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Hacienda inspecciona los vínculos con paraísos fiscales de una petrolera en los dos últimos años que la presidió Cañete

El comisario Miguel Arias Cañete conversa con el ministro eslovaco de Medio Ambiente, Laszlo Solymos, este lunes en Bruselas.

La Agencia Tributaria abrió en julio de 2015 unas “actuaciones de comprobación” sobre las “relaciones financieras” de la petrolera Petrologis Canarias SL con dos empresas esenciales del entramado empresarial internacional de la familia Domecq-Cañete, la holandesa Havorad BV y la costarricense Corporación Bilares SA.

Siempre según la última memoria anual de Petrologis, la comprobación iniciada en julio de 2015 se centra solo en el impuesto de sociedades y afecta al periodo 2010 y 2013. Es decir, a los dos últimos años en que el exministro del PP y hoy eurocomisario de Energía y Cambio Climático, Miguel Arias Cañete, presidió la compañía (2010 y 2011) y a los dos ejercicios posteriores.

Havorad BV figura como accionista mayoritario de Petrologis. Corporación Bilares fue a su vez accionista único de Havorad BV. Tanto la compañía holandesa como la costarricense aparecen directamente vinculadas en el Registro de los Países Bajos a otra mercantil del paraíso fiscal de las Antillas Holandesas, Gold Lion Corp. NV. La conexión de Havorad -que igualmente es accionista de control de la otra petrolera familiar, Petrolífera Dúcar SL- con ese entramado offshore cuyas ramificaciones llegan también hasta Panamá fue desvelada por infoLibre en 2014.

Según el diario El País, en la declaración de actividades presentada tras las elecciones de noviembre de 2011, Cañete anotó que en esa fecha aún mantenía el cargo de presidente de Petrologis, del que dimitió de inmediato para incorporarse al Gobierno de Mariano Rajoy. El cese fue publicado el 1 de febrero de 2012 en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).

El préstamo que Hacienda no se cree

Tanto Havorad como Bilares jugaron un papel clave en un supuesto préstamo a otra empresa del grupo, esta creada en Panamá -Angelmo International Inc.- pero finalmente trasladada a España, y cuya concesión real no se cree Hacienda. Por un importe equivalente a 734.000 euros, ese préstamo fue otorgado en 1997. Entonces, Miguel Arias y su cuñado Miguel Domecq representaban oficialmente los intereses de la sucursal española de la panameña Angelmo. En el año 2000, la mercantil se disolvió en Panamá y se inscribió como española bajo una denominación muy parecida a la original: Angelmo Development SL.

Hasta tal punto no se cree la Agencia Tributaria la existencia del préstamo que en una década y en medio de un largo pleito le ha exigido a Angelmo casi un millón de euros por impuestos que considera impagados y que la compañía se habría ahorrado aplicando una fórmula que cabría resumir así: al contabilizar la devolución de ese préstamo en su capítulo de gastos, habría obtenido peores resultados anuales y eso necesariamente conduce a que se reduzca la cifra a pagar en concepto de impuestos. Las cuentas de Petrologis relativas a 2015 confirman que también la petrolera mantiene concedido a Angelmo otro préstamo. El saldo inicial ascendía a dos millones de euros.

Havorad, a la que Hacienda considera una simple “sociedad pantalla” y así figura en una de las sentencias de ese largo pleito, ha alcanzado máxima relevancia para la familia de Cañete. Un ejemplo: es a través de ella como la familia controla nada menos que un tercio de la subsidiaria panameña de Cepsa.

Las cuentas depositadas por Havorad BV en el registro holandés atestiguan que en 2013 participaba en 21 sociedades, la mayor parte de ellas españolas.

"Ni una sola acción"

En septiembre de 2014, poco antes de su nominación como miembro de la Comisión Europea, Cañete vendió las acciones que conservaba en Petrologis Canarias y en la segunda petrolera familiar, Petrolífera Dúcar SL: un 2,5% del total en cada caso.

Ni él mismo ni su mujer, Micaela Domecq, ni sus hijos tienen ya “una sola acción” en ninguna de esas dos sociedades, recalcó hace dos meses en declaraciones a este diario una portavoz de Cañete. Así lo afirmó cuando este diario le pidió su opinión sobre el hecho de que fuese Petrolífera Dúcar la encargada de llevar el fuel a la flotilla rusa que navegaba hacia Siria y tenía permiso para hacer escala en Ceuta. La escala fue finalmente suspendida tras las protestas de la OTAN.

Adelantada este lunes por El Confidencial, la actuación inspectora de Hacienda sobre Petrologis es presentada por la compañía como un episodio de escasa envergadura. Su memoria anual lo expone así: “El 23 de Julio de 2015 se ha iniciado (sic) unas actuaciones de comprobación con carácter parcial del impuesto sobre sociedades en relación a los ejercicios 2010 a 2013 y limitada a la comprobación de las relaciones financieras con Havorad BV y Corporación Bilares”.

A renglón seguido, el documento añade esto: “Las operaciones financieras con estas empresas han sido prácticamente nulas en el caso primero y nulas en el caso segundo, por lo que la compañía no estima la posibilidad de tener que realizar un ajuste como consecuencia de la comprobación que pueda ser significativo”.

La redacción de ese segundo párrafo obvia lo que esa misma memoria, relativa al ejercicio 2015, detalla en otro apartado: que Havorad BV sigue siendo, con el 48% de los títulos, el principal accionista de Petrologis Canarias SL. A día de hoy, no se sabe quién controla el 19% de la petrolera: la memoria se limita a anotar ese porcentaje junto al epígrafe “Otros”.

Los datos que ya en 2014, dos años antes de la publicación de los llamados Papeles de Panamá, aportaron las primeras pistas sobre el enrevesado ovillo mercantil de la saga jerezana constan en distintas sentencias de una larga serie, la del ya mencionado pleito con Hacienda. El nombre de Havorad aparece por primera vez en una resolución judicial de 2002.

La relación de los Domecq-Cañete con la estructura societaria creada en el Istmo con Havorad como protagonista último no consta en los Papeles de Panamá: porque los documentos difundidos bajo esa denominación por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ) provienen al completo de una filtración de documentos del bufete Mossack Fonseca. Y para crear la red empresarial panameña articulada en torno a Havorad BV -Angelmo, por ejemplo, pertenece a ella-, la familia recurrió a otro despacho de abogados.

De Fuenlabrada a Holanda y Costa Rica

La génesis de las múltiples reclamaciones de la Agencia Tributaria a Angelmo se remonta a julio de 1997. Fue en esa fecha cuando su sociedad precursora, la panameña Angelmo International Corp, constituyó la ya mencionada sucursal en España, a la que aportó una nave industrial de Fuenlabrada. La había comprado nueve años antes por 50 millones de pesetas (300.000 euros).

Al mismo tiempo, la sucursal española de Angelmo obtuvo un “préstamo” de 122,7 millones de pesetas (734.000 euros) para que, supuestamente, reformara la nave, algo que Hacienda sostiene que nunca ocurrió. Las últimas sentencias disponibles constatan que el acreedor de Angelmo terminó siendo la holandesa Havorad BV.

Pero, originariamente, en ese papel figuraba otra pieza del andamiaje fiduciario: la costarricense Corporación Bilares SA. En realidad, las fichas se han movido de posición pero sin abandonar nunca el tablero de los mismos accionistas: la familia Domecq-Cañete.

Porque resulta que Corporación Bilares SA, oficialmente ya disuelta en San José de Costa Rica, era la accionista única de Gold Lion Corp. NV, una compañía del paraíso fiscal de las Antillas Holandesas. Y Gold Lion Corp. NV ejerció entre mayo de 1989 y el 23 de diciembre de 2003 como accionista única de la holandesa Havorad BV.

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Aunque todo apunta a que es la familia Domecq-Cañete la propietaria de Gold Lion Corp. NV, no hay forma de saberlo a ciencia cierta: el registro antillano, como de hecho ocurre en la mayoría de los paraísos fiscales, impide conocer quiénes son los beneficiarios reales de una sociedad.

En mayo de este año, infoLibre sí tuvo acceso en cambio a documentos oficiales que acreditan cómo en el registro costarricense quedó archivado el nombre de los dos principales directivos de Corporación Bilares, ambos empresarios mexicanos íntimamente ligados a la marca Domecq. Uno de ellos es hijo de de una de las dos figuras clave que catapultaron la marca Domecq en el país azteca en los años cincuenta del siglo pasado, Antonio Ariza Cabanillas. El otro es el dueño de una importante y controvertida constructora mexicana, Gutsa.

 

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