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Lecturas infalibles

Encontrando a 'La mujer de blanco' con Benjamín Prado

El escritor Benjamín Prado.

Luis Casal

Un verano como pocos se han visto. Hace calor, tanto calor que se puede salir de casa, pero un joven Benjamín Prado (Madrid, 1961) rompe la frontera de lo imposible y se aventura camino del quiosco del otro lado de la calle. La razón para jugarse la vida en esta situación está plenamente justificada: acaba de llegar a tenderete el segundo tomo de La dama de blanco.

 

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Prado, ahora un consagrado novelista y poeta, recuerda aquel pequeño puesto como el que, a través de dos volúmenes, le invitó a descubrir la pluma de Wilkie Collins. El nombre de británico, unido para siempre a su dama de blanco (1859), aparece continuamente en las listas de mejores y más creativos escritores de literatura de misterio –dicen las malas lenguas que fue quien la inventó–, así como en los exclusivos grupos de históricos que, además de ser grandes escritores, tenían el talento añadido de ser también espléndidos narradores. Sin duda, es mucho que decir de un autor, claro, pero quizás por eso Collins haya sido la elección de Benjamín Prado para esta sección, en la que escritores y periodistas señalan un clásico al que regresar en las tardes de verano.

“Porque me fascinó. Aún lo hace”, reconoce el también columnista de infoLibre. Y lo cierto es que La dama de blanco es algo más que una historia de conjeturas y de honores descabalgados y repuestos, es la entrañable historia de cada personaje que se pasea por sus páginas, que actúa como narrador parcial si Collins lo considera oportuno. En la dama, dice Prado, “se da forma al detective tradicional, se tantea el ambiente de las narraciones góticas y se mantienen las dosis de misterio, melodrama y romanticismo de la época” que, no olvidemos, compartió con otro ilustre como Charles Dickens, un amigo personal al que acogió en su casa y con quien realizó varios relatos a cuatro manos. “No solo es una novela que se puede leer hoy, es que muchas de las que se escriben hoy se le parecen”, dispara el hombre detrás de La nieve está vacía (Punto de lectura), novela negra que bebe de la senda del británico.

“Todos los buenos libros influyen, de un modo u otro. Collins es un escritor maravilloso, tanto por su estilo como por su oficio. Sería un error no dejarse influir por él”, reconoce el poeta, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (2001). Y la historia le ha dado la razón. Porque La dama de blanco no supuso únicamente una revolución en el género literario, sino que elaboró un elenco de personajes marcados por su compleja psicología –brillando con luz propia el villano Conde Fosco y la inteligente Marian Halcombe– que servirían de inspiración para la creación posterior. Ha sido, además, llevada a la gran pantalla en diversas ocasiones, destacando la versión de 1948 de mano de Peter Godfrey, con la inolvidable Eleanor Parker en el papel de la dama.

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