Un 'lobbista' y amigo íntimo del presidente del PSG fue detenido en Catar con datos sensibles sobre Al-Khelaifi
El caso "no tiene nada que ver con el Sr. Nasser al-Khelaifi", dice la escueta reacción emitida el 29 de septiembre por los abogados del presidente del PSG tras las primeras revelaciones publicadas en el Journal du Dimanche, Le Parisien y Libération sobre una investigación judicial por presunta malversación de fondos, especialmente en beneficio del club.
Aunque no es el objetivo del procedimiento, este amigo íntimo del emir de Catar, hombre fuerte del fútbol mundial con múltiples funciones (PSG, BeIN Sports, UEFA...), es sin embargo uno de los personajes de este cajón de sastre que todavía tiene muchas sombras. Tanto es así que, a estas alturas, no se sabe si se trata de una historia de chantaje dirigida a Nasser al-Khelaïfi y que ha salido mal, de un explosivo "asunto de Estado", o de ambas cosas.
La prensa se hizo eco de la noticia tras la detención, el 26 de septiembre, del lobbista Tayeb Benabderrahmane, de un ex agente de inteligencia convertido en empleado del PSG, Malik N., y de otro ex policía. La investigación, encomendada a la DGSI (el servicio de inteligencia nacional) y a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), se dirige en particular a las sospechas de un trabajo policial en negro como es la consulta ilegal de archivos policiales, en beneficio, entre otros, del PSG.
Los tres fueron inculpados el 29 de septiembre, después de que la fiscalía de París entregara el caso a un juez de instrucción ese mismo día. Tayeb Benabderrahmane y Malik N. están procesados por seis cargos, entre ellos "corrupción", "falsificación" y "complicidad en el acceso fraudulento a datos personales", y este último también sospechoso de "robo". Todos se declaran inocentes.
Benabderrahmane lanzó inmediatamente un contraataque mediático. Sus abogados revelaron, en Libération y luego en una conferencia de prensa, que había sido detenido en enero de 2020 en Catar. Afirman que su cliente había sido detenido de forma abusiva y había sido sometido a actos de "tortura". Su cliente no pudo regresar a Francia hasta nueve meses después, tras llegar a un acuerdo secreto con Nasser al-Khelaifi, y entregar a sus abogados datos informáticos obtenidos de forma dudosa, que incluían información sensible y personal sobre el jefe del PSG.
Para tratar de desentrañar este embrollo, hay que fijarse en dos de los investigados, implicados desde hace varios años en el entorno del PSG, de su patrón y de las redes de influencia de Catar en Francia.
De origen modesto, Malik N. es un ex agente de la DGSI, que pasó por la inteligencia territorial y luego fue destinado a un sindicato. Se reunió con Nasser al-Khelaifi en diciembre de 2015, durante una recepción oficial. Los dos hombres hablaron de las detestables relaciones entre el PSG y los grupos de hinchas ultras que habían sido prohibidos en los estadios.
Cuando aún era policía, Malik N. ayudó al club a resolver la crisis, que terminó con el regreso de los ultras al Parc des Princes. A sus mandos no les gustó ese comportamiento y le sancionaron con una amonestación. Renunció al cuerpo de policía en 2018, para incorporarse oficialmente al PSG, como responsable de la afición.
Su amigo Tayeb Benabderrahmane, originario de Gennevilliers, comenzó su carrera como empresario (mudanzas, agencia de viajes...), mientras se dedicaba a ampliar su red de contactos. Se acercó a personalidades como Yamina Benguigui, directora de cine y ex ministra de François Hollande, y Rachida Dati, ex ministra de Justicia con Nicolas Sarkozy y alcaldesa por LR (Les Républicains) del distrito 7 de París. Gracias a su creciente agenda de contactos, consiguió hacerse un hueco en el turbio mundo de los lobby internacionales y las operaciones de influencia.
En 2017, mientras Catar se encontraba bajo el embargo de sus vecinos del Golfo (incluidos los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí), Tayeb Benabderrahmane creó una asociación para organizar conferencias: el Club Geopolítico. Durante este periodo se acercó al entorno de Nasser al-Khelaifi y empezó a frecuentar el palco VIP del Parc des Princes. Por allí aparecía habitualmente, bien trajeado, e invitaba a personalidades políticas y empresarios.
En junio de 2019 se trasladó con su familia a Doha, donde trabajó para el Comité Nacional de Derechos Humanos de Catar, una de las muchas redes de influencia del emirato en el extranjero. En aquel momento, ese comité estaba presidido por el influyente Ali Bin Samikh al-Marri, actual ministro de Trabajo e interlocutor privilegiado de la FIFA desde que estallaron los escándalos sobre las condiciones de trabajo en las obras de los estadios.
Pero esta experiencia catarí se vio brutalmente interrumpida el 13 de enero de 2020, cuando Benabderrahmane fue detenido en Doha. A partir de entonces, se enfrentan dos versiones.
Uno de sus abogados, Juan Branco, afirma que su cliente es una "víctima", detenida "sin motivo alguno" porque "era sospechosa de poseer información comprometedora para el régimen catarí [...] vinculada a la organización del Mundial de 2022", manchado por sospechas de corrupción.
Una fuente cercana a Catar afirma, en cambio, que el lobbista fue encarcelado en el marco de una investigación en su contra por "espionaje, chantaje y fraude", y que sigue en curso: "Robó información e intentó venderla a personalidades cataríes. Pero no funcionó y entonces trató de venderla a los Emiratos Árabes Unidos.”
Sus abogados lo niegan, afirmando que su cliente nunca estuvo implicado en ningún "ajuste de cuentas geopolítico", y que no intentó chantajear a Nasser al-Khelaifi con elementos sobre su vida íntima. "La invasión de la intimidad, que formaba parte de los cargos iniciales, se retiró cuando compareció ante el juez de instrucción, por lo que está completamente eliminada del caso", dijo Branco.
En una conferencia de prensa, sus abogados acusaron a Catar de detener arbitrariamente a Tayeb Benabderrahmane y de negarle el acceso a la protección consular. Afirman que primero fue retenido en un centro de detención secreto y luego en una prisión, donde supuestamente fue sometido a "presión psicológica, tortura y trato degradante". Su situación no mejoró hasta julio de 2020, cuando fue puesto bajo arresto domiciliario en el Hotel Intercontinental de Doha.
Por el contrario, una fuente cercana a Catar afirma que Benabderrahmane fue detenido de forma legal y respetando sus derechos: "Nunca fue torturado. Al principio, antes de su traslado al Hotel Intercontinental, estuvo retenido en un cómodo chalet, donde tenía acceso a su teléfono. Desde el principio, pudo ponerse en contacto con sus abogados y su mujer pudo visitarle.”
Una cosa es cierta: para volver a Francia, Benabderrahmane se vio obligado a negociar un acuerdo secreto con Nasser al-Khelaifi, representado por los abogados Francis Szpiner y Renaud Semerdjian, y a entregar los datos confidenciales que había obtenido. Según Libération, el acuerdo incluye una drástica cláusula de confidencialidad, que estipula que el lobbista deberá pagar una indemnización de 5 millones de euros si rompe su silencio.
De vuelta a París el 1 de noviembre de 2020, Benabderrahmane retoma rápidamente sus actividades. El 3 de noviembre, publicó un artículo en Le Monde sobre las elecciones presidenciales en Níger. Posteriormente, se presentó en Jeune Afrique como representante oficial de Saif al-Islam Gadafi, hijo del difunto Muammar, con motivo de las elecciones libias de 2021. Una posición que fue inmediatamente negada por el abogado del hijo de Gadafi.
Pero sus actividades pasadas le persiguen. Durante una investigación judicial abierta para identificar las fuentes del periodista Alex Jordanov, para su libro Las guerras secretas de la DGSI (edit. Nouveau Monde, 2019), la DGSI dio con Malik N., el ex policía que se había convertido responsable de la afición del PSG. Sospechan que ha tenido acceso, gracias a antiguos colegas, a archivos policiales.
La Fiscalía de París abrió una nueva investigación preliminar sobre estos hechos en julio de 2021. Tres meses después, los investigadores registraron la sede del PSG y el domicilio de Malik N. En su casa encontraron una gran cantidad de datos personales obtenidos de forma sospechosa. Según Le Parisien, se encontraron entre otras cosas varios vídeos íntimos de Nasser al-Khelaifi.
Los investigadores también encontraron numerosas grabaciones de conversaciones en el domicilio de Malik N. relativas a sus actividades problemáticas con su amigo Benabderrahmane.
Según una fuente cercana a la investigación judicial, los dos hombres son sospechosos de haber creado una especie de oficina informal, especializada en la obtención de permisos de residencia y en la recogida ilícita de información para diversos beneficiarios, entre ellos el PSG.
La policía de la DGSI tomó declaración a dos presuntas víctimas como testigos el mes pasado. El primero, Nelson, un aficionado abofeteado por Neymar en noviembre de 2019. Se sospecha que Malik N. obtuvo, a petición del PSG, información sobre Nelson a partir de los archivos policiales, cuya identidad fue luego revelada en Twitter por una cuenta controlada de forma encubierta por el departamento de comunicación del club (leer aquí nuestra investigación).
La segunda presunta víctima, Sihem Souid, es la comunicadora del Estado de Catar en Francia. "Durante varios años, he sido acosada. He sufrido robos, numerosos ataques, mi familia también ha sido atacada. Me ha afectado mucho esta campaña, hasta el punto de temer por mi seguridad y la de mi familia", declaró a Mediapart.
Sihem Souid dijo que durante su comparecencia, los investigadores le informaron de "elementos materiales" que demostraban que los ataques contra ella "estaban coordinados entre varios individuos" que aparecían en la investigación. "Seguiré colaborando para que se haga justicia y se castigue a los responsables, por mí y por sus otras víctimas", añadió.
A preguntas de Mediapart, uno de los abogados de Malik N., Vincent Brengarth, no quiso hacer comentarios sobre la investigación en curso. Los abogados de Benabderrahmane también se niegan a "comunicar en este momento" los hechos imputados a su cliente, ya que aún no han tenido acceso al expediente de la investigación.
Cuando regresó a Francia en noviembre de 2020, Benabderrahmane no podía imaginar que la justicia no tardaría en seguirle la pista. Al año siguiente, lanzó un contraataque a su detención en Catar. Comenzó atacando a los abogados. Benabderrahmane se separó del abogado Olivier Pardo, que negoció el acuerdo con Nasser al-Khelaifi, e impugnó el pago de sus honorarios. Según Libération, en julio de 2021 presentó una denuncia ante el Colegio de Abogados de París. Al año siguiente, presentó cargos penales por "extorsión cometida en banda organizada" y "soborno a un testigo".
Se trata de una denuncia contra X, pero se dirige a todos los que participaron en la negociación del acuerdo: los abogados de Nasser al-Khelaifi, Francis Szpiner y Renaud Semerdjian, pero también a su antiguo abogado Olivier Pardo, así como a Rachida Dati, que ayudó voluntariamente a Benabderrahmane durante su detención.
Contactados, los abogados Szpiner y Semerdjian no quisieron hacer comentarios. “Las acusaciones del Sr. Benabderrahmane son ridículas", dijo Pardo a Mediapart. “Luché con todas mis fuerzas por su liberación y estoy muy orgulloso de haberlo conseguido. Lamentablemente, no puedo decir más porque estoy sometido al secreto profesional.” Por su parte, Rachida Dati respondió: "No estoy involucrada en este caso, estoy muy tranquila. Sólo le recomendé dos abogados.”
Tayeb Benabderrahmane esperó hasta agosto de 2022, casi dos años después de su liberación, para presentar una denuncia contra Catar, por "tortura, detención y secuestro, y amenazas de muerte con la obligación de cumplir una condición". ¿Por qué tan tarde? "Era un hombre roto" por su "detención arbitraria", respondió uno de sus abogados, Luke Vidal.
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Hasta la fecha no se ha abierto ninguna investigación a raíz de sus denuncias como parte civil, que siguen "siendo estudiadas por el decano de los jueces de instrucción" del tribunal de París, según una fuente judicial. "La naturaleza de los hechos debería haber llevado a una intervención inmediata" de la justicia, lamentan sus defensores.
Queda pendiente una cuestión crucial: la naturaleza de los datos entregados por Benabderrahmane a Nasser al-Khelaifi, que determinará el resultado del caso. ¿Son los mismos que encontró la policía en la casa de Malik N.? ¿Contenían información íntima sobre el jefe del PSG? ¿Había también elementos vergonzosos para Catar dos meses antes del comienzo del Mundial?
Preguntado tres veces al respecto durante su rueda de prensa, Juan Branco se negó a responder. "Basta con preguntar a los cataríes, ya que han realizado intensos esfuerzos para garantizar la recuperación de estos documentos", dijo. El Emirato y Nasser al-Khelaifi también prefieren guardar silencio en este momento.