Pobreza energética

Así son los hogares españoles que sufren pobreza energética

La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) presentó este jueves su tercer informe sobre pobreza, vulnerabilidad y desigualdad energética [consultar el documento aquí], en el que realiza un análisis detallado de los elementos, controversias y enfoques sobre la pobreza energética en España a lo largo del año 2014.

El documento destaca que el 21% de los hogares españoles se encontraban entonces en riesgo de pobreza energética, es decir, un total de 12,1 millones de personas padecían las consecuencias que esta situación conlleva. Se trata, según la organización, de "una realidad que afecta a una proporción significativa de hogares que residen en España", y que "probablemente está creciendo en el país".

A la hora de elaborar el estudio, la asociación ha empleado diversos indicadores que van desde los gastos en energía doméstica hasta el enfoque de ingreso mínimo aceptable. Para este análisis, se han consideradon como pobreza energética aquellas situaciones en las que los hogares dedican más del 10% de sus ingresos al pago de energía doméstica. Estas son las características de los hogares que más directamente sufren las secuelas de la pobreza energética:

1. Nivel educativo

El informe constata cómo un menor nivel educativo es indicativo también de mayor pobreza energética. El 31% de las personas que no saben leer ni escribir se sitúan como hogares que sufren las consecuencias de la pobreza, frente al 4% de los que cuentan con un doctorado, el 5% de los que han cursado un máster y el 7% de personas que tienen una licenciatura.

2. Situación laboral

La situación laboral de las personas que conforman los hogares españoles es asimismo un factor de vulnerabilidad. Existen tres circunstancias que propician el riesgo de sufrir pobreza energética, y son el desempleo (el 39% de los desempleados la padece), los subsidios de desempleo (44%) y otras prestaciones (50%).

Por otro lado, y según la actividad de la persona principal, el 24% de los parados sufre una temperatura inadecuada en su hogar, el 21% de los mismos reconoce un retraso a la hora de pagar las facturas, y el 22% sufre goteras, humedades y podredumbre.

El tipo de contrato laboral es también un elemento revelador. El 22% de las personas que tienen un contrato temporal padecen pobreza energética, frente al 10% de aquellas que cuentan con un contrato indefinido.

3. Estado civil

En cuanto al estado civil, el estudio muestra un mayor riesgo de padecer pobreza en el caso de las personas viudas, de modo que un 23% de ellas la sufre. Por otro lado, el 19% de las personas separadas y divorciadas también se encuentra en esta situación de precariedad. Frente a ellas, sólo el 13% de los matrimonios y de las personas solteras sufren pobreza energética.

El tipo de hogar también es señalado como indicador. En este caso, el 28% de los hogares formados por un adulto con al menos un niño dependiente se encuentran en una situación de vulnerabilidad, seguido por el 26% de los que están compuestos por una mujer de 65 años o más. Ambos casos son señalados por ACA como las dos situaciones más propensas a caer en pobreza energética.

Además, el estudio añade que el 11% de los hogares que cuentan con un menor de 18 años asume problemas como una temperatura inadecuada, el 12% admite un retraso en el pago de sus facturas, y el 18% sufre goteras, humedades y podredumbre.

4. País de nacimiento

El 21% de las personas que han nacido en un país extranjero europeo sufre pobreza energética, frente al 19% de los nacidos en otro país del resto del mundo. Por su parte, el 15% de españoles padecen los riesgos derivados de una situación de pobreza, y el 18% de quienes han nacido en algún país miembro de la UE se encuentra en esta situación.

5. Tipo de vivienda

En relación a las condiciones de los hogares, las viviendas en régimen de alquiler, y en especial aquellas con rentas más bajas, muestran tasas mayores de pobreza energética que las viviendas en propiedad. En concreto, el 20% de los domicilios co nun arrendamiento reducido cae en la pobreza energética.

6. Salud

Las condiciones de salud declaradas muestran también una tendencia clara. El subgrupo de hogares con alguna persona que tiene mala salud o una enfermedad crónica, tiene también una mayor incidencia en aspectos como la ausencia de confort térmico, el retraso en las facturas y la aparición de goteras o humedades.

Concretamente, el 18% de las viviendas con alguna persona de salud delicada soporta temperaturas inadecuadas, el 10% un retraso en el pago de sus facturas, y el 24% goteras, humedades y podredumbre. Junto a éstas, también cobra importancia el hecho de que el 14% de los hogares con un enfermo crónico padece temperaturas inadecuadas, el 9% un retraso en el pago de sus facturas, y el 20% problemas estructurales como goteras, humedades y podredumbre. La asociación destaca la peligrosidad de esta situación, y señala a los hogares de este tipo como prioritarios desde el punto de vista de las soluciones.

7. Zona rural o urbana

Finalmente, el documento también estudia las consecuencias de vivir en zonas rurales y urbanas. Señala, de este modo, una mayor incidencia en territorios rurales o escasamente poblados, "quizá relacionadas con la tipología de viviendas", añade la asociación. Sin embargo, continúa, los resultados varían en función de la metodología empleada, de modo que no existe una tendencia clara. A este respecto "puede recordarse que la problemática de la pobreza energética también incide en los ámbitos rurales, por cuya tipología de vivienda y características demográficas tendría que ser abordado de forma diferente a las áreas urbanas y periurbanas", recomienda.

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