1,5 puntos: alarma en la izquierda (pero que no se entere nadie)

Ahora que la ley electoral considera que la inmensa mayoría de la ciudadanía es menor de edad, a la que hay que proteger de la capacidad manipuladora de las encuestas… Ahora que ‘sólo’ unos cuantos centenares de profesionales de la demoscopia, políticos, periodistas bien informados, sus familias, amigos, vecinos, amantes… tienen el privilegio de seguir conociendo lo que dicen los sondeos continuos o trackings que se hacen cada día hasta el mismo domingo (porque no está prohibido que se hagan, sino que se difundan, ¡manda huevos!)… Quizás ahora sea el momento de advertir que llegamos a los últimos días de campaña con un tablero electoral al que la derecha ha dado una patada muy eficaz aprovechando que Bildu incluyó a condenados por terrorismo en sus listas (que retirara después a los más sanguinarios ya da igual a estos efectos). Entre el sondeo preelectoral del CIS y el sondeo flash conocido este lunes, el PSOE pierde (al menos) 1,5 puntos en estimación de voto en municipales, el PP gana 0,6 y Vox aún más: un 1,2%, mientras Unidas Podemos sólo avanza una décima (ver aquí). El macabro fantasma de ETA parece seguir siendo rentable para quienes mejor manejan la factoría del miedo.

El horizonte con el que anochece este martes en las sedes de las principales formaciones de la izquierda es entre preocupante y tenebroso, por mucho que algunos quieran mirar para otro lado o negar lo que apuntan sondeos obligatoriamente desconocidos. Quizás sea hora de que algunos estrategas asuman el error de acumular desde mediados de abril hasta quince grandes anuncios de medidas con inversiones millonarias, cuya trepidante comunicación ha llevado a confundir decisiones ejecutivas aprobadas e incluidas (o a punto de incluirse) en el BOE con meras promesas electoralistas. Ha hecho más este gobierno de coalición en los últimos meses en materia de vivienda, de apoyo a la sanidad pública, de salud mental, de fomento de la cultura, de ayudas contra la emergencia climática o de avances en igualdad que ejecutivos anteriores en sus mandatos completos (ver aquí). Pero poco importa cuando millones de votantes despiertan cada mañana escuchando que ETA está viva o que los okupas están a punto de asaltar su casa.

A cuatro días del 28M, y teniendo en cuenta la obviedad de que el PP tiene garantizados un mínimo de un millón de votos provenientes de un Ciudadanos en extinción, las esperanzas de los miembros de la coalición de gobierno y de otras fuerzas progresistas deben centrarse en movilizar hasta el último votante demócrata consciente de lo que aquí se juega, a la vista de la fortaleza de Vox y la debilidad de Feijóo ante una Ayuso crecida. ¿Cambio de ciclo? Más bien alto riesgo de retroceso y, sobre todo, de éxito de la desinformación.

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(Aquí puedes leer las entregas anteriores de 'El dato y el dardo')

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