Biden sigue pensando que ganaría las elecciones

Fernando Granda

Joe Biden sigue pensando que ganaría las elecciones. No se retiró de la carrera electoral en el Partido Demócrata porque las encuestas le diesen como perdedor. Dio el paso de retirarse para no romper el partido. En las últimas semanas, antes de decidir no seguir en la carrera, renunciar a un segundo mandato, las principales cabezas del partido del Burro comenzaron a decidir parar las donaciones, dejaron de buscar las grandes sumas que necesitaban los demócratas para financiar su campaña y a mostrar su discrepancia con la insistencia de Biden. Entonces se celebró una reunión muy minoritaria en la casa donde el presidente se recuperaba de su dolencia, el covid. Estaban solamente sus más íntimos colaboradores, los más cercanos que llevan con él mucho tiempo. Tras horas de conversación, el presidente decidió no dividir el partido y renunciar.

El panorama estaba en que el presidente se estaba enfrentando a sus donantes, prácticamente a la mitad de su partido en el Congreso y a muchos votantes demócratas que consideraban que era demasiado viejo para ganar a Donald Trump. Lo que inició el cambio de opinión del presidente, dicen quienes conocen bien su forma de pensar, fue reconocer que si seguía en campaña habría una batalla interna que desgarraría al Partido Demócrata, al que había servido casi toda su vida. Biden, hombre de consenso del partido, se dio cuenta de que comenzaba una guerra intrapartidaria que representaba lo contrario a lo que defendía siempre entre los demócratas.

Han pasado ya unas cuatro semanas. Biden ha renunciado pero no se ha rendido

Cuando todo parecía enconadamente dirigido a competir en las elecciones, se celebró una reunión familiar, incluidos los asesores más allegados del presidente, en el domicilio de Delaware, donde Biden pasaba sus días de covid. Participaban Steve Ricchetti, los ojos y oídos del presidente en el Capitolio, y Mike Donilon, su estratega jefe. Tras varias horas de conversaciones entre estos íntimos, se redactó una declaración, que solo conocían la primera dama y su ayudante más cercano, Anthony Bernal; el hijo del presidente, Hunter, y Annie Tomasini, jefa adjunta de gabinete del presidente. Hasta un día antes Biden había recibido una llamada de Ron Klain, el primer jefe de gabinete del presidente, que le animó a seguir en la carrera. Pero sus más allegados colaboradores le convencieron para renunciar. A los 81, había decidido dejarlo. En las semanas siguientes, personas cercanas al presidente lo vieron resentido y enfadado con los que habían contribuido a su salida.

Han pasado ya unas cuatro semanas. Biden ha renunciado pero no se ha rendido. Mientras tanto, parece que hay cierta euforia en las fuerzas demócratas, así lo han mostrado en su convención con el apoyo de los Obama, Clinton, etc. a Kamala Harris. Y Donald Trump sigue en su formato. Acaba de emitir un vídeo, parece ser que manipulado y  falso, en el que dice que Taylor Swift le votará; la artista votó a Biden en la elección anterior y se mostró siempre en contra de Trump. Por eso, muchos medios estadounidenses siguen pensando que Joe Biden continúa pensando que él ganaría las elecciones.

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Fernando Granda es socio de infoLibre.

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