XIII Congreso del PSC
La división interna obliga a Iceta a ampliar la ejecutiva y a ceder espacio a los partidarios de Parlon
El PSC celebró este fin de semana su XIII Congreso con diferentes frentes abiertos. Por un lado, sus relaciones con el PSOE, encalladas en el que probablemente sea el momento de mayor deterioro de su historia, que se remonta al año 1978. Por otro, las pugnas internas del partido. Y es que, pese a que Miquel Iceta ganó las primarias, lo hizo con un margen más bien estrecho respecto de su contrincante, Núria Parlon, quien ha presionado para que sus afines estuvieran entre los 49 miembros que conforman la nueva ejecutiva del PSC. La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y, tras el cónclave de este fin de semana, también responsable del área de Política Municipal y Formación (cargo que ella misma pidió después de las primarias), consiguió colocar a 18 de sus partidarios en la lista definitiva.
Pese a los mensajes de éxito y unidad lanzados por Miquel Iceta, lo cierto es que las negociaciones (que acabaron a las 5 de la madrugada del domingo, después de que Parlon se levantase de la mesa de negociación horas antes por discrepancias) fueron "tensas" y "poco pacíficas", según fuentes del PSC. "Fue duro. Hasta la madrugada no acabó todo porque el ganador de las primarias [Iceta] no se ponía de acuerdo con su gente. Da que pensar", aseguran. Las cesiones finalmente obtuvieron fruto: la nueva Ejecutiva fue aprobada por el 88% de los delegados del Congresoa.
49 son "multitud"
Para algunos socialistas catalanes no solo no es buena señal que la fumata blanca no haya salido hasta "las tantas" (esto no deja de ser una "tradición" en los congresos del PSC, justifican otros), sino que además no ven con buenos ojos que la nueva dirección esté compuesta de 49 miembros. “Históricamente las ejecutivas del PSC han tenido entre 30 y 40 miembros. Los 49 de ahora son una multitud. Esto muestra que Iceta ha tenido que ceder mucho para conseguir la aprobación de la nueva organización", explican. No hay que olvidar que la candidatura de Parlon aglutinó casi la mitad de los votos (45,86%) en las primarias del pasado 15 de octubre.
En todo caso, el líder de los socialistas catalanes se ha visto obligado a prestar atención a cuestiones como la paridad (la Ejecutiva de ahora está compuesta de 24 mujeres y 25 hombres) y las exigencias territoriales de diferentes mandatarios. "Creo que Iceta ha sido muy generoso", señalan otras fuentes. "Podía haber impuesto mucho más su poder y, sin embargo, ha cedido mucho espacio a Parlon. Tal vez ha sido una apuesta inteligente, un intento de trabar más el partido", añaden.
Sin embargo, las voces más disconformes dentro del PSC opinan que Iceta podría acabar siendo "prisionero" de aquellos a los que derrotó en las primarias. "Iceta tiene poca gente de confianza, pocos incondicionales, dentro de la nueva Ejecutiva. Está rodeado mayoritariamente de gente que podría montarle otras primarias de un día para otro", señalan quienes miran con recelo a los parlonistas.
Una Ejecutiva "de alcaldes"
Uno de los aspectos que más se han destacado de la nueva Ejecutiva del PSC es precisamente su mayor acento femenino y municipalista. Pero no es oro todo lo que reluce. Fuentes socialistas se quejan de que hay demasiados alcaldes (un total de ocho, del total de 49, dirigen ciudades catalanas). La mayoría de estos (L’Hospitalet, Sant Boi, Esplugues, Santa Coloma de Gramenet, Viladecans y Cornellà) están al frente de consistorios pertenecientes a la comarca barcelonesa del Baix Llobregat, bastión (al que pertenece Núria Parlon) con un gran peso dentro del PSC. Este dato es importante para entender la presencia que pasan a tener ahora quienes salieron derrotados en las primarias de hace tres semanas.
De hecho, con la nueva organización, cuatro de las siete personalidades fuertes del PSC son alcaldes: Miquel Iceta (primer secretario), Àngel Ros (presidente y alcalde de Lleida), Núria Marín (adjunta al primer secretario y alcaldesa de L’Hospitalet), Núria Parlon (Política Municipal y Formación y alcaldesa de Santa Coloma), Eva Granados (Política Institucional, Económica y Social), Salvador Illa (Organización) y Lluïsa Moret (Igualdad y alcaldesa de Sant Boi).
"En parte, la nueva dirección parece una coordinadora de alcaldes –critican miembros del PSC–. Cada alcalde tiene una especie de taifataifa, con su gente y se preocupa principalmente [y muchas veces de manera exclusiva] de su territorio". Todo esto mientras se intenta dar una imagen de "nueva política". Algunos, dentro del PSC, critican además las maneras de elegir la nueva Ejecutiva: "Se hizo con presiones y amenazas". Los parlonistas, se quejan, amenazaron con votar no a la directiva si Iceta no aceptaba sus peticiones.
Guiños al PSOE
Estas mismas fuentes confirman a infoLibre que, a lo largo de este XIII Congreso del PSC, se ha intentado eludir el debate sobre las relaciones con el PSOE. Más bien, ha habido un "silencio cómplice" con el objetivo de no complicar más la situación que ambas federaciones viven desde que el PSC votara no a la investidura de Rajoy y rompiera así la disciplina de voto del Comité Federal. "El PSC está a la espera de lo que haga el PSOE. Y si este es inteligente, dejará todo como hasta ahora", explican desde Nicaragua, la calle barcelonesa donde se encuentra la histórica sede del PSC.
Opinan que sin Cataluña, el PSOE no volverá a ganar nunca más en España. Y a su vez son conscientes de que, sin el PSOE, el PSC perdería un porcentaje clásico de votantes que se identifican con la etapa que va desde Felipe González a Rubalcaba. Además, sin el protocolo de relaciones que los une desde hace casi 40 años, el PSOE difícilmente hubiera sido la primera fuerza política en Cataluña entre los años 2003 y 2010. "Nosotros pensamos que Cataluña cabe en España de la misma manera que el PSC cabe en el PSOE". Ese es el mensaje que desde Barcelona lanzan a Madrid.
Los socialistas catalanes también niegan posibles alianzas pre-electorales con el partido de izquierdas que Ada Colau presentará en marzo, si bien matizan que el PSC está abierto a pactar con la alcaldesa de Barcelona, en cuyo ayuntamiento gobierna conjuntamente con los socialistas. Pero los socialistas catalanes negociarán con Colau después de las elecciones, nunca antes. "Nuestro objetivo es establecer acuerdos con otras fuerzas de izquierdas, como históricamente hemos hecho", insisten. Sin embargo, hay quienes encuentran que la presencia, a su juicio "excesiva", de los alcaldes en la Ejecutiva puede acabar por ser un palo entre las ruedas a la hora de negociar con Podemos o afines, ya que los regidores no estarán muy por la labor de cederle espacio a los nuevos.
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En este XIII Congreso de los socialistas catalanes (en el que reivindicaron su perfil federalista y catalanista, y en el que Iceta y Parlon pactaron, sin ambages, presionar a Ferraz para que reconozca a Cataluña como una nación) si ha habido alguna ausencia sonada ha sido, sin duda alguna, la de la gestora del PSOE. Inicialmente esta consideró la posibilidad de enviar al Palacio de Congresos de Barcelona, donde tuvo lugar el cónclave, a un dirigente de segundo nivel, puramente testimonial, pero acabó por no haber representación alguna de la actual cúpula socialista.
Sin embargo, sí arroparon a los catalanes las federaciones pedristaspedristas, es decir, aquellas afines a Pedro Sánchez, como la secretaria general del PSOE de Madrid además de alcaldesa de Getafe, Sara Hernández. Hernández reclamó este domingo la convocatoria "urgente" de primarias y un Congreso Federal que permita elegir una nueva dirección en el partido que marque la línea de oposición, que tiene que ser a su juicio "dura y férrea" contra el PP.
Al igual que Hernández, también estuvieron presentes la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia; la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y el secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca. Todos ellos han mostrado su apoyo a Pedro Sánchez, defenestrado tras mantenerse en su ya célebre "no es no" al líder del Partido Popular y pretender convocar unas primarias inmediatas y un congreso en diciembre para renovar la Secretaría General.