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LA BATALLA ELECTORAL DEL 28M

Vara busca otra mayoría absoluta frente a un PP aferrado a Vox para sumar el 28M en Extremadura

Pedro Sánchez con Fernández Vara y Ricardo Cabezas en un acto público en Badajoz

Extremadura se prepara para una de las grandes batallas electorales del 28M. Una comunidad históricamente volcada a la izquierda, en la que el PP espera dar la sorpresa ese domingo. Es una de esas pugnas cargada de simbolismo, en la que se la juega Guillermo Fernández Vara, uno de los barones con más peso dentro del PSOE.

Fernández Vara consiguió hace cuatro años arrasar en las urnas, logrando mayoría absoluta, algo que no es habitual ya en la política española. Los socialistas se hicieron aquel 26M con 34 escaños de la Asamblea, gracias a un 46,73% de los votos. El PP fue segundo, con 20 asientos, con Cs en tercera posición (7). Podemos-IU-Extremeños-Equo arañó cuatro parlamentarios. Vox se quedó fuera.

¿Y qué dicen las encuestas? El CIS, en la preelectoral que hizo pública en diciembre, dejó el escenario muy abierto, con la posibilidad de que el PP pueda ganar, aunque las horquillas eran muy amplias. El organismo hizo la siguiente proyección: PP (26-35), PSOE (24-32), Unidas Podemos (0-6), Vox (0-5) y Cs (0-2). Según otro sondeo de GAD3 publicado por el PP en noviembre, se dibujaba este escenario: PSOE (29-30), PP (27-28), Vox (4-5) y Podemos (3-4).

El PSOE cree que su marca tira con fuerza y hará campaña "puerta a puerta"

En el cuartel general del PSOE extremeño las encuestas internas, según fuentes consultadas, dan una situación mucho más holgada para el partido y, de hecho, se marcan intentar de nuevo otra mayoría absoluta, aunque también señalan que puede ser una mayoría amplia. 

En el PSOE extremeño señalan que la marca está fuerte y tira mucho en Extremadura, que el partido tiene mucho músculo y que, además, sus alcaldes son un gran activo para esta cita del 28M. Además, los socialistas creen que Guillermo Fernández Vara tiene un gran arraigo entre los ciudadanos. Y resaltan que pueden vender la “gestión” de estos cuatro años y un proyecto a continuar en el futuro.

“Vamos a estar peleando hasta el último minuto la mayoría absoluta”, confiesa uno de los altos dirigentes del PSOE de Extremadura, que reflexiona: “Hace cuatro años las encuestas estaban igual y al final conseguimos la mayoría absoluta”. Y hace una apreciación: ahora mismo no está movilizado el electorado de izquierdas frente a la derecha y la ultraderecha que están “hiperventilando”. 

“Tenemos estructura en cada pueblo, un gran músculo, la marca PSOE tira con una fuerza tremenda, nos lo dicen las encuestas cualitativas”, confiesa esta fuente. En el escenario de no lograr la absoluta, en el PSOE de Extremadura están convencidos de que su izquierda también entrará y podrán sumar. “Podemos e IU por separado no llegarían, pero van a ir juntos y entrarán en la Asamblea. Es una situación diferente, por ejemplo, a la de Castilla-La Mancha y García-Page”, resume. “Nuestra campaña no va a ser crítica con ellos, los vamos a respetar”, añade otra fuente socialista.

Podemos e IU lograron a principios de febrero un acuerdo, imperando el buen clima en ese pacto en el que incluso bromearon sobre una “relación abierta” cuando lo anunciaron. Volverán a presentarse bajo la marca de Unidas por Extremadura, como ya hicieron en 2019.

El PSOE se centrará en lo regional: "Empleo y economía"

Guillermo Fernández Vara tiene en frente a María Guardiola como principal contrincante, por el PP. Para el PSOE es una persona “bastante desconocida” y lo único que reflejan las encuestas es el “reagrupamiento” del voto, con la decadencia de Ciudadanos. “El PP está desaforado en las redes sociales, pero eso es lo mínimo en la campaña. Si se piensan que lo que pasa en las redes es Extremadura, viven en el metaverso y no en la realidad”, comenta un dirigente del PSOE.

La campaña de los socialistas será “tradicional”: “mucha presencia en los pueblos, puerta a puerta, ciudadano a ciudadanos, extremeño a extremeño”. ¿Sobre si tendrá efectos la política nacional y polémicas como la reforma del ‘sí es sí’ que quiere utilizar el PP? Contesta uno de los hombre fuertes de Vara: “No vivimos en una burbuja, sería absurdo decir que no, alguna influencia tendrá, pero poca”.

Pero la clave del 28M será “regional”, creen en el PSOE extremeño: “El que quiera centrarlo en temas nacionales se equivocará. Si el PP lo centra en lo nacional, nos hace un favor. Nosotros, a lo regional”. Como comenta un alto cargo: “Los ejes de la campaña fundamentalmente serán empleo y economía. La gente aquí quiere trabajo, hablar de futuro y de desarrollo, de proyectos a poner en marcha”.

Y hace esta reflexión al hilo: “La gente hablará del sí es sí y de los socios con los que sacamos el salario mínimo, pues sí. Pero a un señor mayor le puede gustar más o menos con quién lo hemos sacado, pero su pensión ha subido un 8,5%”. Y, además, piensan que Pedro Sánchez sólo ha llevado cosas buenas a Extremadura, como las ayudas durante la pandemia a sanidad y autónomos. No creen que las críticas por los trenes sean ahora determinantes en el voto: “Tenían más influencia hace cuatro años”.

“Gestión, gestión”, repiten en el entorno de Guillermo Fernández Vara. Y fuentes cercanas subrayan que durante marzo también se podrá ver esa dimensión con la primera piedra de la fábrica de diamantes sintéticos de Trujillo, la inauguración del macromatadero de Zafra y el inicio de las obras de la gigafactoría en Navalmoral.

El mensaje de Fernández Vara irá en esa línea durante estos meses, según fuentes del PSOE de Extremadura, que indican: “Estamos en un momento único. Siempre llegábamos tarde a todas las revoluciones industriales, pero en la verde del siglo XXI somos la primera autonomía”. En los próximos años, calculan, se van a necesitar entre 20.000 y 30.000 puestos de trabajo en el sector, comentan.

La apuesta del PP

La apuesta del PP para dar la sorpresa y batir a Fernández Vara en Extremadura es María Guardiola, una funcionaria de 43 años que en 2022, cuando fue elegida por Pablo Casado para liderar el partido en la comunidad, era una concejala prácticamente desconocida. Su experiencia de gestión se limita a los años que pasó como secretaria general en dos departamentos de la Junta la única vez que su partido gobernó Extremadura bajo la presidencia de José Antonio Monago. El defenestrado líder del PP, con la ayuda de su mano derecha, Teodoro García Egea, la eligió para renovar el partido y cerrar el paso al que entonces era el único aspirante a liderar a los conservadores extremeños, el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro.

Guardiola consiguió sobrevivir a la caída de Casado, obtuvo el visto bueno de Alberto Núñez Feijóo y el pasado verano se hizo con la riendas del PP de Extremadura y con la candidatura a la presidencia en las elecciones del 28M. Pizarro no tuvo más remedio que dar un paso a atrás y velar armas a la espera de lo que pase en las elecciones.

Considerada una ultraliberal en lo económico y defensora de bajadas generalizadas de impuestos, defendía el aborto antes de que la sentencia del Tribunal Constitucional diese pie a Feijóo a que todo el partido aceptase esa postura. La legislación de protección del medio ambiente le parece excesiva y apuesta por una liberalización de los usos del suelo, así como por anular el cierre programado de la central nuclear de Almaraz.

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Abierta a los pactos con Vox, aunque no quiere hablar de ello porque, igual que su jefe de filas, aspira a una “mayoría suficiente” para gobernar en solitario. Lo cierto es que el PP extremeño esta fichando cargos y dirigentes políticos de la formación ultra que antaño militaron en sus filas y no ha tenido ningún problema en violar el pacto antitransfuguismo aceptando al actual alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, elegido por Ciudadanos.

No ser diputada autonómica le ha restado visibilidad en la precampaña y le ha brindado escasas oportunidades de mostrarse como alternativa a Fernández Vara. El PP quiere jugar con Guardiola la carta de la “renovación” frente a un dirigente al que consideran “desgastado” y al que acusan de estar sometido a Pedro Sánchez en asuntos muy sensibles para la comunidad, como la demora en la modernización del ferrocarril y la llegada de la alta velocidad.

Las encuestas más optimistas, publicadas por los medios más afines a la derecha, les sitúan a las puertas de una mayoría absoluta para la que necesitarían alcanzar acuerdos con Vox. A estas cuentas se aferran el PP y Guardiola para mantener vivo el sueño de una victoria en una comunidad que, en principio, no es de las que Génova considera a tiro de piedra. Todo indica que el PP absorberá todo el voto y los escaños de Ciudadanos. Las dudas tienen más que ver con si PSOE conseguirá gobernar por mayoría absoluta, como hasta ahora, o tendrá que pactar con Unidas Podemos.

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