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García Montero advierte de que Podemos y Ciudadanos responden a una operación “favorecida desde las élites”

Luis García Montero, con Eduardo Mendicutti, durante el desayuno informativo de este 20 de abril de 2015 en el hotel Ritz de Madrid.

Podemos y Ciudadanos no aparecen espontáneamente. O no lo cree así, al menos, Luis García Montero, el candidato de Izquierda Unida a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. A su juicio, ambos partidos constituyen la "alternativa" que pusieron en funcionamiento "las élites" ante el derrumbe de PSOE y PP. Se ha ido configurando así un "doble bipartidismo" que sólo puede ser roto, y volcado hacia la izquierda, por IU.

El poeta y elegido por la federación para encabezar la lista autonómica tras la marcha de Tania Sánchez protagonizó este lunes un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, y en el que fue presentado por el escritor Eduardo Mendicutti. García Montero delineó las líneas claves de su proyecto y de la figura de IU como fuerza "imprescindible" para el cambio, sin que sacrifique su "identidad" y diferenciándose de partidos como Podemos, a quien combatió, por cierto, por la preeminencia de hombres en primera línea de fuego. "No soy un candidato macho y arrogante para oponerme a la derecha", recalcó. En el acto, el candidato estuvo acompañado de Cayo Lara y Gaspar Llamazares –no así de Alberto Garzón–, dirigentes de la federación madrileña; los líderes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y sus homólogos regionales, Jaime Cedrún y Carmelo Ruiz de la Hermosa. 

El número uno de IU-CM al Gobierno regional apuntó que la irrupción de los "movimientos de disidencia política" eran "esperables", dado que el bipartidismo "tenía razones" para "pagar la factura", sobre todo después de que ambos, PSOE y PP, cambiaran la Constitución de forma rápida en el verano de 2011 para priorizar el pago de la deuda. "Enseguida las élites se pusieron en movimiento para buscar estrategias que a ellas les interesaba. Empezamos a oír hablar del pulso de la gran coalición", siempre "en nombre de la responsabilidad del Estado". "Pero también se puso en marcha otra alternativa –describió García Montero–. Las élites se dieron cuenta de la indignación legítima de la gente, de que de esa indignación iban a salir nuevas formas en el cambio de lo político, nuevas organizaciones, y favorecieron la consolidación de esas organizaciones". Así, Podemos tuvo "un respaldo claro" de las "élites mediáticas y económicas"

"Echar" al PP de las instituciones

Según el poeta, el partido de Pablo Iglesias actuaba así como un señuelo, para advertir de que venían "los bárbaros" y que para impedir su llegada, las élites llamaban al "voto útil" al PP. Pero los "inventos", dijo, a veces se van "de las manos". Podemos empezó a "crecer" porque se quería dar un castigo "serio" a PSOE y PP. Siguiendo con su relato, García Montero describió que el partido morado se dio cuenta de que podía convertirse en una "fuerza populista" capaz de desplazar a la "izquierda organizada" y "empezó a decir lo de 'No somos de izquierdas ni de derechas'", y un voto de la derecha indignada cayó en esa bolsa. "Y cuando las élites se preocuparon por esto, sacaron la carta que tenían guardada en la manga, y recuperaron la marca de Ciudadanos, un partido situado en la derecha catalana para crear un Podemos de derechas en el ámbito estatal". 

La estrategia era crear, dijo el candidato, un "doble bipartidismo". Favorecer un "pacto" de PP y Ciudadanos y de PSOE y Podemos. "Ese era el diseño de las grandes élites porque se volcaba en las encuestas a favor de la configuración de mayorías de derechas. Lo que no entraba "en sus cálculos", en los del poder, era que IU "decidiese mantener su identidad". "Yo he asumido este compromiso porque creo que IU es imprescindible a la hora de configurar una nueva mayoría que se vuelque hacia la izquierda y no hacia la derecha. ¡Vamos a echar al PP de las instituciones, porque no vamos a desaparecer, porque estamos orgullosos de nosotros mismos, de nuestra historia!", proclamó, ante el aplauso de sus compañeros, sentados en las mesas del hotel Ritz de la capital. Ese propósito de "expulsar" al PP de las instituciones fue, de hecho, el "motivo fundamental" por el que decidió dar un paso adelante y aceptar la candidatura de IU, fuerza en la que milita, y "con orgullo", desde su nacimiento, en 1986. 

García Montero se mostró convencido de que IU va a "romper ese equilibrio" por sus "valores" y su "capacidad de gestión", probada en sus tres años de Gobierno en la Junta de Andalucía o en varios ayuntamientos. Así, IU será "útil mañana" porque fue "útil ayer". 

Ciudadanos, la "derecha española sin corrupción"

El candidato no quiso anticipar la política de pactos, porque en todo caso lo decidirán, advirtió, los ciudadanos con sus votos el 24 de mayo. Su tarea será defender sus prioridades –"trabajo decente, salario digno", consolidación de la lucha de las mareas ciudadanas, garantía de los servicios públicos–, y eso le impide, de entrada, entablar toda negociación con el PP. Pero también considera "difícil" dialogar con Ciudadanos, que es la "derecha española sin corrupción, porque no ha gobernado". "Con todos los demás habrá que sentarse a dialogar, de buenas maneras y con entendimiento", añadió. Para García Montero, tanto Ángel Gabilondo –el aspirante socialista– como José Manuel López Rodrigo –el número uno de Podemos– son "muy respetables" y con los que cree que podrá entenderse. 

El candidato de IU cree que si la izquierda es capaz de pactar, "sería imperdonable no gobernar", y equivocarse "en la forma de los acuerdos". El escritor no tiene "interés en ser consejero" del Gobierno regional. Sí quiere que la sociedad civil que ha combatido al PP en las mareas entre en el Ejecutivo. "Más que un sillón me interesa que dejen el sillón los representantes de las políticas neoliberales en Madrid". ¿Y si fuera consejero, lo sería de Cultura?, se le preguntó. "Junto a la gestión del profesional, incluso en Economía puede venir bien la presencia de un poeta que esté sirviendo valores para que acompañen a los números", respondió. 

También se le inquirió por el papel de los sindicatos. El candidato defendió su papel, porque son "importantísimos", como el de los políticos y el del periodismo "libre e independiente", aunque sí que les reclamó hacer "autocrítica para reconocer sus posibles errores", pero manteniendo su "orgullo" para no "abandonar su responsabilidad".

La discusión a veces deriva en "conflicto interno"

Autocrítica que conviene hacer asimismo en IU, dijo. Recordó que en todos los partidos hay "disputas internas", que los aparatos "tienden a encerrarse", que a veces no hay "penetración de la vida social en la política". Pero todos pagan "menos factura" que la federación, porque esta cree en la democracia interna. "En IU, como respetamos ámbitos de democracia, tenemos que convivir con la discusión que en ocasiones deriva por desgracia en el conflicto interno". 

García Montero dice sentirse apoyado por toda IU. Para empezar, por Cayo Lara, que estaba delante de él, y es la "cabeza visible" de la formación en todo el Estado. Pero también por Alberto Garzón. El candidato desveló que cenó "anteayer" –el sábado– con él y que cuenta con "todo su respaldo". 

El número uno a la Comunidad de Madrid considera "cerrado" el capítulo interno, pese a las tensiones por la municipal, que encabeza Raquel López –presente en el desayuno informativo–, oficialmente no respaldada aún por la dirección federal. García Montero apuntó que, como una organización federal que es, confiaba en que se respetasen los "ámbitos de soberanía", dentro de la "normalidad democrática", y se diese el visto bueno a las dos listas, autonómica y municipal, porque ambas son la manera de defender la "identidad" de IU. Cayo Lara no quiso hacer declaraciones a la salida del desayuno, escudándose en que todo el protagonismo debía recaer en el cabeza de cartel. 

A García Montero también se le preguntó por las tesis de Julio Anguita, que defiende que debe alejarse del PSOE para acercarse a Podemos. De nuevo, el candidato esgrimió la autonomía de la federación y no perder de vista que el objetivo es "echar" al PP de las instituciones madrileñas y españolas. "Las manías de cada uno hay que guardárselas". El aspirante insistió en que hay que distinguir "pureza de puritanismo" y "tradición de tradicionalismo". El puritanismo significa ser "beato" y el tradicionalismo, "inmovilismo". Su compromiso es con un proyecto en el que IU no desaparezca y no tenga como "enemigos" a PSOE y Podemos. Ambos deben entrar en un diálogo para desalojar del poder a quien considera su "adversario ideológico", que es el PP. 

"La política no es un juego de tronos"

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El número uno autonómico lanzó otra pulla al partido morado. Primero, por el peso de los hombres en la cúpula de la formación y en las candidaturas autonómicas (sólo dos de 13, por debajo de PSOE y PP) y por las declaraciones del número dos, Íñigo Errejón, publicadas este lunes en El País, en las que justifica la mayor presencia pública de los hombres en que Podemos ha adoptado un "perfil como retador, con una imagen como a la defensiva", un tipo de tono que ha podido ser entendido como "soberbia" y que produce una imagen "asociada a los valores masculinos". De ahí el subrayado de que él no será un "candidato macho y arrogante". 

También aludió al regalo que hizo Iglesias al rey Felipe VI en Bruselas, la semana pasada: la serie norteamericana Juego de tronos. García Montero comentó que puede ser un "matiz" dar plantón o no al monarca en una visita oficial –IU no acudió al acto en el Parlamento Europeo, sí Podemos–, aunque él se proclame republicano y quiera una república. "Lo que no es un matiz es confundir las cosas, y creer que la política es un juego de tronos en lugar de la construcción de un tejido al servicio de la vida democrática y cotidiana de los españoles". De nuevo, cosechó otro aplauso entusiasta de sus compañeros.

En el salón del Ritz estaban sentados desde dirigentes federales como Cayo Lara, José Antonio García Rubio y Willy Meyer a los jefes de Izquierda Abierta, el partido al que pertenece el candidato –Gaspar Llamazares, el candidato en Asturias; Montse Muñoz, número dos por Madrid; Tasio Oliver, Antonio Cortés–, y responsables regionales como Libertad Martínez, José Antonio Moreno (números cuatro y cinco de la lista), Raquel López, Rubén Bejarano, Pedro del Cura (alcalde de Rivas), Carlos Gutiérrez, Lidia Fernández o Julián Sánchez-Vizcaíno, o la eurodiputada Paloma López. También acudió la abogada Cristina Almeida, que apoya a García Montero y forma parte de su Consejo Cívico

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