La renovación del TC devuelve el foco a un CGPJ bloqueado por el PP desde hace más de cuatro años
Quince minutos. Y, de repente, se obró el milagro el martes por la tarde. Los vocales del CGPJ, progresistas y conservadores, votaron por unanimidad sus dos candidatos para el Tribunal Constitucional: César Tolosa y María Luisa Segoviano. Se enterró así parte de la gravísima crisis institucional que tensa España desde hace meses y que ha desembocado incluso en la primera paralización de una votación en las Cortes Generales.
El CGPJ desbloqueó así la renovación del TC, que impedía el sector conservador incumpliendo la ley que fijaba que esto se debía hacer antes del 13 de septiembre. De esta manera, el Alto Tribunal tendrá en breve una mayoría progresista (al entrar ahora tres miembros de ese sector y solo uno del conservador). Todo ello tras unos días de infarto, en los que el propio Constitucional paralizó las enmiendas del PSOE y de UP para cambiar el sistema de elección.
A pesar de esta renovación del Tribunal Constitucional, el pecado original sigue existiendo: el Consejo General del Poder Judicial está bloqueado por el Partido Popular desde hace más de cuatro años. Esta crisis no hubiera ocurrido con un CGPJ renovado, con mayoría progresista y que respondiese a la actual composición de las Cortes (y no a las mayorías durante la época de Mariano Rajoy).
El foco vuelve de nuevo al Consejo General del Poder Judicial y el papel del Partido Popular. Con la llegada de Alberto Núñez Feijóo se esperaba un giro hacia el centro de la formación y un mayor sentido de Estado para alcanzar el acuedo necesario con el PSOE para que las Cortes renueven a los miembros del órgano de los jueces. Ese pacto parecía cuestión de horas y las dos partes, lideradas en las reuniones por Félix Bolaños y Esteban González Pons, tenían el texto sobre la mesa. El Gobierno dio su sí, pero a última hora, rompió el líder popular las negociaciones el pasado 27 de octubre. La excusa: la reforma del delito de sedición. Desde La Moncloa lo interpetaron así: “Le temblaron las piernas por la derecha mediática y la parte más dura de sus partido”.
Desde entonces, el PP incluso ha ido más lejos, intentando torpedear cualquier reforma que se pusiera encima de la mesa para desbloquear los órganos judiciales, controlados por la derecha. El culmen fue el recurso de amparo ante el TC, que de urgencia aceptó las cautelarísimas solicitadas por Génova 13 para impedir un cambio en la forma de elección del CGPJ sobre miembros del Constitucional.
¿Y ahora qué? Hay dos cuestiones que siguen sin resolverse, esa renovación del CGPJ y la intención del Gobierno de cambiar esa mayoría dentro del CGPJ para elegir miembros del Tribunal Constitucional.
Sobre la primera cuestión, el Ejecutivo, a través de fuentes de La Moncloa, exigió a los populares que “reflexionen”: “Sólo falta el PP por cumplir la Constitución”. “El Gobierno desea la normalización de las instituciones de nuestro país que es por lo que lleva trabajando durante los últimos 4 años”, indicaron en el entorno del presidente. Sánchez siempre se ha mostrado a favor de un pacto con los populares, pero, a la vez, dijo que no se iba a quedar de brazos cruzados ante la actitud de Feijóo.
El PP sigue impidiendo la renovación del CGPJ y quiere darle más funciones al caducado
¿Y los populares qué piensan hacer? No hay señales desde Génova 13 de querer renovar el Poder Judicial durante lo que queda de legislatura. Incluso fueron más lejos, tras conocerse la noticia del Consejo General del Poder Judicial, al exigir que se devuelvan las competencias “hurtadas” al Poder Judicial.
Es decir, los populares aprovecharon para intentar colar que el CGPJ pueda tener todas sus funciones de nombramientos a pesar de estar caducado desde hace cuatro años por su culpa. Las Cortes aprobaron una proposición de ley del PSOE y de UP que impide esto al entender que el Consejo no puede designaciones estando en funciones. Pero los populares quieren a un órgano de gobierno de los jueces con mayoría conservadora, incumpliendo la renovación desde hace cuatro años y con plenos poderes como si estuviera en una época de mayoría absoluta del PP.
Incluso los populares pidieron, según fuentes de Génova 13, que el Gobierno pida “perdón” al propio Consejo General del Poder Judicial. En cambio, desde La Moncloa comentan: “Estamos satisfechos, hemos pillado al PP descolocados. Son los únicos que no cumplen la Constitución”.
El PSOE se resiste a la petición de Podemos de cambiar mayorías
Una de las opciones que se ha barajado durante estos años ha sido rebajar la mayoría en las Cortes para la elección de miembros del CGPJ, pasando de los tres quintos de las cámaras requeridos actualmente a una mayoría simple. Esta vía fue al final retirada por Pedro Sánchez, especialmente por las presiones que llegaron desde la Unión Europea. El presidente, en una conversación informal con periodistas durante la recepción navideña en La Moncloa el pasado jueves, volvió a insistir en que el ala socialista no está por ese camino. No obstante, este mismo martes el portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, volvió a apostar por hacerlo.
La otra incógnita que queda por despejar es qué pasará con la proposición de ley que van a presentar el PSOE y Unidas Podemos para rebajar la mayoría en el CGPJ para la elección de miembros del Tribunal Constitucional, pasando de tres quintos a una simple. Esta se presentó a través de la macrorreforma legal (que incluía la malversación y la sedición) y fue paralizada esa parte por el propio TC.
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Los grupos parlamentarios están a la espera de que el TC haga públicas sus argumentaciones y así incluirlas en la exposición de motivos de la proposición, para que no haya luego “ni un pero”. La idea que maneja el Gobierno es hacerla con las enmiendas tumbadas por el Constitucional y se proponía una tramitación rápida, con la posibilidad de habilitar incluso enero en el Congreso y en el Senado.
No obstante, el propio Sánchez, en rueda de prensa antes de conocerse el fallo este martes, apuntó que si el CGPJ llegaba a un acuerdo sobre los miembros del Constitucional, se rebajaba la “urgencia” para acometer la reforma. Apuntaba la necesidad, no obstante, de hacer reformas para que esto no se vuelva a producir en el futuro. Moncloa no precisó, tras el fallo, qué piensa hacer con esta vía abierta pero aún no registrada en la Cámara Baja. El siguiente tercio a renovar del Tribunal Constitucional toca en 2026 (los miembros del TC tienen un mandato de nueve años y sería el turno de los elegidos en 2017), por lo que ahora no hay prisa.
La crisis institucional se ha resuelto en una parte con esta renovación del Constitucional, pero sigue teniendo profundas ramificaciones y un origen: el bloqueo de los populares al cambio en el CGPJ. Los puentes, por el momento, están rotos y Feijóo se niega a un pacto. Lo que sí cambia es que ahora será un TC de corte progresista el que revisará sentencias clave en derechos como la ley del aborto de José Luis Rodríguez Zapatero, la reforma laboral y la ley de eutanasia, entre otras.