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Residencias de mayores

Los datos desconocidos de las residencias de Castilla-La Mancha: en 28 centros fallecieron más de 20 mayores por covid

Fallecidos en residencias de Castilla-La Mancha durante la primera ola de la pandemia.

Castilla-La Mancha fue la cuarta comunidad autónoma con más fallecidos en residencias durante la primera ola del coronavirus. Más de 2.100 mayores perdieron la vida solo durante los meses de marzo y abril. Pero hasta ahora permanecían ocultos los datos desglosados por residencias. infoLibre publica esa información, que le fue entregada por la Junta de Castilla-La Mancha, después de recurrir al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) y de que este órgano dictase una resolución instando al Gobierno de Emiliano García-Page a facilitarla.

El análisis de esos datos permite llegar a tres grandes conclusiones. Primera, que la catástrofe fue especialmente grave en 28 residencias donde murieron más de 20 mayores, llegando en un caso –la residencia Elder– a registrarse 72 fallecidos con covid o con síntomas compatibles. Segunda, que entre los principales grupos del sector geriátrico, la empresa privada Amavir y la congregación religiosa Hermanitas de los Ancianos Desamparados fueron las que tuvieron mayor afectación, si se compara el porcentaje de decesos con el de plazas gestionadas. Y, tercera, que el impacto fue mayor en los centros de las grandes empresas y en los públicos que en los privados de menor tamaño.

Durante la primera ola de la pandemia, según datos oficiales del Gobierno central, fallecieron en las residencias españolas 20.268 personas con covid o con síntomas compatibles. Pero la cifra real es mucho mayor porque, sobre todo durante el mes de marzo, se hicieron pocas pruebas diagnósticas y en los certificados de defunción a veces se especificaban causas genéricas como motivo del deceso.

El impacto de la pandemia fue muy desigual por territorios. Cuatro comunidades acumularon casi el 75% de los fallecidos: Madrid (unas 6.000 muertes), Cataluña (cerca de 4.000 fallecidos), Castilla y León (más de 2.500 decesos) y Castilla-La Mancha (en torno a 2.200 víctimas).

Transparencia

A principios de mayo, un periodista de infoLibre solicitó a todas las comunidades autónomas los datos de fallecidos en las residencias de mayores, desglosados por centros. Algunas comunidades los aportaron –entre ellas Madrid y Cataluña–, pero otras se negaron, en algún caso con el argumento de que hacerlos públicos podría dañar la imagen de las empresas (Castilla y León). Siempre que el Gobierno autonómico se negó a aportar la información, se presentó un recurso ante el órgano de Transparencia competente. Eso es lo que ocurrió por ejemplo con Castilla-La Mancha. El CTBG, en una resolución firmada por su presidente –José Luis Rodríguez– y fechada el 19 de noviembre, aseguró que los datos solicitados debían considerarse “información pública” e instó al Gobierno socialista de García-Page a facilitarlos.

En cumplimiento de esa resolución, el Ejecutivo castellano-manchego ha suministrado la información, acompañada de una nota informativa en la que destaca que no se trata de “datos depurados, ni tampoco pueden serlo, dado que no existe trazabilidad de los mismos, que permita eliminar duplicidades o detectar falta de información a través de validación del dato”. Además añade que, en la primavera de 2020, “todos los esfuerzos iban dirigidos a la contención de la propagación del virus con los recursos que se tenían al alcance, en lo cual se enmarcan los sistemas de información”. La Junta aporta el desglose de fallecidos por geriátricos, pero no otro de los datos que se solicitaba –si el deceso se produjo en el hospital o en la propia residencia–, ya que sostiene que “no dispone de dicha información”.

Los datos, residencia a residencia

De acuerdo con la información oficial de la Junta, en marzo y abril fallecieron 2.170 residentes en esa comunidad autónoma. En 193 centros se produjo algún deceso por covid o con síntomas compatibles, mientras que en 83 no murió nadie afectado por el virus. Hay otros 61 geriátricos que estaban abiertos en esa fecha y que no figuran en el listado aportado por el Gobierno regional, todos ellos de la provincia de Toledo.

La pandemia azotó con especial virulencia a 28 residencias, donde el número de muertes superó la veintena. Esa lúgubre lista la encabeza la residencia Elder, situada en Tomelloso (Ciudad Real), con 72 fallecidos. El director de la residencia, Jose Manuel Sampedro, era concejal del PP en el Ayuntamiento de Tomelloso en aquellas fechas. Dimitió a principios de diciembre, después de que un juzgado admitiese a trámite una denuncia contra él presentada por familiares de las víctimas, que lo acusan de los presuntos delitos de homicidio por imprudencia y de omisión del deber de socorro. Periodista de profesión, fue delegado de la televisión pública autonómica en Ciudad Real cuando María Dolores de Cospedal era la presidenta regional. La residencia está gestionada por la Fundación Elder, de la que el propio Sampedro es director general.

Con más de 40 fallecidos hay otros cuatro geriátricos. Dos de ellos de gestión pública: la residencia Social Asistida San José (49 decesos), de la Diputación de Toledo, y el centro Paseo de la Cuba (46 muertes), situado en Albacete y que dirige la Junta. Los otros dos son Vital Parque (46 fallecimientos), también en Albacete y que estaba gestionado por una pequeña sociedad mercantil denominada Guardiola 19 SL, y Casablanca (43 decesos), que lleva el grupo Emera en Guadalajara. Esta última es una de las veinte principales empresas del sector geriático en España, inmersa en un fuerte proceso de expansión. Dentro de ese plan adquirió, hace tres meses, precisamente la residencia Vital Parque.

A continuación, infoLibre publica la lista de todas las residencias donde fallecieron mayores en los meses de marzo y abril, de acuerdo con la información facilitada por el Gobierno autonómico.

Los grupos más afectados

En Castilla-La Mancha estaban operativas en el momento de la pandemia 337 residencias de mayores (sin incluir viviendas tuteladas), que contaban con 26.231 plazas. Casi el 40% de los centros son de titularidad pública (51 de la Junta, tres de las Diputaciones y 78 de los Ayuntamientos), aunque la inmensa mayoría están privatizados. Hay tres grupos privados que controlan más de mil plazas en la región: las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (tienen 1.799 camas en sus 14 centros), Mensajeros de la Paz (1.732 plazas en los 30 geriátricos que gestionan) y DomusVi, el principal grupo empresarial de España (1.355 camas en once residencias).

La comparación entre el número de plazas y el número de fallecidos en los centros de cada empresa o entidad permite saber cuáles han sufrido mayor afectación por el covid. En el caso de Castilla-La Mancha, entre los grandes grupos del sector, los peores datos los tienen Amavir y las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Amavir gestiona el 2,59% del total de camas de la región (680) y en sus cinco centros se produjeron el 4,38% de los decesos (95). En el caso de las congregación de monjas, con el 6,86% de las plazas, tuvieron el 7,70% de los fallecidos (167). Esta última cifra es la mayor en términos absolutos entre los grupos privados, seguida de DomusVi, con 113. Pero, lógicamente, cualquier comparación hay que hacerla en términos relativos, de acuerdo con el número de camas gestionadas. En el caso de DomusVi –con datos terribles en otros muchos lugares de España–, hay en Castilla-La Mancha una gran proporción entre el número de plazas (5,14% del total) y el de fallecidos (5,21%).

De las 30 principales empresas del sector, las tres –además de Amavir– con datos más negativos son Emera (43 fallecidos y una diferencia del 1,29% entre el porcentaje de plazas y de decesos), Sergesa (29 muertes y un 0,88%) e Ilunion (52 víctimas y un 0,87% de diferencia).

El tipo de gestión

Una residencia pública de Castilla-La Mancha, Los Olmos, entró el 27 de diciembre en la historia como el primer lugar de España donde se puso la vacuna contra el covid. “A ver si podemos conseguir que el virus se vaya. Lo hemos pasado fatal sin poder salir, sin poder ver a la familia, muy mal”, recordaba Araceli Rosario Hidalgo, de 96 años, la primera persona en ser vacunada.

Las residencias públicas de la región sufrieron el virus con especial virulencia. En general, los centros de titularidad pública pueden estar gestionados por la propia Administración o por una empresa, lo que se denomina “gestión indirecta”. En Castilla-La Mancha hay, además, una tercera modalidad: la “gestión mixta”, donde la Administración mantiene la dirección del centro y contrata con una compañía privada la práctica totalidad del personal encargado de prestar el servicio. De los 51 geriátricos propiedad de la Junta, 8 tienen gestión pública, 11 mixta y 32 privada. A los efectos de esta información, se han considerado los once geriátricos de gestión “mixta” como pertenecientes al sector público, ya que es quien mantiene el control sobre su funcionamiento. Los beneficiarios de la privatización parcial de esos centros son en nueve casos grandes compañías del sector: Clece (dos), Aralia (tres), Gesmed (tres) y Sacyr Social (una). Lo mismo ocurre con las 32 que están completamente privatizadas, la mayoría en manos de los principales grupos empresariales –DomusVi (cuatro), Vitalia Home (dos), Amavir (cuatro), Aralia (cuatro), Sergesa (una), Eulen (una), Sacyr Social (una) Ilunion (cuatro)– o del tercer sector –Mensajeros de la Paz (tres)–.  

Los datos indican que en esas 19 residencias controladas por la Junta existen 2.645 plazas (el 9,40% del total de la región) y en ellas se produjeron 223 decesos (el 10,28% del total). Por tanto, el porcentaje de decesos fue mayor que el de camas gestionadas. Los centros más castigados por el virus fueron dos de Albacete –Paseo de la Cuba, con 46 residentes fallecidos, y Núñez de Balboa, con 40–, uno de Puertollano (Ciudad Real) –Las Pocitas del Prior, con 22 decesos– y uno de Fontanar (Guadalajara) –Los Nogales, con 22 muertes–. Si se toma el sector público en su conjunto, la diferencia crece hasta el 1,33%, básicamente por la importante afectación sufrida en las residencias de las Diputaciones de Toledo (49 fallecidos) y de Albacete (19 decesos).

Hay que señalar que en la mayoría de las comunidades autónomas de las que existen datos públicos desglosados por centros la situación fue la contraria, con menor proporción de fallecidos en los centros públicos en relación con el número de plazas, incluidas Madrid y Cataluña. 

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En cuanto a las residencias privadas, existe una tendencia a dar los datos de conjunto, lo que distorsiona la imagen real en un sector donde por un lado hay una treintena de empresas que ya acaparan el 25% de los centros y por otro están cientos de pequeñas sociedades mercantiles o entidades del tercer que se encargan de uno o dos geriátricos. Meter los datos de todos en el mismo saco es como dar de forma conjunta las cifras de un pequeño restaurante local y los de una multinacional de comida rápida. A la hora de analizar el impacto de la pandemia en las residencias, la diferencia entre unos y otros ha sido abismal. En la mayoría de las comunidades, los grandes grupos se han comportado peor que la media y las pequeñas entidades privadas, mejor.

Castilla-La Mancha no es una excepción. Si se toman los datos de todo el sector privado, el resultado es que gestiona el 86,54% de las plazas y en sus centros se produjeron el 85,1% de las muertes. Una proporción menor de decesos, por tanto. Si se ajusta la lupa, lo que se ve es muy llamativo. De las 30 principales empresas de España, 15 están presentes en la región. En conjunto controlan 4.567 plazas y en sus geriátricos se produjeron 506 fallecimientos. La primera cifra supone el 17,41% del total y la segunda el 23,32%. Una diferencia enorme. Justo lo contrario se produce en el resto del sector privado, donde es mucho menor la proporción de decesos (un 61,89% del total, 1.343 en cifras absolutas) que el de plazas gestionadas (69,12% del total, 18.132 camas).

También a la hora de analizar los efectos de la pandemia, como mínimo hay dos sectores privados con resultados muchas veces contrapuestos: el de los grandes grupos empresariales y el resto.

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