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Elecciones 26-J

Los expertos predicen una ligera caída de la participación que beneficiará a PP y Podemos

Los expertos predicen una ligera caída de la participación que beneficiará a PP y Unidos Podemos

Ibon Uría

A menos de una semana para las elecciones y con la campaña ya encarando su recta final, los candidatos intentan movilizar a sus bases para arañar alguno de los escaños que podrían cambiar de manos con respecto al 20-D. La apelación a acudir a las urnas es uno de los elementos comunes en todos los discursos, pero los expertos creen más probable que la participación caiga ligeramente, y que ello beneficie a PP y Unidos Podemos.

De entre los residentes en España, el porcentaje de participación fue en diciembre del 73,2% –punto y medio más que en 2011 y medio punto menos que en 2008–. Si se incorporan los datos del censo exterior, la cifra final es que en las generales del 20-D votaron 25.438.532 de los 36.510.952 ciudadanos llamados a las urnas, el 69,7% del total. Entre los casi 1,9 millones de españoles ausentes la participación no alcanzó el 5%.

Ahora, según los expertos, todo apunta a que la participación podría caer ligeramente. Si se observa la encuesta preelectoral del CIS, por ejemplo, el porcentaje de electores que afirman que irán a votar con toda probabilidad ha pasado del 75,3% de diciembre al 71% registrado ahora. Al mismo tiempo, han pasado del 10,3% al 13,3% los electores que dicen que no irán a votar o que "probablemente" no lo harán.

Cansacio entre los votantes

Para Jordi Muñoz, doctor en Ciencia Política por la Universidad Pompeu Fabra, existe cierto "efecto de fatiga" entre los votantes por la repetición de los comicios. También lo cree así Gema Sánchez-Medero, doctora en la misma disciplina por la Universidad Complutense de Madrid: "Hay mucha gente cansada por las nuevas elecciones y por la falta de acuerdos. Podemos hablar de desafección e incluso de hartazgo", señala.

Pau Marí-Klose, doctor en Sociología y profesor en la Universidad de Zaragoza, coincide en que puede haber "cierto cansancio" entre los electores, aunque afirma que no está "del todo convencido" de que haya un cambio significativo con respecto a diciembre. Entre otras cuestiones, argumenta que las encuestas señalan que los ciudadanos tienen un "alto interés" por la política y que los medios siguen la campaña con atención.

Entre los factores que podrían reforzar la tendencia a la baja, menciona la coincidencia de la convocatoria con el inicio del verano –aunque el incremento "espectacular" de las peticiones de voto por correo, advierte, apunta que quienes tiene previsto estar de vacaciones siguen interesados en votar–. Con todo, Marí-Klose, como el resto de analistas, ve "muy probable" que la participación se recorte "ligeramente".

También coinciden los expertos al señalar que durante la campaña electoral no se ha producido ningún acontecimiento clave que pueda movilizar a los votantes. "No ha habido grandes cambios ni grandes elementos movilizadores. El debate no parece que vaya a ser decisivo, ni tampoco ningún otro episodio contundente", explica Marí-Klose, que recuerda que las encuestas se muestran "bastante planas" en las últimas semanas.

PP y Unidos Podemos, beneficiados

Ese escenario de participación a la baja, opina Sánchez-Medero, beneficia en principio a PP y Unidos Podemos. "El votante de Podemos es el más movilizado, y después está el del PP", explica. Ciudadanos y PSOE, en cambio, parten de una posición más complicada y se han mostrado "desdibujados" en campaña, considera. "El PSOE va a remolque de Podemos en estas semanas. Podemos lleva la iniciativa incluso en su campaña", apunta.

Marí-Klose coincide en que la coalición entre Podemos e Izquierda Unida es el "elemento más significativo" en cuanto a cambios desde el 20-D y que los datos "parecen sugerir" que esa fórmula ha "generado cierto entusiasmo", lo que puede movilizar a sus bases. "Se especuló con que la coalición podría perder el apoyo de qienes en diciembre fueron votantes de IU, pero eso no parece estar sucediendo. Y aunque hay mucha variabilidad, Podemos parece repuntar algo estos días".

"El PSOE, en cambio, –prosigue– tiene más indecisos entre sus votantes del 20-D, lo que significa un mayor riesgo de perder votos, aunque también una mayor potencialidad de subir". Por ejemplo, según el estudio postelectoral del CIS de las generales de 2015, la mayor parte de los electores que entonces no pudieron acudir a votar se habría decantado por Pedro Sánchez si finalmente lo hubiera hecho: un 27,5% habría apoyado a los socialistas, un 24,2% al PP, un 15,4% a Podemos o IU y un 7,8% a Ciudadanos.

Muñoz, por último, también advierte "problemas" en el actual escenario para PSOE y Ciudadanos en lo que se refiere a "fidelizar a sus votantes", mientras que PP y Unidos Podemos son "los principales beneficiados de la tensión" de estas semanas y están logrando "concentrar el voto en torno a ellos", según explica. "A los dos les interesa esa polarización, y la idea de que PP y Podemos se acercan en intención de voto, porque moviliza a las bases de ambos partidos", añade.

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¿Y qué puede pasar en los últimos días de campaña? Muñoz señala que "la percepción de incertidumbre en torno al resultado" podría reforzar las tendencias ya existentes y movilizar a los votantes más escorados a la izquierda o la derecha. "Cuanto más venda Unidos Podemos la idea de que se está acercando al PP, más puede aumentar la participación de sus bases", indica, una tensión que "también beneficiaría al PP, aunque ellos no lo digan expresamente".

"En el horizonte no se adivina la posibilidad de ningún hecho trascendente que cambie mucho las cosas", dice por su parte Marí-Klose, de modo que los resultados, en principio "cambiarán poquísimo" no sólo con respeto a los sondeos de semanas atrás, sino incluso en relación con los resultados de diciembre, "salvo que se acercarán las izquierdas a la mayoría absoluta y eso situará la presión para formar Gobierno, que tras el 20-D estaba más repartida, sobre el PSOE".

Sánchez-Medero, por último, afirma que "salvo que ocurra un gran error de última hora" o "aparezca un escándalo" que afecte a alguno de los partidos y candidato, ningún otro factor puede incidir demasiado en la participación. "La gente, más o menos, tiene ya muy decidido si ir a votar o no y qué votar. Todos los partidos están ya centrados en evitar errores en los últimos días que puedan desmovilizar a sus bases o enfadar a sus rivales, así que ya es muy complicado que nada cambie", concluye.

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