Mato se asoma al escenario de la batalla por el control del PP Madrid

El contexto –el futuro de los conservadores en Madrid en medio de la crisis y de encuestas de intención de voto demoledoras– ya era de por sí jugoso para garantizar un 15 de mayo, día de San Isidro, patrón de la capital, lleno de reacciones y recetas sobre lo que el PP debe hacer en uno de sus feudos más preciados. Estaban todos los actores: Ana Botella, la alcaldesa; Alberto Ruiz-Gallardón, su antecesor; Ignacio González, presidente de la Comunidad. Y Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid y una de las mejor posicionadas en las quinielas para ocupar tanto la Comunidad, como el Ayuntamiento, como el PP regional, ahora en manos de Esperanza Aguirre.

A quien no se esperaba, no por nada en particular, sino porque su presencia no figuraba en las previsiones del Gobierno ni en las de su ministerio, era a Ana Mato, titular de Sanidad. Mato llegó al Palacio de Cibeles, sede al Ayuntamiento de Madrid, al filo de las 13.00 horas del miércoles, justo cuando estaba previsto el comienzo del acto central de la fiesta. Mientras una nube de fotógrafos y cámaras se afanaban en captar la imagen de la ministra, al otro lado, algunos de los invitados, en gran parte cargos del PP, cruzaban miradas. "Ahí está. Ahí llega la candidata de Rajoy", comentaba con cierta ironía uno de los concejales de Botella. 

Cuentan en el PP de Madrid que, de no haber sido por la resistencia de Aguirre a dejar la presidencia regional del partido, Mato sería hoy la líder de los conservadores madrileños, de ahí que su presencia no pasara inadvertida, máxime cuando fue ubicada a un solo asiento de Cifuentes. Sólo las separaba José Ignacio Echeverría, presidente de la Asamblea de Madrid.

Ana Mato ha sido en los últimos años, puertas adentro del PP, el eterno recambio de Aguirre en la presidencia del partido en Madrid. Cuando más cerca estuvo de ello fue en septiembre de 2012, a la vez que la expresidenta de la Comunidad de Madrid anunciaba su marcha del Gobierno regional. Fuentes conocedoras de los movimientos que se produjeron esos días en el partido sostienen que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, invitó a la líder del PP madrileño a dejar su cargo en el partido. El enfado de Aguirre fue tal, relatan las mismas fuentes, que se le borraron de un plumazo todas las dudas sobre su permanencia o no en el cargo. Y ahí se quedó, cerrando la posibilidad a que un candidato de la dirección nacional del partido –Mato, según coinciden en la formación– ocupase la primera planta de Génova, 13.

"Mucho tiene que cambiar el PP de Madrid, aguirrista al cien por cien, para que venga alguien de otra familia política a dirigirnos", relataba uno de los concejales asistentes al acto. Al tiempo, recordaba que el caso Gürtel ha dejado "muy tocada" a la ministra.caso Gürtel

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En defensa de Botella

Antes de ocupar su sitio en el patio del palacio de Cibeles, la ministra tuvo que responder a preguntas sobre el futuro de Ana Botella, muy cuestionada en algunos sectores del PP por la gestión que está haciendo del consistorio. A juicio de la titular de Sanidad, la alcaldesa "está haciendo una muy buena gestión en el Ayuntamiento en momentos muy difíciles".Sobre las encuestas, resaltó que el PP se mantiene como la primera fuerza política. "Falta mucho para las elecciones, para entonces estoy segura de que la mayoría de los madrileños volverán a confiar en el PP", destacó, informa Europa Press.

Mato también fue preguntada por los periodistas por la pelea entre barones regionales del PP a cuenta del déficit autonómico.Al respecto, hizo una llamada a la calma de aquellas regiones que cumplen el déficit. Dijo que no puede castigarse a aquellas comunidades que ya han hecho los deberes.