Crisis del coronavirus
Los perfiles moderados de Almeida y Pastor se imponen en el PP a la dureza de Álvarez de Toledo y Ayuso en la crisis
A menos de 15 días para que se cumplan cuatro meses desde que se decretó el primer estado de alarma, los partidos toman posiciones para lo que está por venir. A mediados de julio se votarán en el Congreso de los DiputadosCongreso de los Diputados las conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción económica y social puesta en marcha para buscar acuerdos que permitan gestionar la crisis post covid-19 y, a día de hoy, el consenso parece lejos. Después será el turno de negociar del proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Y la posibilidad de un gran acuerdo no pinta mejor que en el caso de la comisión para la reconstrucción.
Con independencia de la posición que a nivel global ha adoptado el PP –se resiste a llegar a acuerdos en materia de Sanidad y políticas europeas, cuando todo parecía encaminado y plantea los Presupuestos como una línea roja–, la crisis del covid-19 no ha sentado a todos los dirigentes conservadores por igual. Hay perfiles que han crecido con la gestión que han hecho de esta crisis en el ejercicio de sus competencias, bien al frente de las instituciones o en la oposición, y otros que se han desgastado o cuyas estrategias se les han vuelto en contra.
infoLibre hace un repaso de los protagonistas de ambos bloques internos.
Ganadores
Uno de los nombres que más suena puertas adentro del Partido Popular en las últimas semanas como el de una de las dirigentes que más protagonismo ha acaparado es el de la exministra de Sanidad Ana Pastor. Pablo Casado depositó sobre la vicepresidenta del Congreso de los Diputados el grueso del peso de las negociaciones para la comisión de reconstrucción que se ha reunido en la Cámara Baja. Y aunque a día de hoy no pueda decirse que haya dado sus frutos y que el PP haya logrado que sus apuestas se hagan realidad, en la formación no tiran la toalla y confían en que a mediados de julio, cuando el Pleno debata sobre las conclusiones de esta comisión, pueda hablarse de acuerdo, aunque sea de "mínimos", por lo menos en materia sanitaria, donde abogan por un pacto de Estado, el llamado pacto Cajalpacto Cajal.
En el partido interpretan que Casado optó por dar protagonismo a la exministra Pastor en un momento en el que la formación conservadora necesitaba trasladar una imagen de capacidad de gestión. De experiencia. También, para intentar vencer la resistencia de quienes pensaban que en un momento tan delicado como el perfil de la actual la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, no era el más adecuado para liderar unas negociaciones conducentes a sentar las bases para una serie de pactos con el Gobierno.
Tras semanas de incomunicación entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, Pastor sí ha mantenido en los últimos días varios contactos con el Grupo Parlamentario Socialista y con miembros del Gobierno en el contexto de los pactos para la reconstrucción. Pese a que en las votaciones de este viernes no ha habido sintonía, en el PP confían en seguir negociando y llegar a acuerdos antes de que los documentos sean debatidos en el Pleno. Para ese momento ya habrán transcurrido las elecciones autonómicas gallegas y vascas.
Otro de los nombres que en el PP ubican en el lado de quienes han sobrevivido a la crisis sin sobresaltos es precisamente el protagonista de las elecciones gallegas. Alberto Núñez Feijóo, presidente de los conservadores gallegos, encadenaría su cuarta victoria consecutiva si se mantiene el respaldo en las urnas. Casi todas las encuestas le adjudican otra mayoría absoluta y, si esto ocurre, según las fuentes consultadas, es en parte por la gestión que ha hecho de la crisis del covid-19. Dentro de esta gestión, citan sus apelaciones al consenso y al entendimiento con el Gobierno central.
"Agradezco la colaboración y el diálogo que ha habido en la mayoría de los momentos, y reconozco el esfuerzo del Gobierno central, con aciertos y con errores, con acuerdos y diferencias", escribió en su perfil de la red social Twitter el 14 de junio, en la última conferencia de presidentes.
El alcalde de Madrid es otro de los nombres que salen a relucir cuando se buscan dirigentes conservadores que hayan marcado perfil propio en este periodo. José Luis Martínez-Almeida, que gobierna en coalición con Ciudadanos, y que fue elegido regidor con el apoyo de la extrema derecha de Vox, se ha distanciado de la línea más dura del partido y desde el comienzo de la crisis ha impulsado los pactos con todas las fuerzas políticas. El resultado han sido los llamados Pactos de la Villa, 352 medidas aprobadas por la totalidad de las fuerzas políticas con presencia en el Pleno municipal. Como a su compañera de tándem electoral en la Comunidad de Madrid, las encuestas le ubican mucho mejor que hace un año. Crece a costa de Cs y de Vox. Pero les seguiría necesitando para hacerse con el bastón de mando del consistorio.
Perdedores
En la dirección nacional del PP defienden que Pablo Casado ha actuado con lealtad y sentido de Estado. Y que el Gobierno le ha tenido al lado cuando era necesario prorrogar los estados de alarma. Pero que, una vez que Pedro Sánchez había tenido en su mano buscar alternativas a esta herramienta, el PP no podía corresponsabilizarse de las decisiones tomadas por el Ejecutivo central. Así, el PP optó por votar en contra de las dos últimas prórrogas del estado de alarma y por abstenerse en la anterior, decisiones que no fueron compartidas en todas las direcciones territoriales. No obstante, el Gobierno sí ha contado con el apoyo del PP en las votaciones del ingreso mínimo vital y en el decreto de la "nueva normalidad".
Sectores del PP consideran que Casado se ha desgastado en exceso en su confrontación con el Gobierno, trasladando, por momentos, que su estrategia estaba trazada en un contexto de legislatura agotada. Y que, en realidad, lo que ha ocurrido es que Sánchez está bastante fuerte y, a día de hoy, no hay ningún elemento que permita concluir que el Gobierno de coalición PSOE-Unidos Podemos tiene los días contados.
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Isabel Díaz Ayuso no sólo ha recibido críticas de sus rivales en la Comunidad de Madrid. En sectores del Partido Popular también ha escocido su "sobreexposición" y su "búsqueda permanente del enfrentamiento con el Gobierno central" a cuenta, por ejemplo, del reparto de material de protección a los hospitales o del drama de las residencias de mayores. De forma paralela, la presidenta madrileña ha protagonizado una batalla que ha llegado a alcanzar cotas de tensión máxima con Cs, su socio de gobierno de coalición. La última semana parece haberse decretado una tregua que podría interpretarse en el contexto electoral, a las puertas de que Casado y la líder nacional de Cs, Inés Arrimadas, compartieran escenario este domingo en un mitin de la campaña vasca en Gernika –PP y Cs concurren a estas elecciones en coalición bajo la marca PP+Cs–. Un paréntesis que, por unos días, ha provocado que los rumores sobre adelantos electorales, por parte de la presidenta regional, o mociones de censura, por parte de la oposición con la necesaria colaboración del partido naranja, se escuchen a un tono algo más bajo.
La portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo, es una representante del sector más conservador de la formación. Y no es ningún secreto que su aterrizaje en el Grupo Parlamentario Popular estuvo envuelto en la polémica, entre otros asuntos por las reticencias de los barones del partido. Consideraban que se lanzaba un mensaje opuesto al de la moderación. El protagonismo que como norma general suele acaparar un portavoz parlamentario se ha visto eclipsado, en el caso de Álvarez de Toledo, por el papel que Casado ha otorgado a Ana Pastor en esta crisis. Uno de los momentos más controvertidos fue cuando, en el Pleno de la Cámara Baja, Álvarez de Toledo calificó al vicepresidente Pablo Iglesias de "hijo de terrorista".
El polémico intercambio de palabras entre Iglesias y la portavoz conservadora levantó ampollas en las filas conservadoras por lo que supuso de reventar la estrategia con la que el partido fue ese miércoles al pleno de la Cámara: poner contra las cuerdas al ministro del Interior por el cese del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos en el marco de las investigaciones por la concentración del 8M en Madrid.