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Crisis en la eurozona

Sánchez acusa a PP y Podemos de querer usar la crisis griega para obtener rédito electoral

Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa en Ferraz este 6 de julio de 2015.

El PSOE se halla, en la cuestión de la crisis griega, en una posición intermedia. Fuera de los "extremos", que atribuye al PP y a Podemos. Los dos que, a juicio de Pedro Sánchez, intentan "instrumentalizar" el sufrimiento de los helenos en su propio beneficio, para sacar tajada electoral, "que no se va a dar". 

El secretario general reunió este lunes al pleno de su ejecutiva federal para abordar, monográficamente, la situación política en Grecia tras el referéndum celebrado ayer, en el que el no a la propuesta de los acreedores venció con rotundidad, por más del 61% de los sufragios. Pero esa victoria de Alexis Tsipras, que había empeñado su continuidad en el Gobierno en el plebiscito, también tiene, obviamente, una lectura nacional, aparte de la lógica europea. 

Sánchez reprobó al presidente del Gobierno por llevar "ausente" del debate en la UE "mucho tiempo", y puso como ejemplo de que "España ni está ni se la espera" la reunión que esta noche celebran la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande. Pero tampoco apoya totalmente al primer ministro heleno y a Syriza, espejo de Podemos. "Siempre hemos criticado que, desde la derecha extrema y desde la izquierda extrema, haya partidos que hayan tratado de instrumentalizar en su beneficio el sufrimiento de los griegos. Es injusto con los griegos e irresponsable con los españoles", expresó. 

Más adelante, repreguntado por su posición, el líder socialista lo subrayó: "Podemos claramente utiliza la crisis en Grecia para obtener un rendimiento electoral que no se va a dar". Según la dirección, de la victoria de Tsipras no puede traducirse una ventaja competitiva para la formación de Pablo Iglesias. "Pongo en duda que muchos votantes de Podemos vean con admiración el corralito, el cierre de bancos. Creo hoonestamente que la crisis en Grecia debe servir para justo lo contrario, no llamar a más nacionalismo, sino a más europeísmo".

"Respeto" por el referéndum y el 'no' "inapelable"

Tampoco cree el secretario general que una eventual mejora de las condiciones a Atenas pueda beneficiar el discurso de la formación morada, en la medida en que demuestre que es útil una posición más exigente. Para empezar, refuta la idea de la "firmeza" del primer ministro. El cambio de Syriza, dijo, pasa "por una coalición con la extrema derecha" de Griegos Independientes, por una "amnistía fiscal" y por un Ejecutivo "que no es ni paritario". "Ese no es el cambio que proponemos nosotros", que combina, señaló, tanto estabilidad presupuestaria como gasto social.

Sánchez reiteró las vigas maestras del discurso socialista respecto a Grecia, ya asentadas desde antes de las elecciones de enero, las que ganó Tsipras, y reiteradas en los últimos días. Primero mostró su "respeto" a la votación "inapelable" del referéndum de este domingo –que ni él ni la dirección critican– y trasladó el "profundo cariño" y "apoyo" de su ejecutiva a un pueblo que está padeciendo los "errores" de la Unión Europea y del Ejecutivo de Syriza. Es decir, equidistancia.

El PSOE reclama a la UE "solidaridad" con Atenas. Eso se traduce en que el BCE garantice la "liquidez del sistema financiero", que la Comisión Europea promueva inversiones públicas en el país (y en todos aquellos Estados que, como España, sufren un altísimo porcentaje de paro) o que haya una mayor unión política, fiscal o bancaria. Los socialistas son partidarios, asimismo, de la mutualización de la deuda pública. O sea, de la creación de los eurobonos. No son partidarios, en sentido estricto, de la reestructuración de la deuda, sino de la "posibilidad de refinanciación" de la misma. Ello supondría, por ejemplo, posponer el pago de los intereses de la deuda, como ya planteó el FMI. 

Pero también puso deberes al Gobierno heleno. "Responsabilidad" con los socios europeos, lo llamó, porque la situación en los últimos meses y días "no ha hecho más que empeorar". El Ejecutivo de Tsipras, señaló, tiene que afrontar la "modernización" de su estructura económica e institucional y acometer las reformas necesarias para "crecer, crear empleo" y procurar "bienestar social". No puede "desentenderse del futuro de sus ciudadanos" y ha de "abandonar la estrategia de la confrontación, respetar las reglas del proyecto europeo", garantizar la estabilidad política y económica". Europa, por su parte, debe declarar "con rotundidad" que no permitirá la salida del euro de Grecia, que la moneda única es "irreversible". Ha de garantizar "toda la ayuda que sea necesaria y más para que no haya nadie que sufra las consecuencias de esta crisis" y, en contrapartida, Atenas ha de atenerse a las reglas europeas y aceptar la cesión de soberanía. 

Sánchez insistió en que la salida debe ser "más Europa y otra Europa", de modo que se dé portazo a la "lógica de acreedores y deudores" y se sustituya por una "negociación leal" entre socios que comparten proyecto, al tiempo que se camine hacia una profundización de la construcción europea. Y aunque rechazó comparaciones entre España y Grecia, sí subrayó que lo que ocurra en Atenas afecta "y mucho" a nuestro país, como se ha visto en la caída de las bolsas o en la subida de las primas de riesgo. 

Por la tarde, la dirección federal informó de que Sánchez estará en Bruselas mañana martes en la reunión de líderes socialistas y socialdemócratas de la zona euro que se ha convocado de urgencia para analizar las consecuencias del plebiscito heleno y coordinar la respuesta de la UE. Asitirán François Hollande (Francia), Matteo Renzi (Italia), Sigmar Gabriel (Alemania), Werner Faymann (Austria), Sergei Stanishev y Achim Post (Partido de los Socialistas Europeos), entre otros.

Además, Sánchez mantendrá una "intensa agenda de reuniones con líderes e instituciones comunitarias". En todas estas citas, defenderá la posición del PSOE reiterada este lunes y avanzada en enero.

Defensa de Gómez Besteiro

El secretario general fue asimismo preguntado durante la rueda de prensa por la imputación del líder de los socialistas gallegos y vocal de la ejecutiva federal, José Ramón Gómez Besteiro, por posibles delitos de cohecho, tráfico de influencias y prevaricación en el caso de O Garañón. Sánchez fue muy escueto en las respuestas. Aseguró simplemente que aplicará el código ético de su partido, que fija la asunción de responsabilidades en la apertura de juicio oral, y no antes

El umbral choca con lo sucedido con los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán y con los exconsejeros Gaspar Zarrías y José Antonio Viera, todos ellos imputados por el caso de los ERE. Los tres primeros dejaron sus escaños y el último lo mantiene pero se ha dado de baja como militante. A todos se les había advertido de que se les reclamaría sus actas en caso de que se les acusara formalmente de algún delito. Y así fue. Griñán, no obstante, ya había abandonado su puesto como senador. 

Da "igual" la convocatoria de elecciones

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El líder recordó que el código ético permite actuar "de una u otra manera" en función de la "gravedad" de los casos. No es que haya "diferente vara de medir", replicó, sino distintas situaciones contempladas en el documento. En efecto, este permite a la dirección actuar antes de la apertura de juicio oral en determinadas circunstancias. Así ocurrió también cuando se expulsó por la vía rápida a los titulares de las tarjetas black de Caja Madrid. Sánchez enfatizó que el PSOE y él mismo "siempre" han sido "contundentes" en los casos de corrupción y lo van a "seguir" siendo

Por último, Sánchez se refirió a la fecha de las generales, con la que Rajoy sigue jugueteando. Ayer mismo, el presidente no descartó que las llevara a diciembre para que las Cortes puedan aprobar los Presupuestos de 2016. El secretario general insistió en que le da "igual" cuándo convoque los comicios el jefe del Ejecutivo, e incluso si llega a sancionar las cuentas del próximo año, porque su vaticinio es que los perderá y ganará el PSOE y él como candidato. Y entonces, si eso ocurre, tendrá "autonomía" y "legitimidad" para "reescribir los Presupuestos", que hará más "sociales", para "crear empleo y propiciar una recuperación económica justa". 

Sobre el congreso extraordinario del PSM, que enfrenta a la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández –la favorita e impulsada por Ferraz– y el diputado autonómico Juan Segovia, no quiso entrar. Confió en lo que decidan los militantes en urna el 26 de julio –si ambos consiguen los avales, y se sabrá el día 10– y alabó el camino hecho, ya que la federación es ahora "un partido más fuerte", y con más poder institucional, ya que tiene más alcaldes y gobierna sobre tres millones de ciudadanos –entre ellos, Fuenlabrada, Getafe, Móstoles, Leganés o Alcalá de Henares– y aún podría dirigir la Comunidad de no haber sido por el voto de Ciudadanos a favor de la investidura de Cristina Cifuentes. "Gane quien gane [el congreso], le desearé suerte", espetó. 

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