El dinosaurio todavía estaba allí

Ginebras: “Ojalá se nos deje de analizar y observar por ser una banda de chicas”

Juls, Sandra, Magüi y Raquel son una parte del todo, Ginebras. La banda ha tenido una progresión significativa durante los meses de pandemia: “Somos un grupo que hemos dado muchos más conciertos en la nueva normalidad que antes de la pandemia”, cuenta la bajista de la banda, Raquel. Y habla sobre esas citas con el público marcadas por el coronavirus: “Hay mucha gente que nos viene a ver, nos anima, lo bailan y lo cantan respetando todas las normas. Nos transmiten ese calor, con mucho respeto, y eso nos enorgullece”.

Su andadura musical comenzó en 2019 cuando lanzaron su primer EP, Dame 10:36 minutos. Y en plena pandemia, en septiembre de 2020, publicaron su primer disco: Ya dormiré cuando me muera. La crisis sanitaria frustró sus planes de presentación: “No poder girar con el disco fue un chasco. Esperábamos una posible anulación, pero la esperanza es lo último que se pierde. Es un trabajo que hemos tenido que hacer, al igual que nos alegrábamos con confirmaciones de conciertos, nos entristeció mucho la cancelación de la gira”. Pero al final esa esperanza tuvo sus frutos: “Estamos muy agradecidas de haber visto el apoyo de la gente a través de las redes sociales y después en los conciertos que hemos podido ofrecer”.

Hablan de los conciertos que están por venir: “Cruzamos los dedos para que se mantenga nuestro viaje a Ibiza en Octubre. Tenemos unos conciertos allí, unos hoteles geniales… ojalá salga adelante”. Porque, dicen, los imprevistos han copado los últimos meses de trabajo: “El virus nos está desestabilizando muchísimo, porque llegan buenas noticias que nos ilusionan y luego todo se echa para atrás. Cancelaciones, contagios… no sabemos qué va a pasar en dos días”, afirma Sandra, guitarrista del conjunto. Y se remite a la experiencia para avalarlo: “Hace un tiempo teníamos un concierto, y ese mismo día tuvimos que cancelarlo por un positivo de covid”.

Preguntadas sobre su visión del futuro más inmediato, muestran optimismo pese a la adversidad: “Si con futuro cercano nos referimos a la vuelta a normalidad, lo vemos guay. Es cierto que va a ser todo un poco caos, se augura una crisis económica… pero lo vemos bien dentro de lo que es la industria musical. Hay que mejorar muchas cosas, seguiremos luchando como hemos hecho siempre. Confiamos y tenemos la esperanza al 300%”. Y hablan también de los cambios que han experimentado a nivel personal: “Hemos cambiado muchísimo de hace dos años a ahora, no sólo por la pandemia. Vivimos un poco más al día, cuando pasa algo malo, como un concierto cancelado, ponemos una sonrisilla y decimos “Al siguiente mejor”. Esto nos llega a pasar sin la pandemia de por medio y hubiera sido dramático. En ese sentido, la pandemia nos ha hecho un poquito más fuertes”.

En el aspecto cultural, y en particular en la música, creen que la pandemia ha traído cambios que vienen para quedarse: “Han surgido más conciertos por las tardes, mediodías… eso es algo que puede revolucionar el concepto de los conciertos y festivales. Otro tipo de formato, otros horarios… Es algo bueno que se va a quedar”, dice Raquel. Y Sandra añade una reflexión sobre el panorama de la música en directo: “El circuito de salas de conciertos nos tenía muy ilusionadas, teníamos una gira preparada pensando que se iba a poder hacer y casi dos años después muchas salas siguen cerradas. Ya no solo los artistas, sino quienes trabajan en las salas, se están hundiendo profundamente”.

El sector, que se nutre en buena medida de los espectáculos multitudinarios, ha sufrido mucho en los últimos tiempos. Las Ginebras creen que hay dos puntos principales que tienen que cambiar para garantizar la protección a la música: “Lo que tiene que cambiar para que estemos más protegidos en general es por un lado la implicación de la política y por otro la visión que se tiene en torno a la música. Parece que la gente que hay detrás del escenario ni siquiera existe, y la que está delante, como se supone que está haciendo lo que le gusta, lo puede hacer a cualquier precio. Tiene que entenderse como cualquier otro trabajo, con garantías laborales y salarios dignos”, sentencia Raquel.

Magüi, Sandra, Raquel y Juls trabajan en un espacio en el que predomina la presencia masculina: “Nosotras esperamos que brillen el cariño y el respeto y que se deje un poco el tema del género a un lado. Que se nos deje de analizar y observar por ser una banda de chicas y que todo sea más igualitario en este aspecto”, dicen. Añaden que “el mundo siempre ha sido de hombres” y reivindican el papel histórico de todas las mujeres que han luchado por avanzar en sus derechos: “Gracias a ellas hoy podemos subirnos a un escenario, tocar y decir lo que nos plazca cuando nos plazca. Eso es de agradecer y es lo que intentamos transmitir a la juventud: que haya mujeres como referentes”. Y también hablan sobre sus experiencias: “En el mundo de la música te encuentras de todo, como en todas partes. Hay gente a la que le tienes que callar la boca. Y también hay muchos compañeros y compañeras que comparten nuestros valores y nuestra forma de pensar en muchas cosas y nos apoyan en esto”.

Si pudieran volver atrás hasta el inicio de la pandemia y el confinamiento domiciliario para enviarse un mensaje a sí mismas, tienen claro que sería una apelación a mantener los ánimos altos: “Seguid trabajando, currando duro. Aunque venga una etapa complicada de cancelaciones pronto podréis disfrutar de tocar con toda la gente de pie, saltando y bailando. Mientras tanto, disfrutad de la música en casa y no os desaniméis”. Aún queda mucho por recorrer, pero ellas tienen marcado su camino.

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