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El discurso del PP le enfrenta a sectores clave del electorado

Mariano Rajoy atiende a la prensa en Bruselas.

El Partido Popular se ha metido esta semana en algunos charcos de los que le va a ser difícil salir. Y, como consecuencia de ello, ha irrumpido de lleno en debates muy delicados si se tiene en cuenta que, o bien ha trasladado mensajes que van contra sectores del electorado que se les supone fieles, o bien contra colectivos cuyo apoyo se plantean como prioritario.

Estos patinazos, que van desde la reacción de destacados cargos conservadores a las manifestaciones de los pensionistas hasta el duro argumentario lanzado contra la huelga feminista del 8M, coinciden en un momento en el que el Partido Popular y Ciudadanos pugnan por erigirse en máximos defensores de las banderas electorales del centro derecha. Hasta hace poco, los conservadores no tenían un rival potente en su espectro ideológico.

Uno de los momentos más delicados para el PP se vivió este jueves, cuando miles de jubilados salían a las calles de toda España ante el "saqueo" del sistema. Su protagonista fue el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando. El parlamentario dijo respetar el derecho de los pensionistas a manifestarse, pero sostuvo que el balance de este colectivo desde que gobierna Mariano Rajoy "puede considerarse positivo si se compara con otros sectores".

Un caladero de votos del PP

"Desde los últimos cinco años los pensionistas han ganado algo de poder adquisitivo", sostuvo al tiempo que destacaba que según todos los informes internacionales, "es el sector en España que gracias a su modelo de protección social ha sido el que menos se ha visto acosado por la crisis económica".

Las palabras de Hernando sorprendieron a algunos de sus compañeros, algo lógico si se tiene en cuenta que los conservadores tienen en los mayores de 65 años un caladero muy importante de votos.

Este viernes, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, esquivó la polémica sin responder de forma directa sobre si al Ejecutivo le preocupan las multitudinarias manifestaciones de pensionistas. Se decantó por señalar que "el derecho a manifestarse es un derecho constitucional" y por subrayar que las pensiones son "una prioridad" "una prioridad" para el GobiernoNo se movió de estos argumentos.

"Aleja a las mujeres del PP"

Tampoco pasó inadvertido el duro argumentario con la postura oficial de Génova sobre la huelga feminista del 8M que se remitió a los cargos conservadores. Algo que, a ojos de algunas de las fuentes consultadas dentro del propio partido, "aleja a las mujeres del PP". 

En el documento, el partido de Rajoy se opone a la huelga feminista del 8M por "elitista", "insolidaria" y apostar "por el enfrentamiento entre mujeres y hombres". Además, asegura que la convocatoria pretende "romper nuestro modelo de sociedad occidental" y considera "una frivolidad e irresponsabilidad trasladar a una huelga general la violencia de género, tras el acuerdo mayoritario de fuerzas políticas, administraciones públicas y asociaciones de mujeres en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, alcanzado hace unos meses". 

También polémicas han sido las declaraciones de la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, afirmando que ella celebraría el 8M con una 'huelga a la japonesa', "trabajando más horas" para demostrar "la capacidad que tienen las mujeres" en España.

Con argumentos similares, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, aseguró que hará huelga "a la japonesa" el 8 de marzo "para avanzar en la igualdad".

El 'lío' de los Presupuestos

En lo que tiene que ver con los Presupuestos Generales del Estado para 2018 –en la actualidad están prorrogados los de 2017– el Gobierno ha sostenido en los últimos meses una cosa y la contraria, movido, en parte, porque Cs y PNV, sus principales apoyos para sacar a la luz las cuentas públicas en vigor, se han desmarcado.

El partido naranja sostiene que no entregarán a Rajoy el apoyo de sus 32 diputados mientras la senadora Pilar Barreiro siga en su escaño. Barreiro está investigada en el marco de la operación Púnicaoperación Púnica. Y los nacionalistas vascos no quieren ni oir hablar de los Presupuestos mientras el artículo 155 de la Constitución siga vigente en Cataluña.

En este contexto, el PP ha variado su posición respecto a esta materia. Esta misma semana se han vertido versiones contradictorias.

El Gobierno siembra dudas

Primero se dijo que los iban a presentar en el Congreso independientemente de que no hubiese apoyos porque contienen elementos muy positivos para los españoles. Después se afirmó que no irían a las Cortes hasta que Rajoy se garantizase los apoyos. Luego el PP, en plena terapia tras el fracaso en Cataluña y el éxito de Cs, se comprometió a liderar la iniciativa política presentando leyes aunque no le saliesen las cuentas...

¿En qué punto estamos ahora? Sigue reinando la confusión. El miércoles, en la sesión de control al Gobierno, Rajoy sostuvo que su intención era presentarlos a tiempo. Un día después, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, puso fecha: se aprobarían en el Consejo de Ministros en la última reunión antes de semana santa. Y de ahí, al Congreso. Pero este mismo viernes, fuentes del Ejecutivo consultadas por este diario ponían en duda que esto vaya a ocurrir si antes Rajoy no tiene el respaldo necesario.

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Mientras, los partidos de la oposición critican al Gobierno por poner sobre la mesa la posibilidad de saltarse la "obligación constitucional", dicen, de presentar los Presupuestos. 

La confusión generada respecto a la intención del Gobierno de presentar o no los Presupuestos Generales del Estado complica también las promesas de equiparación de sueldos de policías y guardias civiles, una bandera con la que se ha hecho Ciudadanos.

También dentro del partido hablan de "improvisación" y "exposición innecesaria" a la hora de lanzar la promesa de que el castellano tendrá más presencia en las aulas catalanas. El Gobierno ha dejado claro que no tiene todavía la fórmula y ahora señala que no hay que hacerlo de forma acelerada. Aseguran que no se trató de un "globo sonda" y que tienen voluntad de tomar alguna medida. Pero el margen de maniobra es muy reducido y no explican en qué medidas están pensando.

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