Cristina Gallego reivindica la risa sin miedo: "La ofensa se ha apoderado de nuestra vida"

La actriz y colaboradora de 'El Intermedio' Cristina Gallego en el photocall del 18º aniversario del programa.

Decía el filósofo vienés Ludwig Wittgenstein que "sobre lo que no se puede hablar, es mejor callarse". Quizá otra forma de enfrentarse a ello es recurrir al sentido del humor. "Se ha hecho uso del humor negro y de chistes políticos para sobrellevar una guerra o una dictadura, temas bastante graves, porque solo ahí se podía encontrar un reducto de libertad", sostiene la actriz extremeña Cristina Gallego en un conversación con infoLibre. La comedia no es, por tanto, un simple ejercicio de libertad individual, sino una herramienta poderosa de crítica y reivindicación: "La denuncia, a través del humor, de temas relevantes y serios, es una manera más de expresar el descontento social y compartirlo es una catarsis colectiva".

Con formación en interpretación y biblioteconomía, Gallego es colaboradora del programa de televisión de La Sexta El Intermedio y del espacio radiofónico de RTVE No es un día cualquiera. Participa también en obras de teatro. Una de las más recientes ha sido Polar, una denuncia del cambio climático en clave de comedia, dirigida por Rulo Pardo y presentada en junio en los Teatros del Canal de Madrid.

Para Gallego, el humor, siempre bajo sospecha, está viviendo una de sus etapas más difíciles. "Se hace escrutinio de todo. Todo se analiza de una manera exhaustiva y, si no se aprueba, se condena sin concesiones. Estamos viviendo la cultura de la cancelación. Lo políticamente correcto se ha situado en el centro del tablero y ha cambiado las reglas del juego", argumenta. Y tiene claro cual es el resultado: "La ofensa se ha apoderado de nuestra vida".

¿Dónde termina el humor y empieza el insulto? "Las sensibilidades en el humor se han afinado hasta un punto tan crítico que ya no es fácil establecer los límites". La intérprete toma como ejemplo al cómico británico Ricky Gervais, sin miedo a pisotear las líneas rojas y promover la polémica, al tiempo que admite encontrar a veces gracioso lo que no encaja dentro de lo socialmente apropiado. Nos habla de los Muyun Brothers, "tres hermanos chinos cantantes con una condición física particular que dicen tener veinte años". "Ellos se lo toman muy en serio y a mí me hace demasiada gracia", reconoce con cierto rubor.

Sin embargo, todos encontramos nuestro límite: "Sería incapaz de bromear sobre niños enfermos". La clave, en su opinión experta, está en el contexto: "El humor es un pacto entre el cómico y el oyente, en el que ambas partes aceptan las reglas del juego y obtienen placer de ese juego que han pactado previamente. Si no pactas, descontextualizas, y el humor descontextualizado es peligroso".

Todo se analiza de una manera exhaustiva y, si no se aprueba, se condena sin concesiones. Estamos viviendo la cultura de la cancelación. Lo políticamente correcto se ha situado en el centro del tablero y ha cambiado las reglas del juego

Para no herir ninguna sensibilidad, el humor se siente obligado a avanzar de puntillas, mirando constantemente a izquierda y derecha, condenado a la banalidad. "Me parece profundamente triste e injusto. Hemos olvidado que uno de los fines del humor y de la comedia, además de reírse, es, en ocasiones, sacarte de tu zona de confort". Y no solo eso. Más allá de las limitaciones que se le intentan imponer, el humor proporciona una estrategia insustituible para contrarrestar la crispación y los discursos de odio, "es su antídoto más eficaz". "Tenemos la suerte de que no es caro, no es invasivo y los efectos son inmediatos. Cualquier médico lo recomendaría", bromea Gallego, aunque con convencimiento.

¿Es saludable entonces combinar humor y política? Gallego responde con una nueva pregunta: "¿Quién lo debe conjugar?" Últimamente muchos políticos intentan echar mano del sentido del humor en sus intervenciones públicas, con resultados desiguales. "La intención es buena, lo malo es que no todos son conscientes de sus limitaciones y el resultado termina siendo, a menudo, una sobreactuación y un circo mediático donde tenemos anécdotas parlamentarias cada vez más vergonzosas". Uno de los políticos españoles que, según Gallego, sí sabe aprovechar el sentido del humor es el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. "Un humor ácido y muy bien colocado que nos ha regalado momentos bastante épicos en el Congreso".

Hemos olvidado que uno de los fines del humor y de la comedia, además de reírse, es, en ocasiones, sacarte de tu zona de confort

Para aligerar el tono de la conversación, le preguntamos a la intérprete por su mejor chiste malo. “Hay dos sábanas colgadas en un tendedero. Una de ellas se está agitando mucho y está gritando como loca. La otra sábana le pregunta. '¿Qué te pasa?' Y ella le responde: '¡Que se me ha ido la pinzaaaa!'" Gallego recurre a esta pequeña gran obra de arte "desde hace diez años" porque es el único que ha conseguido memorizar, nos confiesa entre risas. Y es que los chistes no son precisamente lo suyo. En líneas generales, no los entiende y suele pedir explicación de todos ellos: "Me pasaba lo mismo con las matemáticas".

A pesar de esto, a Gallego no le cuesta reírse, su trabajo se lo pone fácil. Con sus compañeros, ensayando su última función teatral, nos cuenta que ha habido "momentos impagables" que le han hecho "llorar de la risa". "Es maravilloso reírse así", aprecia. Su verano más divertido también fue trabajando. 2007, Lanzarote, junto a una de sus hermanas. "Uno de los veranos más libres, sanadores y divertidos de mi vida".

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La risa le ha llevado a vivir, como a todos, no pocos momentos incómodos. Hace años, en su primera y última clase de Thai Chi, no pudo controlarla. "Pude aguantar la risa, no sin complicaciones, durante el tigre, el ciervo y el oso. En el mono ya pinché un poco y me llamaron la atención. La grulla fue insostenible, me reía llorando bajito. Me echaron de la clase", rememora sin poder contener una sonrisa.

Comentamos las diferencias en el sentido del humor de los distintos lugares de la geografía española. Para la actriz y presentadora, cada región tiene humor propio, "todo depende de con cuál te identifiques más". Haciendo honor a su apellido, se reconoce "fan de la retranca gallega" y de su habilidad para reírse con su interlocutor (que no de él) y de sí mismos. "Humor retranqueiro. Top ten".

Para rematar esta charla al fresco, vamos con las recomendaciones más graciosas de Gallego para desconectar durante el verano. Como disco, Viaje de fin de Novios, de Capitán Bazofia (Nacho Vera). "Gamberrísimo". Como serie, se inclina por Barry, de HBO: "Una ida de olla muy divertida". Habrá que darles una oportunidad.

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