Sicav
Willy Meyer, tras su dimisión por la sicav de los eurodiputados: “La gente ha entendido el mensaje”
Willy Meyer ya se despidió de su escaño el pasado miércoles, tras las enormes presiones que se oían dentro de IU para que diese el paso, para que reaccionase después de que se supiera que él firmó un plan de pensiones privado articulado a través de una sicav y radicado en un paraíso fiscal, Luxemburgo. Noticia más que amortizada. Pero este sábado él quería explicar su dimisión a sus compañeros, reunidos en el Consejo Político Federal, el máximo órgano de dirección. Para insistir en que hizo lo que tenía que hacer, para demostrar que IU tiene un comportamiento "ético", para abundar en la idea de que no es una formación de las que Podemos llama "casta". Y los ciudadanos, dijo, "han entendido el mensaje".
El hasta ahora eurodiputado prácticamente calcó el relato que hizo el miércoles ante la prensa. La llamada de infoLibre, el lunes, cuando le informó de que él se había sumado a un fondo de pensiones privado y vehiculado a través de una sicav, un instrumento financiero que siempre ha combatido IU, desde hace años. Cuando en la Eurocámara le confirmaron que sí, que había suscrito en 2004 el fondo creado diez años antes por un grupo de eurodiputados, pidió darse de baja. Pero enseguida pudo comprobar que ese gesto no había calmado a IU. Las críticas arreciaron. Así que para despejar "toda sombra de duda", decidió renunciar al escaño que había logrado en las elecciones europeas del 25-M, en las que concurrió como cabeza de lista por tercera vez consecutiva. No había nada "ilegal", pero sí era contradictoria su permanencia en la Eurocámara "con el contrato" que la federación firmó con sus votantes. "Cada uno tiene su código de conducta. El mío es muy exigente. La renuncia al acta lo hice pensado en nuestros afiliados", que son "lo mejor de la izquierda en España". En ese momento, sus compañeros respondieron con el aplauso, repitiendo la ovación que precedió a su intervención. "La ética hay que preservarla y es lo que he intentado a hacer".
Meyer incidió en que IU tiene "tareas muy importantes" por hacer a partir de ahora: las municipales y autonómicas de mayo de 2015, las generales de unos meses después, la "acentuación" de la "crisis del bipartidismo". Y no hay que distraerse. "Este gesto quiere contribuir a situar a IU en la mejor de las direcciones para abordar las nuevas tareas y tenga esa capacidad de movilización, de concertar con otras fuerzas políticas y sociales para dar respuesta a esta crisis sin precedentes". Ayudar a IU para que no sea asociada a los partidos de la "casta".
"El electorado espera de nosotros que demos un salto más"
El dirigente insistió, como hizo el miércoles, en que su paso atrás, en Bruselas y en la ejecutiva de IU (deja su Secretaría de Política Internacional), "no pretende dar lecciones a nadie". "La izquierda debe ser humilde. ¡Ay de aquel que haga un discurso de la izquierda desde la prepotencia! Pero sí pretende [la dimisión] contribuir modestamente a la coherencia y al contrato social adquirido con los electores". Meyer dijo que, tal y como le abordan los ciudadanos en la calle, ha podido comprobar que "ese mensaje se ha entendido". "La gente de toda condición me para por la calle, me felicita, me dice que soy una rara avis... No pretendo que nadie siga mis pasos. Pero a tenor de la respuesta de la sociedad, la gente ha entendido el mensaje".
Meyer concluyó su intervención con un "ruego". Señaló que los dirigentes han de tener "al menos el mismo estado de ánimo que sus votantes". "Si hay alguno que esté por debajo, que dé un paso atrás" y ceda el puesto a quienes sí tengan más empuje, "para subir más el estado de ánimo". "Tenemos la necesidad de convertirnos en una fuerza política que dé certidumbres, con políticas, con prácticas que permitan este objetivo. Nuestro electorado está esperando de nosotros un salto más, que está satisfecho con el resultado [del 25-M, donde triplicó los datos de 2009], pero quiere tener una fuerza política que haga política en tiempo real, con rapidez", que era el objetivo de este Consejo Político.
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"La lucha sigue"
"La lucha sigue, de norte a sur, de este a oeste, cueste lo que cueste", se despidió, arropado por una fortísima ovación del Consejo y un abrazo sentido de quien fue su principal avalista para repetir la candidatura el 25-M, Cayo Lara.
Meyer abrió el Consejo –tenía que marcharse a una boda por la mañana, según él mismo confesó, entre bromas– y le siguió el coordinador. Lara se proclamó "orgulloso" de pertenecer a IU, y alabó el gesto "lleno de ética y dignidad" del eurodiputado. El "listón", dijo, lo ha dejado "alto". "Espero que mucha gente tome nota, va a marcar un antes y un después", avisó. Miraba a los dirigentes de otros partidos que también se adhirieron al fondo de pensiones gestionado a través de una sicav –entre ellos, Miguel Arias Cañete, Elena Valenciano o Rosa Díez– que no han renunciado a sus respectivos escaños ni han hecho amago de dimitir de nada. Todo lo más, darse de baja en el plan de pensiones y renunciar a la parte puesta por la Eurocámara, caso de la número dos del PSOE.