Al noroeste de la periferia, un poco antes de llegar al fin del mundo, Galicia cobija entre sus brazos lugares envueltos por una atmósfera mágica, que parecen escaparse de lo terrenal. En ellos se inspira Álvaro Cunqueiro para su primera obra literaria en gallego, Merlín e familia.
El marco en el que se desarrolla la historia de un Merlín ya anciano y retirado no es otro que Terra de Miranda, un pequeño pueblo ficticio que tiene mucho de los lucenses Mondoñedo, Riotorto, A Pontenova y A Pastoriza. Cuentan los mapas de la Galicia más antigua que hubo un tiempo en que Mirandaexistió, antes de que se perdiera para dejar sólo retales de su paso por las tierras que van del río Miño al Eo. “En Lugo nacieron mis padres, y recuerdo que cuando leí Merlín e familia de joven pude imaginarme todo a la perfección”, explica el periodista gallego Gonzo, “era lo mismo, pero con un poco más de magia”.
El escritor Álvaro Cunqueiro, símbolo de la literatura gallega, escribe Merlín e familia en 1955. La obra relata las andanzas del mago, narradas a través de la voz de Felipe de Amancia, su antiguo paje. A partir de las visitas de todo tipo de personajes que buscan empaparse de saberes y consejos, las anécdotas de Merlín se entrelazan en una sucesión de narraciones que se sitúan entre lo ilusorio y lo real. El autor homenajea así la tradición oral de Galicia, que persiste en el imaginario colectivo como un conjunto de leyendas y personajes fantásticos a menudo en convivencia con la realidad.
“El clima, el terreno, los riachuelos, el musgo, la niebla…”, el periodista repara en cada detalle descrito en la novela, que tiene su analogía en el paisaje galaico retratado por el escritor gallego, y que ahora Gonzo recupera. “La imaginería de Cunqueiro era mucho más fuerte que la que pueda yo tener”, apunta. Por eso elige sumergirse en su universo mágico y caminar a través de un entorno rural formado por casas de una piedra arcaica, carcomida por la lluvia, por el característico olor a humedad y el verdor de la selva de Esmelle, que se diluye entre la nebulosa de un cielo siempre gris. “El día que pueda retirarme, ahí lo haría”, sentencia el periodista. Entretanto, las páginas de Merlín e familia invitan a no dejar de imaginar escapadas ficticias por las tierras mágicas de Miranda. Porque, como dijo Cunqueiro una vez, "o home morre, mátano, cando deixa de soñar" ("el hombre muere, lo matan, cuando deja de soñar").
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Y en la vida real…
Fernando González, Gonzo, es uno de los colaboradores del programa El Intermedio. Sus reportajes sobre política han inspirado su primer libro, Todo por mi país, publicado este 2015. Durante el verano, el periodista vigués tiene prevista la presentación del título por diversos lugares de su Galicia natal. “Me hace especial ilusión presentarlo en Vigo, y encontrarme con algunos profesores que en su día no pensarían que fuera capaz de juntar dos letras”, bromea. El periodista reconoce haber meditado sobre la idea de un segundo libro, aunque “no sé si me dará tiempo para este invierno”. Además, Gonzo se encuentra inmerso en el rodaje de un documental que está "prácticamente en su recta final" y que se presentará en otoño. Meu avó tiña unha igual (Mi abuelo tenía una igual) relata las historias de aquellas personas que tuvieron una Vespa en Galicia, con el fin de retratar la historia y el costumbrismo gallego.
Aunque Gonzo se inicia en el mundo radiofónico, su salto a la fama viene de mano de la televisión gracias al programa Caiga Quien Caiga. Su sección ¡Proteste ya! inspira el magacín El método Gonzo, que él mismo presentaría. Tras haber participado en varios documentales y programas de la TVG (A caixa negra), donde la crónica social, política e histórica son los ejes principales, el periodista se incorpora al programa El Intermedio en el verano del 2010, y allí continúa en la actualidad . En el año 2013 su trabajo es reconocido a través del Premio Pilar Blanco a la Comunicación Sociolaboral, concedido por la Fundación Sindical Ateneo Cultural Primero de Mayo de CCOO de Madrid.
Al noroeste de la periferia, un poco antes de llegar al fin del mundo, Galicia cobija entre sus brazos lugares envueltos por una atmósfera mágica, que parecen escaparse de lo terrenal. En ellos se inspira Álvaro Cunqueiro para su primera obra literaria en gallego, Merlín e familia.