP se está derechizando? ¿El PP se está dejando condicionar por Vox? ¿Son muy parecidos los dos partidos?
Vox tiene una fuerza irresistible y atractiva hacia buena parte del PP. Hay una derechización de la derecha, que bajo la idea de que el predominio cultural es de la izquierda en los grandes valores, ha reaccionado intentando combatir esos valores. Me resulta increíble que la derecha y la extrema derecha hayan vuelto con el tema de la igualdad entre hombre y mujer y el feminismo. Debería ser algo de todos como los derechos humanos. Hay una cosa evidente: todas las leyes de avances y derechos son de la izquierda, del PSOE especialmente.
¿Le ha decepcionado Feijóo? ¿Tenía una imagen diferente como presidente de la Xunta?
Tuve poca relación con él. No me gusta juzgar a los demás. Pero siempre he dicho que los que más acusan a los otros de mentir son los que menos verdades dicen. Le pido, primero, que no vuelva a decir en un caso de violencia de género que hubo un divorcio duro. Es un mensaje muy negativo, me recordó a aquello de “algo habrá hecho”. En segundo lugar, le pido que respete al PSOE y a su secretario general. Esta deriva del “sanchismo” no le va a salir. Prefiero que haya un buen candidato de la derecha a uno malo porque exige al PSOE sus mejores ideas, vibraciones y méritos.
Un proyecto que se basa en derogar es reaccionario y de rencor
¿Feijóo es un buen o mal candidato?
Es un candidato que hasta ahora parece mejor que Casado. Vamos a verlo en el debate. Me cuesta opinar sobre alguien con el que no he tenido una conversación a fondo. Le veo claroscuros, algunas cosas que dicen parecen razonables y otras no.
¿Le va a pasar factura que sólo acepte un debate?
Tiene algún escenario incómodo si hay más debates donde van el resto de líderes. Muchos ciudadanos pueden pensar que es una falta de respeto a lo que representa el debate democrático. En esta campaña se demuestra que los medios han recuperado una fuerza y una potencia extraordinaria y las redes sociales son un referéndum diario. Hay que estar en todos los debates.
En las encuestas se refleja que se acorta la distancia entre bloques, ¿puede haber una situación de bloqueo tras el 23J? ¿Qué opina de la idea de que gobierne la lista más votada y se abstenga el PSOE?
Cada vez que lo dice el PP me parece una broma pesada. Cuando va añadido a que va por los barones, ha sido una metedura de pata. Decir esto cuando ha pasado lo que ha pasado en Extremadura… Una candidata del PP que dice lo que dice de Vox, que lo podía haber dicho un líder de Podemos, pacta dos días después cuando la lista más votada ha sido la de Guillermo Fernández Vara. ¿No será consciente Feijóo de que toda España ha visto lo que ha pasado en Extremadura? No conozco a esta señora, pero imagino lo que ha tenido que pasar.
¿Tenía que haber dimitido María Guardiola?
No voy a dar ningún consejo. Lo que subrayo es que la credibilidad de Feijóo para hablar de la lista más votada, a partir de lo de Extremadura es cero.
Abacal no celebra el Orgullo por ser heterosexual. ¡Qué mentalidad! ¡Cuánto les cuesta a algunos evolucionar!
El presidente del Gobierno dice que unos de los problemas del 28M es que a su izquierda no resistió lo suficiente. ¿Cree que Yolanda Díaz va a revalidar el resultado de Unidas Podemos? ¿Por qué le quieren tanto últimamente tanto dirigentes de Podemos como Juan Carlos Monedero e Irene Montero?
Siempre he tenido buena relación. La foto con Monedero fue en la embajada de Colombia, pero también se me acercó una joven militante del PP y me pidió una foto. Tengo una buena relación con los líderes políticos y con los de izquierdas, mejor. A Yolanda Díaz le tengo aprecio y reconocimiento porque es muy válida. Irene Montero siempre me ha tratado muy bien y siempre va a contar con mi respeto y aprecio.
El espacio de Unidas Podemos ha pasado por muchos traumas en poco tiempo, ¿llegan a tiempo?
Sánchez: "Ha quedado claro que la derecha política y mediática me odia, pero ¿qué quiere para su país?”
Ver más
Podemos emergió con una fuerza extraordinaria sin que hubiera un crecimiento de una organización. Siempre les decía que lo más importante es el método y tener una cultura de organización y de responsabilidad. Al final el reto que ha superado Yolanda Díaz en primera instancia es unir a la izquierda del PSOE. Un partido es una cultura, donde lo colectivo es más importante que lo personal. Es algo que no tenía Podemos y se ha notado. Díaz es una líder con mucha fuerza.
Hay quien dice que Sánchez ganaría muchos votos si prometiera en un mitin hacer ministro a Zapatero. ¿Volvería a un papel más activo?
Es una cosa emocional del momento. Tengo una concepción de la democracia: ser presidente del Gobierno es algo temporal. Lo que tengo es una convicción de compromiso cívico. Cuando me preocupa la situación del país, decido intervenir, Tendré hasta que me muera una lealtad al PSOE incombustible. Es lo mejor que le ha pasado a España en su historia política y me hizo presidente. Pertenezco a esa cultura muy republicana de la lealtad a las ideas. Es la mejor manera de respetarse a uno mismo y de que te respeten los demás.