La campaña por el 28M
El voto útil cambia de siglas: Unidas Podemos busca el 5% para frenar a las derechas
El voto útil o táctico es un clásico de todas las campañas electorales, utilizado tradicionalmente por el PSOE y PP, para concentrar el voto en torno a sus siglas y sortear los efectos de la ley electoral. Un argumento que ha perdido fuerza en los últimos años con la aparición de partidos con un suelo de votantes sólido y capacidad para disputar a las fuerzas del bipartidismo. Tal y como está configurado el mapa político, no importa si PSOE o PP quedan en primera posición, sino qué bloque —derecha o izquierda— consigue los suficientes votos para gobernar.
La suma de bloques será la clave en los comicios del próximo 28 de mayo, en los que 8.131 municipios y 12 comunidades autónomas decidirán su futuro. Parlamentos regionales y consistorios actualmente fragmentados en los que la balanza se puede inclinar hacia un bloque u otro por un puñado de votos, según señalan las encuestas. En este contexto, que Unidas Podemos —la coalición formada Podemos e Izquierda Unida— entre o no en los consistorios autonómicos y municipales puede garantizar la suma de las izquierdas o impedir que la derecha tenga mayoría absoluta. Esa es la baza que los morados están jugando en esta campaña, en la que se presentan como "el voto útil".
Para lograr tener representación la formación liderada por Ione Belarra a nivel nacional necesita superar la barrera del 5% en todos los ayuntamientos y en autonomías como Murcia, Cantabria, La Rioja, Galicia, Baleares, Extremadura, Comunitat Valenciana y Comunidad de Madrid. Si quedan por debajo de ese porcentaje —aunque sea con un 4,9%— no participan en el reparto de escaños o concejales que se rige por la fórmula D'Hondt y, por tanto, esos votos se perderían.
Es el caso de la Comunitat Valenciana, en la que las encuestas vaticinan un empate entre bloques. Si Unides Podem no entra en las Cortes Valencianas, la posibilidad de que las izquierdas puedan sumar más diputados que las derechas y formar gobierno se complica de forma grave. La población y peso político de la región hace que lo que ocurra en este territorio vaya a ser muy significativo tanto en la lectura que se haga del 28M como en las estrategias de cara a las legislativas de fin de año. Pero esos resultados muy ajustados siguen vaticinándose en las encuestas en otros puntos como Castilla-La Mancha, Aragón, La Rioja o Cantabria.
Por contra, en la Comunidad de Madrid la izquierda tiene muy difícil arrebatarle a Isabel Díaz Ayuso el bastión de mando según las encuestas, pero si la candidatura que encabeza Alejandra Jacinto no entra en el reparto, la líder conservadora tiene casi garantizada la mayoría absoluta. La candidata de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde está apelando a ese "voto útil" para evitar que la baronesa del PP consiga esa anhelada mayoría.
Unidas Podemos, clave en siete autonomías y una decena de capitales de provincia
Unidas Podemos fue clave para formar gobierno en diversas autonomías y capitales de provincia tras las elecciones de 2019. Una de ellas es Aragón, donde Javier Lambán (PSOE) gobierna en coalición con Podemos, PAR (Partido Aragonés Regionalista) y Chunta. Un caso similar al de Navarra, donde María Chivite (PSOE) gobierna gracias a un acuerdo con Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida. Su investidura también necesitó la abstención de cinco de los siete diputados de EH Bildu. La dirigente socialista lidera un Gobierno tripartito formado por el PSN, que asume ocho de las 13 carteras del Ejecutivo, los nacionalistas de Geroa Bai, con cuatro departamentos, y Podemos, que gestiona una consejería.
En Baleares Francina Armengol (PSOE) gobierna conjuntamente con Podemos y la formación nacionalista. De las 11 consellerias del Govern, Podemos y Més gestionan cuatro y los socialistas, las otras siete. Se trata del mismo caso de la Comunitat Valenciana, con el socialista Ximo Puig al frente. El valenciano gobierna junto a Compromís, que tiene la vicepresidencia del Ejecutivo, con Podem, la marca valenciana de los de Ione Belarra y también con Esquerra Unida del País Valencià (EUPV). Asimismo, en Canarias el socialista Ángel Víctor Torres suscribió un acuerdo con Nueva Canarias, Sí Podemos y la Agrupación Socialista Gomera (ASG).
En La Rioja los votos de los morados también fueron imprescindibles para que la socialista Concha Andreu pusiera fin a más de dos décadas de gobiernos ininterrumpidos de PP, aunque la única representante de Podemos fue después expulsada del partido. En Asturias gobierna Adrián Barbón (PSOE) en minoría con el apoyo externo de los dos diputados de Izquierda Unida.
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Los meses previos a la campaña fueron muy duros internamente en este espacio por las negociaciones con Yolanda Díaz y otros actores como Izquierda Unida, con el que finalmente logran pactar en 10 de las 12 comunidades autónomas. En campaña están mostrando una resistencia que nadie auguraba hace unas semanas e incluso en las encuestas emergen como decisivos en plazas como Extremadura, Asturias y Cantabria.
En el primer caso Guillermo Fernández Vara perdería la mayoría absoluta según apuntan los sondeos y necesitaría a Podemos para seguir en el consistorio. Su candidata en esos comicios, Irene de Miguel, exigirá entrar a gobernar a cambio de sus apoyos. Un escenario similar al de Asturias, donde Podemos e IU se presentan por separado, y donde quieren entrar a formar parte del gobierno liderado por Barbón. Por su parte, en Cantabria es la primera vez que Podemos e IU concurren de manera conjunta a las elecciones y esperan, como mínimo, obtener dos escaños tras estar la última legislatura fuera del Parlamento autonómico.
La filosofía del espacio liderado por Belarra es entrar en todos los gobiernos posibles este 28M. Sus dirigentes sostienen que los cambios se producen desde dentro porque ahí se tiene el poder para presionar más. Es el mismo motivo que les llevó a entrar en el Ejecutivo de Pedro Sánchez en 2019, consolidando la primera coalición estatal de la historia. Un plan que quieren repetir cuando se celebren las próximas generales.
