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Violencia sexual contra los hombres

La semana pasada, Isabel Díaz Ayuso anunciaba la creación del que será (si llega a realizarse) el primer centro de atención a hombres víctimas de violencia sexual

Entiendo el más que probable uso pérfido que la presidenta de la Comunidad de Madrid intenta hacer de un tema tan serio. Y entiendo y comparto la crítica hacia este (ahora comentaremos). Sin embargo, no me quedaría tranquilo si no hablase también de gran parte de las reacciones a la noticia.

Chistes, burlas, chascarrillos. “Por fin un centro público en la Comunidad sin listas de espera”. “Creando recursos para problemas inexistentes”. “Creía que la noticia era de El Mundo Today”. 

La intención de Ayuso es ofensiva y me parece que lo es aún más cuando, para hablar de violencia sexual contra los hombres, se atreve a mencionar el entorno del chemsex [uso de drogas para facilitar o intensificar la experiencia sexual]. Esto a pesar de que la derecha madrileña se ha escandalizado cada vez que su oposición mencionaba esto. A pesar de que han ignorado propuestas como el Programa Albatros para la mejor información y prevención de conductas de riesgo en el chemsex

Además, Ayuso mezcla churras con merinas cuando habla de menores que sufren violencia sexual y hombres que son agredidos sexualmente en contextos de chemsex. Y es absurdo pensar que ambas cosas deben gestionarse desde un solo mismo centro. Más aún cuando la violencia sexual contra los menores ya tiene un centro dedicado a ello en Madrid: el CIASI (Centro de Intervención en Abuso Sexual Infantil), el cual lleva años saturado, como denuncia Marta Carmona, de Más Madrid. Si tanto le preocupan los niños víctimas de estas violencias, refuerce los servicios de los centros ya habilitados para ello. Y, de paso, dejen de unirse a Vox en la negativa a investigar los abusos sexuales ocurridos en la Iglesia, cuyas víctimas son mayoritariamente niños. Empiece por ahí. 

Pero, pese a todo esto, y a las viles intenciones de la presidenta, hay que dejar algo claro: sí, existen hombres víctimas de violación y agresiones sexuales. Y reírnos y tomárnoslo como una broma cada vez que alguien lo menciona, sea con la intención que sea, lo único que hace es aumentar el estigma y la imposición de vergüenza. Una vergüenza que lleva a no actuar, a no denunciar, a no pedir ayuda. 

La educación feminista, la deconstrucción de la masculinidad hegemónica y el desmantelamiento de la cultura de la violación del que tanto se ríe la derecha serían las claves para evitar estas violencias

Una vez puntualizado esto, es importante recordar: existen hombres víctimas de violencia sexual, pero también sufren estas agresiones a manos de hombres. La educación feminista, la deconstrucción de la masculinidad hegemónica y el desmantelamiento de la cultura de la violación del que tanto se ríe la derecha serían las claves para evitar estas violencias, para hombres, para mujeres y para cualquier persona. 

Al igual que también está bien denunciar la ironía de que Ayuso vaya a invertir 700.000 euros en un centro específicamente para atender a hombres que han sufrido violencia sexual mientras deja sin fondos y sin recursos a los que atienden a mujeres, que forman el 87% de las víctimas. Pero no porque esté mal invertir en cuidados, asesoramiento y protección a hombres que han sufrido esto, sino porque estarían eligiendo proteger a unas víctimas y desproteger a otras con la única intención de crear una discusión y una división entre la izquierda, así como entre los sectores feministas y los hombres de la comunidad LGTBI. 

Y también es normal escandalizarte porque Ayuso anuncie esta medida justo el mes en el que ocho empresarios españoles han quedado libres en un caso de explotación sexual de menores. Y en el que se han desvelado varios casos de violaciones a mujeres por parte de futbolistas, turistas europeos y otros perfiles que le rompen a la derecha su discurso racista. Y en el que un alcalde del Partido Popular reivindica su derecho a cantar canciones sobre abusar sexualmente de una niña mientras tantos otros lo han defendido. Y en el que el caso de Dominique Pelicot ha conmocionado al mundo y ha reabierto la conversación sobre la cultura de la violación. 

Lo de Ayuso no es preocupación por los hombres víctimas de violencias sexuales. Lo de Ayuso es, una vez más, desesperación por controlar una narrativa que a ella y a los suyos no les viene bien. Porque sus políticas son machistas. Porque son lgtbifóbicas. Porque son racistas. Y la realidad que se está haciendo visible les está desmontando el discurso. Y no lo van a permitir. 

Si tanto te preocupan las víctimas de violencia sexual, Ayuso, refuerza los servicios del CIASI. Aumenta el presupuesto de los centros de atención, que están desbordados. Y acepta que el problema viene de una raíz, una cultura y una educación machista que nos afecta a todos. Y entonces nos creeremos que el centro que pretendes montar tiene las intenciones correctas. 

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