Antonio Caño, un conservador siempre fiel a la empresa

Antonio Caño, nacido en Martos (Jaén) en 1957, ha desarrollado casi toda su carrera profesional en el diario El País, El Paísdonde entró a trabajar en su juventud tras un breve paso por la agencia Efe. Vinculado siempre al área de internacional, salvo un periodo en el que ejerció como subdirector de la edición dominical del periódico, fue corresponsal en México y, en diversas etapas, en Estados Unidos. En la actualidad es corresponsal en Washington y responsable de las ediciones de El País para América. El País

Alineado con las tesis más conservadoras de la política norteamericana, el incondicional respaldo de Caño a la actuación del presidente George W. Bush durante la guerra de Irak, hace una década, provocó una notable oposición en un amplio sector de la redacción de El País. Del mismo modo, el nuevo director ha apoyado claramente las políticas de los distintos gobiernos de Israel en su conflicto con los palestinos. En el área de América Latina, ha sido muy relevante su continuada apuesta por los Gobiernos más escorados a la derecha en el continente frente a los Ejecutivos integrados por sectores muy diversos de la izquierda en otros países latinoamericanos. Todo ello, siempre en la línea que marcaba el máximo dirigente del grupo Prisa y del periódico, Juan Luis Cebrián.

En política nacional, Caño ha estado siempre mucho más cerca de los conservadores del PP que de los socialdemócratas del PSOE o de los izquierdistas de IU, a pesar de que los votantes y simpatizantes de estas dos últimas fuerzas han aglutinado durante décadas a la inmensa mayoría de los lectores de El País. El derechismo del nuevo director se traslada también al ámbito económico, donde Caño apuesta por doctrinas neoconservadoras aprendidas en sus muchos años de residencia en Estados Unidos.

Por otra parte, la dependencia del grupo Prisa de bancos como el Santander o La Caixa llevará a Caño, con toda seguridad, a mantener una línea editorial de apoyo a los planes de Emilio Botín o de Isidro Fainé, entre otros, así como a seguir las directrices de Liberty, los fondos buitre norteamericanos que financian parte de la inmensa deuda del grupo Prisa.

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En el aspecto interno, muchos periodistas de El País temen una caza de brujas ideológica por parte de Caño que tenga como víctimas a los sectores más progresistas del diario.

En la redacción todavía se recuerda una intervención del hasta hoy corresponsal en Washington durante el ERE de noviembre de 2012, en la que Caño defendió ardientemente las tesis de la empresa que, entre otras cosas, incluían el despido de un tercio de los periodistas. Para muchos periodistas del diario líder de la prensa española, la llegada de Antonio Caño a la dirección significa la culminación de la derechización política y económica que El País ha ido desarrollando en los últimos años.

El Estatuto de la Redacción de El País, aprobado a comienzos de los años ochenta, obliga a que los cargos directivos, incluido el director, sean sometidos a una votación no vinculante de la plantilla de periodistas. El actual director, Javier Moreno, fue respaldado en 2006 por un estrecho margen a su favor y no son pocos los que opinan en la redacción que Caño también sufrirá un elevado voto de castigo.