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Lucía y Raquel, voluntarias de emergencia social en Perú: "Trabajamos por la alfabetización en las escuelas"

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Trabajar con los niños ayudándoles en sus tareas escolares, preparar las clases del día siguiente de manera individualizada, concienciar a las familias de la importancia de la educación para el futuro de sus hijos o conocer la realidad de los pequeños para así poder ayudar según cada caso. Esas son algunas de las labores que están llevando a cabo en Perú este verano Raquel Cabanillas y Lucía Fernández, dos primas madrileñas de 23 y 24 años que se han animado por primera vez a mojarse por los demás a través del voluntariado.

"Trabajamos en Trujillo, en el Distrito de la Esperanza", explica Lucía sobre este periplo que ambas hacen durante el presente mes de agosto con la ONG peruana Hilo Rojo, en el que los voluntarios se dedican a colaborar en "tareas de alfabetización y desarrollo de acciones de emergencia social, como atención a menores en riesgo de exclusión".

Ambas se muestran ilusionadas por la posibilidad de trabajar con niños, y confiesan también que al ser su primera vez sienten "algo de respeto". Por eso se apuntaron a colaborar con Hilo Rojo a través de dos amigas que estuvieron antes de la pandemia y les recomendaron la experiencia. "Siempre me he interesado por los niños y en Perú nos dedicamos a estar con ellos y echarles una mano en la escuela. Me gustaría poder ayudarles a que su niñez sea lo mejor posible", plantea Lucía.

Raquel, por su parte, asegura que la idea del voluntariado siempre le ha seducido y lleva queriendo hacer alguno internacional desde hace "muchos años". "Hace ya un tiempo, incluso siendo menor, mi madre y yo lo consideramos en alguna ocasión", apunta, añadiendo que en España, entre otras acciones, colabora cada año con recogidas de alimentos. "Por viajar a ayudar hasta Perú me parece una experiencia muy enriquecedora. Sobre todo tengo ganas de ayudar en lo que pueda", apostilla.

"Siempre he tenido interés en saber cómo viven en otros lugares del mundo, conocer otras culturas y ver más allá de nuestro ombligo", tercia Lucía, quien añade: "Además de ayudar a quienes más lo necesitan por las circunstancias que sean y poder aportarles lo máximo posible, dado que yo he tenido la suerte de tener una educación a la que ellos no han podido acceder por su lugar de nacimiento".

Y prosigue, profundizando en sus motivaciones: "Por otro lado, llevo años pensando en lo mucho que nos han intoxicado las redes sociales con cómo debe ser la vida perfecta y todo el peso que nos cargamos nosotros mismos en la espalda para alcanzar lo mejor tanto en lo personal como en lo profesional. Creo que ver más allá de eso nos puede ayudar a dar con lo que realmente importa. Ha sido, en ese aspecto, también una decisión tomada con el objetivo de vivir la experiencia, querer ayudar, aclarar la mente y ver mundo".

Hilo Rojo es una organización peruana que no recibe ningún tipo de subvenciones o financiaciones locales ni extranjeras, por lo que el proyecto se financia exclusivamente por el programa de Voluntariado Internacional. "Efectivamente, no voy con los gastos pagados. He pagado por mi cuenta el vuelo y el alojamiento son 8 euros diarios. Además de cama, baño y demás, nos dan tres comidas al día", explica Lucía.

Las dos aprovechan el verano, en definitiva, para "conocer otra cultura, abrir un poco la mente y valorar lo que tenemos en España", en palabras de Raquel, quien agrega que espera también que la experiencia le permita "crecer como persona". Similares expectativas tiene Lucía al hablar de "aprender de los demás y ver la vida de otra manera desde otra perspectiva". 

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Ambas han decidido invertir sus vacaciones en este voluntariado puesto que el resto del año no pueden por sus obligaciones laborales y estudiantiles. "Me voy todo el mes de vacaciones en mi trabajo", señala Lucía, quien admite que también quieren hacer algo de turismo: "Poder hacer ambas cosas anima a que la gente se apunte a ayudar, y hacer turismo es otra forma de conocer la cultura del lugar". "Ayudamos e intentamos aprovechar para visitar lugares de interés cultural", sentencia Raquel.

Hilo Rojo es una ONG constituida el año 2013 cuya actividad se centra en la niñez y los desfavorecidos. Para mejorar su realidad, desarrolla proyectos socio-educativos de asistencia y prevención, dirigidos a niños, jóvenes y familias en riesgo de exclusión social. Se centra en programas de educación, trabajo infantil, salud, nutrición y planificación familiar. Trabaja con los colectivos más vulnerables, sin importar su raza, religión y condición social.

La Organización nace como respuesta a una sociedad con muchas desigualdades y conflictos sociales, en la que los niños tienen un bajo rendimiento educativo. Hilo Rojo trabaja en el Distrito de La Esperanza, uno de los más poblados de la provincia de Trujillo, que actualmente cuenta con más de 200.000 habitantes.

Trabajar con los niños ayudándoles en sus tareas escolares, preparar las clases del día siguiente de manera individualizada, concienciar a las familias de la importancia de la educación para el futuro de sus hijos o conocer la realidad de los pequeños para así poder ayudar según cada caso. Esas son algunas de las labores que están llevando a cabo en Perú este verano Raquel Cabanillas y Lucía Fernández, dos primas madrileñas de 23 y 24 años que se han animado por primera vez a mojarse por los demás a través del voluntariado.

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