Los 'Ohio españoles'
Zaragoza es la provincia que más se acerca al resultado de los grandes partidos en las generales
Hay un hecho que convierte en peculiar el comportamiento electoral de los aragoneses. Los votantes de Zaragoza, Huesca y Teruel son los únicos de las 52 provincias que hay en toda España –incluyendo Ceuta y Melilla– que en las trece elecciones generales que se han celebrado en España desde la Transición han calcado el resultado electoral obtenido por los principales partidos en el conjunto de España.
Es decir, que quien ha ganado en Aragón ha acabado mandando en España y que quien ha quedado segundo en esta comunidad... también lo ha hecho en el cómputo estatal. En las dos últimas elecciones el fenómeno se ha expandido incluso a las cuatro principales fuerzas reproduciendo el reparto entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, tal y como ha podido comprobar infoLibre rastreando resultados electorales de las trece elecciones legislativas que ha habido entre 1977 y 2016.
Aunque salvando las distancias, este fenómeno ha llevado a algunos politólogos a comparar Aragón con Ohio, el Estado norteamericano que lleva pronosticando quién será el ocupante de la Casa Blanca desde 1964. La realidad es que los niveles de renta, educación y desarrollo de esta región, así como el hecho de no ser una comunidad ni demasiado rural ni demasiado urbanita hacen que Aragón pueda ofrecer una buena fotografía a pequeña escala de la heterogénea realidad del país.
De hecho, los autores del libro Aragón es nuestro Ohio [Malpaso] –en el que se utiliza esta anécdota para hacer una radiografía del voto de los españoles– definen a Aragón como "un microcosmos del universo nacional". Y no sólo por sus resultados electorales, sino porque su parlamento regional también es un reflejo de la pluralidad en el plano ideológico y territorial. Eso ocurre porque en la cámara aragonesa se combina la presencia de partidos de ámbito estatal, con dos formaciones que hacen bandera del eje territorial: Chunta Aragonesista, nacionalista de izquierdas; y Partido Aragonés, regional de centro-derecha.
Además, sus tres circunscripciones electorales combinan una más grande y urbana –donde terceras fuerzas pueden entrar en el reparto de escaños– con otras dos más pequeñas y rurales en las que, hasta ahora, sólo obtenían representación las dos primeras (UCD en 1977 y 1977 y, a partir de entonces, PP y PSOE). De hecho, las del pasado 20-D fueron las primeras elecciones desde la Transición en las que la candidatura que se quedó en tercer lugar en Huesca –en este caso, la coalición formada por Podemos y Equo– obtuvo representación parlamentaria. Ese resultado se repitió el pasado 26-J. Ningún partido que haya quedado tercero por Teruel ha tenido nunca asiento en el Congreso.
Zaragoza, la que más se acerca
Además, dentro de las tres provincias aragonesas, los votantes de Zaragoza (950.000 habitantes) son los que, desde la Transición, más se han acercado en sus preferencias electorales al resultado que los principales partidos han tenido en el conjunto de España en las trece elecciones generales celebradas entre 1977 y 2016. Y, en algunos casos, incluso con porcentajes de voto muy similares a los obtenidos por estas fuerzas en el cómputo global.
Así ocurrió, por ejemplo, en 1986, en unas elecciones que estuvieron marcadas por el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN y en las que Felipe González arriesgó su liderazgo apostando por el 'sí'. Los socialistas se hicieron entonces con el 44,06% de los votos del conjunto del país, un porcentaje que en la provincia de Zaragoza fue del 43,59%, sólo 0,47 puntos por debajo. El respaldo a la Alianza Popular también estuvo en Zaragoza apenas ocho décimas por debajo del del conjunto del país.
Y también en las de 2011, cuando el porcentaje de voto obtenido por PP y PSOE en Zaragoza apenas se desvió 3,4 puntos respecto a la marca de ambas fuerzas en el cómputo estatal. Incluso en las legislativas del pasado 20 de diciembre de 2015 y del más reciente 26 de junio, los zaragozanos prácticamente calcaron el porcentaje de apoyoscalcaron que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos obtuvieron a nivel estatal.
El análisis de los datos evidencia también que Huesca es la provincia española que más se acercó al resultado estatal en las legislativas celebradas entre 1982 y 1911, unas citas electorales en las que se consagró un sistema bipartidista con una pequeña opción a la izquierda del PSOE (IU). En las elecciones de 1982, por ejemplo, los votantes oscenses dieron a PP y PSOE, en porcentaje, un respaldo muy similar –0,6 puntos de desviación– respecto al que ambas fuerzas obtuvieron en el conjunto del país.
Pero también los votantes turolenses han mostrado en alguna ocasión su capacidad para representar a la España media en lo que a resultados electorales se refiere. Por ejemplo, en las elecciones de 2008, reprodujeron sin apenas distorsión el porcentaje de voto que socialistas (43,87%) y conservadores (36,46%) obtuvieron en el conjunto del país, así como la distancia de cuatro puntos entre ambos.
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Extremadura y Tenerife
Además de las aragonesas hay otras tres provincias que también son un buen reflejo de lo que ocurre en España en relación al cómputo electoral. Aunque, eso sí, no con el nivel de precisión de Aragón. Se trata de las extremeñas Cáceres y Badajoz, que han calcado el resultado de las dos fuerzas principales en las generales en todos los comicios legislativos desde 1977 salvo en los de 1996, cuando una ajustada victoria del PP a nivel nacional dio la presidencia del Gobierno a José María Aznar. Entonces, el PSOE sí resistió como primera fuerza en las dos provincias extremeñas quebrantando un fenómeno que se había mantenido desde la Transición.
También en Santa Cruz de Tenerife hay coincidencias en los resultados a nivel estatal de las dos primeras fuerzas, aunque en este caso en ocho de las trece elecciones generales celebradas desde la recuperación de la democracia. La peculiaridad de esta provincia es que en los comicios de 1986, 1989, 2000 y 2004 se colaron en el segundo lugar partidos nacionalistas canarios desbancando a una de las fuerzas del bipartidismo. Además, en 1996, también el PSOE resistió en la primera plaza.